Como ya te advertíamos en Tromso, un aspecto muy importante de cualquier viaje a Noruega es vigilar el presupuesto e intentar abaratar costes, dado el alto nivel adquisitivo del país. Curiosamente, los vuelos a Oslo no resultan caros ahora mismo desde Madrid, ya que Norwegian (la operadora low-cost noruega) tiene billetes muy asequibles. Además, Ryanair a partir de marzo empezará a operar esta ruta también.

Nosotros volamos con Norwegian con lo que llegamos al aeropuerto de Gardemoen (Ryanair en cambio opera en el de Rygge), uno de los más elegantes y cómodos por los que hemos pasado, por cierto, los asientos de espera para embarcar son de lujo. Para llegar del aeropuerto de Gardemoen al centro de Oslo el medio más rápido es el tren (unos 20-30 minutos). Primer truco para ahorrar: el express directo (Flytoget) cuesta 170 coronas (unos 19,5 euros) mientras que el tren regional de NSB cuesta 130. No hay tanta diferencia de tiempo en el trayecto, salen de los mismos andenes, se compran los billetes en las mismas máquinas y ambos llegan a la Estación Central, el epicentro desde donde moverte por Oslo.

Paisajes nevados en el tren del aeropuerto a Oslo

Paisajes nevados en el tren del aeropuerto a Oslo

Nos alojamos en el hotel Anker, muy bien situado: a 10 minutos andando de la Estación Central, con parada de bus y tranvía prácticamente en la puerta y en el barrio de moda para cenar y salir por la noche, Grünnerløkka. Las habitaciones son amplias y nuevas, el desayuno buffet está incluido en el precio (cuando ves lo que cuesta comer en cafeterías y restaurantes, lo agradeces infinito) y puedes conseguir ofertazas: nosotros pagamos unos 75 euros la noche.

Tanto para preparar el viaje (con su web) como una vez allí, lo más recomendable es que acudas a la Oficina de Información Turística, situada a la salida de la Estación de tren. Existe una tarjeta para turistas (Oslo Pass) que permite acceso gratuito a museos, actividades, transporte público, etc. Nuestra opinión es que si vas a estar pocos días o tampoco piensas moverte mucho no merece la pena: los principales museos del centro de la ciudad (como la Galería Nacional) y muchos lugares de interés (el Parque Vigeland, la Ópera, la Catedral) son gratuitos. Si, en cambio, quieres recorrer todos los museos y desplazarte con rapidez, sí, hazte con la Oslo Pass porque ahorrarás mucho.

Edificio de la Opera con el mar congelado en Oslo

Edificio de la Opera con el mar congelado en Oslo

Pese a ser la capital, Oslo no es una ciudad muy grande (600.000 habitantes) y el centro es perfectamente abarcable a pie. Pasear por el puerto o por la calle principal Karl Johans es ruta turística obligada. No obstante, hay varios sitios a los que probablemente querrás ir, como los museos en la Península de Bydøy o Vigeland, a los que no es tan fácil acceder caminando (sobre todo en invierno con las bajas temperaturas).

La red de transportes públicos funciona de maravilla y comprende autobuses, tranvías y ferrys pero, como no, tratándose de Noruega, son caros. Si compras el billete a bordo, directamente al conductor, son 50 coronas (casi 6 euros); si lo compras previamente baja a 35; al menos el billete es válido durante una hora. Así pues, vale más que compres tickets individuales con antelación o que te hagas con abonos: el de 24 horas es válido para todos los transportes y cuesta 90 coronas (poco más de 10 euros), puedes comprarlo en la Oficina de Turismo. Esto por ejemplo te permite, como hicimos nosotros, coger un ferry público simplemente por el hecho de ver Oslo desde otra perspectiva y las islas de alrededor ya que estaba incluido en el pase 24 horas (cuando un crucero turístico cuesta 265 coronas).

Y ¿dónde comer a buen precio en Oslo? Es una cuestión muy muy complicada. Nosotros encima teníamos el agravante de que estuvimos allí en Nochevieja, con lo que los menús de cenar ese día eran ya prohibitivos… En líneas generales, como apuntábamos, tener el desayuno incluido en el hotel ya es una gran ventaja. Si quieres tomar un café y un dulce o un sandwich, es mejor que lo hagas en uno de los muchos establecimientos que hay con máquinas para servirte tú mismo (como Deli de Luca) que en una cafetería al uso. Con la Oslo Pass te hacen descuento en bastantes bares y restaurantes, así que si piensas adquirirla, entérate de los establecimientos y úsala también en ese sentido.

Así como en Tromso no salían rentables porque había otros restaurantes locales más económicos, en Oslo tuvimos que optar por las franquicias. Pepes Pizza es la principal cadena de pizzerías noruega (el Telepizza o Pizza Hut de allí): una pizza grande cuesta alrededor de 30 euros y da para cenar dos personas. En Nochevieja, tanto por ocupación como por precio, cenamos en Egonuna especie de Vips noruego, con una carta-para-todos muy variada (una hamburguesa o un plato de salmón por 20 euros).

Cenando en Egon, Oslo

Cenando en Egon, Oslo

Por último, lo más caro es el alcohol. Conseguir una cerveza barata (por no hablar de vino o combinados) es misión imposible: limítate a la cerveza de grifo local (unas 70 coronas) y olvídate de otras bebidas alcohólicas. Para que te hagas una idea, una botella de vino blanco Martín Codax (menos de 10 euros en tu supermercado) tenía un precio de 420 coronas en la carta de vinos de un bar de Oslo.

De todos modos, no te dejes asustar por el elevado coste de vida, porque Oslo es una ciudad muy agradable, que merece la pena visitar y los precios altos se compensan con lo bien organizada que está la ciudad. ¿Y qué ver concretamente mientras estás allí? ¡También te lo contamos!

Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0

7 Comment on “Guía para un viaje bueno, bonito y barato a Oslo

  1. Pingback: Oslo en 48 horas | Vagamundos

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