Vagamundos Viajeros

Los vagamundos somos personas bien relacionadas: con algunos de nuestros amigos nos une no sólo el amor por viajar, también nos une un cariño casi familiar con Italia. Por eso muchas veces se escuchaba entre nosotros el run run de volver a la bella Italia, pero, como cualquier comentario pasajero, se tomaba como tal, con una sonrisa y un “pues estaría muy bien, sí señor”. No habría tenido más transcendencia hasta que uno de estos amigos se levanta un día al grito de “Ars longa, vita brevis”, decide dejar su trabajo, hacer el  petate y cambiar la península Ibérica por la Apenina en busca del empujón que le hacía falta para cumplir sus sueños. Ese fogonazo marca el pistoletazo de salida. Se acabaron las sonrisas y el  “estaría bien”, es hora de organizar.

Definir fechas y tiempo: Cuanto más gente, más problemas para sincronizar agendas. Esto no es nada fácil: las encuestas grupales de doodle y planificar a meses vista son tus mejores aliados.

Itinerario: Eje fundamental para aprovechar el viaje al máximo. Hay opciones para idear rutas: en ésta puedes calcular gasto, distancia y tiempo. Otra en google es my maps, donde podrás hacerte tus mapas personalizados como los que aparecen en este blog.  Lo importante es que tengas en cuenta los tiempos para ir de un punto a otro, para no estar todo el día en el coche y poder disfrutar de los días como se merecen. Hay otras posibilidades, por supuesto, pero nuestro itinerario elegido fue éste:

• Bérgamo (Milán): Inicio del viaje al que llegamos en avión. Fundamentalmente se eligió por dos razones: una, el bajo precio de los billetes de los vuelos; y otra, las conexiones internacionales de su aeropuerto entre diferentes países (no todos residimos en España). A parte de estos motivos, es una ciudad muy interesante: dar un paseo por su casco antiguo merece mucho la pena y muchas veces se deja de lado como simple punto de llegada. ¡No te lo pierdas si pasas por allí!
• Riomaggiore (Cinque terre): 3 horas en coche desde Bergamo, 276 Km. Los 5 pueblos que forman Cinque Terre no pueden faltar si el viaje lo permite. Son pueblecitos con muchísimo encanto, al pie del mar, colgados literalmente de acantilados. Es un destino muy, muy turístico (seguro que has visto alguna fotografía de sus casas multicolor frente al mar), es difícil conseguir alojamiento. Nosotros optamos por Affitacamere Patrizia: tal y como dice su nombre, gestionan alquileres de habitaciones en diferentes alojamientos. Es una lotería, pero el precio merece la pena.

• Peruggia: 3h20 en coche desde Riomaggiore, 313 km. Una maravillosa ciudad Renancentista en la que pararemos en otro post de esta serie. Está en la lista de ciudades a las que volver, destaca por ser una ciudad universitaria, por tener una vida cultural muy importante y por su producción de chocolate. Nos alojamos en el Ostello di Peruggia Centro, un albergue por poco más de 15 euros en el centro de la ciudad, muy limpio y con unas vistas impresionantes. El único problema es que hay una hora de la mañana en la que debes marcharte para que limpien, pero si eres de los que aprovecha el día para moverte y visitar la ciudad, es una opción francamente buena.

• Salerno (3h55 desde Peruggia) y Amalfi (a 28 km, pero 55 minutos). Decidimos dormir en Salerno por ser el lugar donde dos de los expedicionarios pasaron su Erasmus y por tanto la conocían bien. Pero no queríamos perdernos la famosa costa Amalfitana (aunque fuese mojarnos el culo en sus playas) por lo que terminó siendo una etapa dura, con bastante tiempo en el coche, aunque después más que recompensada por una noche muy animada en Salerno. Nos alojamos en el Ostello di Salerno Ave Gratia Plena. Al igual que el de Peruggia, es de lo mejor que podrás encontrar a tan bajo precio.

• Nápoles: 52 minutos desde Salerno, 54 km. Nápoles es la ciudad más poblada del Sur de Italia y su centro está declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Olvida todo lo que crees saber sobre las pizzas, hasta que no comas una Margarita en esta ciudad no sabrás la verdadera diferencia (por algo la pizza fue inventada por los napolitanos en honor a la reina Margarita). Otro dato a tener en cuenta: el caos circulatorio es importante, no recomendado para conductores impresionables. En este punto dejamos nuestros coches alquilados y abrazamos el transporte público hasta el final del viaje, cogiendo un ferry hasta nuestra siguiente ciudad.

• Catania: Pasamos la noche en el barco (una buena forma de abaratar costes y aprovechar el tiempo: te trasladas de noche y te ahorras un día de hotel) y llegamos a Sicilia. Nos decidimos por la ciudad de Catania por estar cercana a varios lugares de interés que queríamos visitar. Así que deshicimos las maletas, dejamos el trasiego nómada de días anteriores y  pasamos un fin de semana largo recorriendo los alrededores. Nos alojamos en el Best Western Hotel Mediterraneo, una vez más de lo mejorcito en cuanto a relación calidad – precio.
• Taormina: 40 min desde Catania en tren, con viajes diarios desde las 10:00 a las 20:30, 4 euros por trayecto. Una joya que no podíamos perdernos: el circo romano con el mar al lado y el Etna en el horizonte es una estampa que se imprime en la retina y no se olvida. Si quieres aprender más en tu visita, únete a este tour por Taormina.

El siguiente punto del viaje es el transporte, mencionado de pasada en este post: elegimos avión, coche de alquiler, ferry y transporte público en Sicilia. Por la complejidad y curiosidades que puedes encontrarte al moverte por Italia, decidimos darle una entrada completa. No te la pierdas.