Teníamos tantas tantas ganas de conocer Edimburgo, nos parecía una ciudad tan bonita sólo en fotos, que casi daba miedo que decepcionase… Pero no fue así, todo lo contrario. No sólo ratificamos la ciudad tan arquitéctonicamente bella que es, sino que constatamos que las fotos se quedan cortas. ¡Y hasta nos hizo sol un día!

Edimburgo está urbanísticamente dividido entre la Old Town y la New Town por la Princes Street y sus jardines, que antaño fueran un lago mugriento donde se arrojaban los residuos de los habitantes de la ciudad vieja. La parte antigua, por supuesto, es la ubicación originaria de Edimburgo, se sitúa a mayor altura y es donde se encuentran el Castillo y el Palacio de Holyroodhouse, unidos por la arteria principal de la ciudad, la famosa Royal Mile.

La parte nueva (no os dejéis engañar por su nombre, tiene más de 300 años de antigüedad) se sitúa por tanto fuera de las murallas que delimitaban la ciudad y acoge también puntos turísticos destacados, como el Monumento a Scott o Calton Hill. La realidad es que el conjunto de ambas áreas, donde está todo lo que cualquier turista querrá ver, no es muy grande y puede recorrerse a pie, con calma, en un solo día sin problema.

En la Old Town sólo tienes que seguir la Royal Mile, la calle más famosa y por la que pasarás múltiples veces, para acceder a todos los puntos de interés. Como curiosidad, su longitud, 1.814,2 metros, da origen a la medida de la milla escocesa (creo que sólo útil en Edimburgo). Durante todo su recorrido encontrarás cientos de callejones o closes a ambos lados, que llevan a patios interiores de viviendas o que comunican con otras calles. Todos tienen su nombre (y probablemente su historia). Nosotros empezamos nuestro itinerario muy valientes entrando en todos pero abandonamos al ver que hay muchísimos y habríamos tardado demasiado en recorrer esa milla escocesa.

Royal Mile, la arteria principal de Old Town en Edimburgo

Royal Mile, la arteria principal de Old Town en Edimburgo

El Castillo se asienta desde el siglo XII en lo alto de Castle Rock, un extinto volcán (sí, Edimburgo se construyó sobre colinas volcánicas), protegido por rocas y vegetación además de por su muralla, y sólo accesible desde la Royal Mile. Hay que verlo desde dentro para apreciar lo grande que es, las múltiples edificaciones que acoge y las espectaculares vistas sobre la ciudad que se extiende a sus pies. Son 16 libras de entrada pero fácilmente puedes estar 2 ó 3 horas recorriéndolo y es el monumento más visitado de Escocia.

Vistas del Castillo de Edimburgo desde los Jardines de Princes Street

Vistas del Castillo de Edimburgo desde los Jardines de Princes Street

The Hub es una iglesia gótica construida en el siglo XIX cuya torre supone el punto más alto de la Royal Mile. Actualmente es la sede informativa del Festival Internacional de Edimburgo, un famosísimo evento que tiene lugar cada agosto y convierte a la ciudad en el epicentro mundial de las artes escénicas.

La catedral de Saint Giles, del siglo XII, no es en realidad una catedral puesto que en la Iglesia de Escocia no existe tal título, pero así se la conoce dada su importancia y simbolismo como iglesia principal de Edimburgo. Visitarla es gratuito: simplemente te invitan a hacer donaciones o a pagar 2 euros por hacer fotos en su interior. Lo más llamativo es su disposición interior con el altar en el centro y las preciosas vidrieras del siglo XIX. ¡Ah! Y si te entra hambre o sed, hay un café dentro de la propia catedral.

Interior de la catedral de Saint Giles en Edimburgo

Interior de la catedral de Saint Giles en Edimburgo

Canongate es el último tramo de la Royal Mile, ya más cercano al palacio de Holyroodhouse, y lo más destacado es la iglesia del mismo nombre en cuyo interior hay un cementerio con la tumba del economista Adam Smith, padre del capitalismo.

El Palacio de Holyroodhouse, en el extremo opuesto al Castillo, se encuentra a los pies de otra colina volcánica, el Arthur’s Seat, desde donde se obtienen unas excelentes vistas de Edimburgo (no pudimos comprobarlo por la lluvia). Este palacio continúa siendo la residencia oficial de la Reina de Inglaterra cuando viene a Edimburgo y se puede visitar su interior, con una rica decoración barroca, por 15 libras.

Por último, una visita obligada en la Old Town te llevará bajo tierra, a los callejones situados bajo la Royal Mile donde hace siglos la población trabajaba y mal vivía hacinada, debido a la acumulación de habitantes dentro de las murallas de Edimburgo. Hay distintas empresas que ofertan tours explicando las historias de este inframundo y que te guían por las catacumbas, nosotros lo hicimos en español con Mercat Tours. Es impresionante descubrir lo sucia e inhabitable que era una ciudad tan bella y admirada hoy.

En la New Town hay 3 lugares que no podrás perderte. Una, el paseo por los Jardines de Princes Street a la sombra del Castillo. Otra, el Monumento a Scott, una construcción de estilo gótico de 61 metros de altura erigida en honor al escritor escocés Sir Walter Scott. Y por último, las vistas estrellas de Edimburgo desde la colina de Calton Hill (sí, esa foto tipiquísima que habrás visto mil veces en Internet se obtiene desde allí).

Atardecer sobre Edimburgo desde Calton Hill

Atardecer sobre Edimburgo desde Calton Hill

Además de la panorámica, podrás disfrutar de amplias zonas verdes donde descansar y de varios monumentos de corte clásico: el Monumento Nacional, el Observatorio, el Monumento a Dugald Stewart (el templete de estilo griego que aparece en todas las fotos) y la Torre de Nelson. A ésta última se puede subir por el módico precio de 4 libras a cambio de unas vistas desde aún mayor altura sobre la ciudad. Si puedes, ve a Calton Hill para ver atardecer porque es todo un espectáculo (cuidado con los horarios de apertura que varían en función de la época del año).

Por último, si aún te queda tiempo, te recomendamos dos últimas visitas. Dean Village es una pequeña aldea del siglo XII situada a sólo 5 minutos de Princes Street en torno al río Leth. En un corto paseo desde el centro de la ciudad te encontrarás en medio de un pequeño pueblo con casas y puentes de piedra, como transportado a otra época. Además, lo atraviesa una agradable ruta de senderismo, Water of Leth, que recorre la ribera del río: una caminata muy ligera y agradable, para disfrutar del paisaje. Y siguiendo con la naturaleza, el parque público The Meadows junto al campus universitario ofrece otro agradable paseo, con amplias zonas verdes, varias pistas de tenis y criquet, zona infantil, etc.

Dean Village a orillas del río Leth

Dean Village a orillas del río Leth

Y si el tiempo no acompaña y hay que racionar las visitas exteriores, siempre puedes disfrutar de los museos de la ciudad. La Galería Nacional de Escocia, situada en Princes Street, es de entrada gratuita y tiene una importante colección pictórica europea.

Y si quieres saber dónde dormir, comer y salir de fiesta en Edimburgo, porque la vida nocturna de la ciudad merece la pena, y mucho, sigue leyendo aquí.

Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0

4 Comment on “Qué ver en Edimburgo en 48 horas

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