Vagamundos Viajeros

Esauira en español. Essaouira en árabe. Mogador en portugués. Astapor en el universo de Juego de Tronos. Muchos nombres, una sola ciudad. Lugar de encuentro de tradiciones árabe y mediterránea, palpable ésta en las fachadas blancas y azules de sus edificios o en el trazado rectilíneo de la medina. No en vano su nombre deriva del vocablo sauirah, que significa “hermosamente trazada“.

Esauira es así muy diferente del resto de ciudades marroquíes, debido a la influencia europea que ha tenido durante siglos: primero como puerto portugués, después bajo el protectorado francés. Es muy distinta, por ejemplo, de Marrakech: más abierta, más tranquila, aquí no hay que preocuparse por las motos ni los coches, y envuelta por la brisa marina. De ahí que su medina sea Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y que desde 2012 cuente con otro título aún más importante turísticamente hablando: haber sido elegida como escenario para una de las múltiples localizaciones de la celebérrima serie Juego de Tronos (igual que lo fue el ksar de Ait Ben Haddou, también en Marruecos).

Por todo esto Esauira es una visita obligada si vas al país marroquí. Históricamente uno de los principales enclaves costeros comerciales de Marruecos, en competencia con la cercana Agadir, actualmente mantiene su importancia como puerto pesquero. De hecho, en un paseo por sus muelles puedes encontrar multitud de puestos improvisados donde venden pescado que luego puedes pedir que te cocinen en restaurantes y terrazas cercanas. Es obligado por tanto degustar el pescado local en alguno de los establecimientos de la ciudad.

Puerto pesquero de Esauira

La economía gira así en torno a la pesca, pero también al comercio de productos de artesanía: textil, orfebrería, ebanistería… Especialmente recomendables son los productos de madera, de los que encontrarás tiendas especializadas en la medina que merecen una visita.

Pero si hay una imagen identificativa de Esauira es la de sus murallas y la Sqala de la casba, una plataforma con cañones y con un bastión desde que el se puede divisar unas vistas incomparables: a un lado el océano y al otro, la medina. El espectáculo sólo puede mejorarse con la luz del atardecer. Mezcla de arquitectura militar portuguesa, francesa y bereber, su solidez se impone a las aguas revueltas del océano Atlántico.

Murallas de Esauira

Saliendo ya de la medina, pasarás por la plaza de Moulay El Hassan, abierta al puerto y con animadas terrazas de cafés y restaurantes. Y si sigues caminando, llegarás hasta la inmensa playa, de unos 10 kilómetros de extensión de fina arena, donde pasear tranquilamente, sentarse a observar el mar o probar alguna actividad de aventura. Porque otro sobrenombre para Esauira es la ciudad del viento, con lo que en la playa no sorprende encontrar puestos de alquiler de equipamiento de surf, windsurf o kite surf así como multitud de personas practicando estos deportes.

Atardecer en la playa de Esauira

Así que si vas a estar en Marrakech durante varios días, una escapada a Esauira será muy de agradecer y el contraste entre ambas ciudades te hará ver otra perspectiva de Marruecos. Desde Marrakech puedes llegar en apenas 3 horas en autobús con la compañía Supratours por 70 dirhams (unos 6,5 euros) por trayecto. También puedes ir en una excursión organizada como ésta. Si no te hemos convencido con palabras, quizá las fotos cumplan mejor el objetivo.