Ya te hemos contado cómo planificar tu viaje a Oslo, dónde alojarte, cómo moverte por la ciudad… Y una vez allí, ¿qué hacer? ¿qué ver? Si como nosotros, planeas una estancia corta, una escapada de fin de semana, te contamos cómo aprovechar Oslo en 48 horas.

Aunque nosotros te contamos en este post lo que vimos por libre, siempre puedes unirte a una visita guiada en que te lleven por los sitios más destacados de la ciudad contándote además información interesante.

La arteria principal de Oslo se llama Karl Johan y la recorrerás unas cuantas veces si visitas la capital noruega, eso seguro. En su kilómetro de extensión, esta calle que une la Estación Central de tren con el Palacio Real pasa también por otros lugares tan significativos como la Catedral, el Parlamento, la Universidad, el Teatro Nacional o la Galería Nacional (con la principal colección de arte noruego, incluido El grito de Munch, y de entrada gratuita) así como por multitud de bares y restaurantes, algunos con historia, como el Grand Café, donde solía almorzar Ibsen.

Otro paseo recomendable es bordear la costa de Oslo, empezando en la Opera, un edificio impresionante, que puedes “escalar” (subir andando hasta su tejado panorámico) para disfrutar de unas grandes vistas. Este paseo exerior es gratuito; si quieres conocer la Ópera por dentro, hay visitas guiadas diarias, en inglés y noruego por 100 coronas. Desde ahí sigues caminando en paralelo al mar hasta llegar a la fortaleza de Akershus, situada en una pequeña elevación y de libre acceso. Es un recinto amurallado con jardines, patios y un castillo del año 1300 (si quieres ver su interior ya tendrás que pagar 50 coronas). Es muy agradable para pasear, descansar y disfrutar de las vistas sobre el puerto.

La fortaleza de Akershus, Oslo

La fortaleza de Akershus, Oslo

Y siguiendo precisamente por el puerto llegas al Ayuntamiento de Oslo (Rådhus), un edificio singular (bonito no es), muy estilo soviético, decorado con motivos de la historia y cultura noruegas y que también puedes visitar gratis. Frente al Ayuntamiento es donde se concentra la gente la noche del 31 de diciembre para dar la bienvenida al año nuevo con fuegos artificiales, champán, bengalas y sin miedo al frío.

Ayuntamiento (Radhus) de Oslo

Ayuntamiento (Radhus) de Oslo

Justo a su lado se encuentra el Centro del Premio Nobel de la Paz, con exposiciones sobre todos los premiados con este galardón (90 coronas la entrada). ¿Y por qué este centro en Oslo? Porque el Nobel de la Paz, a diferencia del resto de premios, es el único que no se entrega en Suecia, sino en el Ayuntamiento de Oslo, por decisión del propio Alfred Nobel (en su época Noruega y Suecia formaban un único país).

Puedes seguir el paseo (siempre en paralelo a la costa) hasta Aker Brygge, un barrio muy animado con restaurantes, bares, terrazas, bancos, tumbonas, piscinas naturales… ¡Y eso que fuimos en invierno! En verano deben de estar todos los oslenses disfrutando del sol por allí. Llama la atención también la arquitectura moderna de los edificios de la zona, cuyo máximo exponente es el Museo Astrup Fearnley, construido por Renzo Piano y que merece la pena ver aunque sea por fuera para admirar su diseño.

Museo Astrup Fearnley (edificio de Renzo Piano) en Aker Brygge, Oslo

Museo Astrup Fearnley (de Renzo Piano) en Aker Brygge

Los otros dos puntos turísticos que no puedes perderte están más alejados del centro y tendrás que llegar hasta ellos en transporte público (recuerda nuestros consejos). Empiezo por el que más nos gustó: el Parque de Vigeland (coge el tranvía 12 o el bus 20) está situado en el interior del extenso Frognerparken y es una exposición permanente de esculturas realizadas por Gustav Vigeland. Son representaciones humanas (hombres, mujeres, niños, ancianos) evocando las sucesivas etapas de la vida (nacimiento, infancia, madurez, familia, muerte) dispuestos en varias áreas del parque (la entrada, el puente, la fuente) que culminan en el Monolito, una torre de 17 metros de altura compuesta por 121 figuras desnudas humanas entrelazadas. El conjunto resulta espectacular.

Parque de esculturas de Vigeland, Oslo

Parque de esculturas de Vigeland, Oslo

Por último, en la península de Bydøy se encuentran varios de los principales museos de la ciudad, además de playas y áreas de recreo muy agradables para el buen tiempo: puedes llegar hasta allí con el ferry 91 (sólo de abril a octubre) o el bus 30 (todo el año). Y podrás ver el Museo de los Barcos Vikingos, el Museo de Kon-Tiki y, el que nosotros visitamos, el Museo Folklórico Noruego (ver todos con sólo 48 horas de viaje no era factible). Éste es una exposición al aire libre de casas tradicionales de todas las regiones de Noruega y la atracción principal es la iglesia de madera de Gol, construida en torno al año 1200 en la localidad del mismo nombre y reconstruida en 1885 dentro del Museo. También hay exposiciones, pero si quieres ver sólo la parte exterior, la entrada tiene un precio reducido de 60 coronas.

Iglesia de madera de Gol, en el Museo Folklórico Noruego de Oslo

Iglesia de madera de Gol, en el Museo Folklórico Noruego

Por supuesto hay más opciones para ver en Oslo (el museo de Munch, el de Ibsen, la pista de ski de Holmenkollen, etc), si vas a pasar más días allí, echa un ojo al listado completo de atracciones y actividades y organiza tu ruta. Mientras, para que no te pierdas, te dejamos un mapa con los lugares de los que te hemos hablado. ¡Y todas las fotos que quieras para tu disfrute en nuestro Flickr!

Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0

8 Comment on “Oslo en 48 horas

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