Cuando uno piensa en películas de western le vienen a la cabeza imágenes de pequeños pueblos con casas de madera, caballos y tierras secas rojas y polvorientas. Pues bien, en el Oeste malgache el paisaje se mantiene y cambiamos los caballos por 4×4 y piraguas. Y es que llegar a esta zona de Madagascar no es sencillo, como te avisábamos en nuestra guía, necesitarás como mínimo 5 días: uno para llegar hasta Morondava, otro para ir de aquí a los Tsingy, un tercero para recorrerlos y otros dos para hacer el mismo camino de vuelta. Pero la recompensa es grande: la playa de Morondava frente a Mozambique, la mítica Avenida de los Baobabs y el Parque Nacional de pináculos de piedra de los Tsingy. ¡Así que échale valor y a la aventura!
Nuestro primer destino nada más aterrizar en Tana, debido al retraso del vuelo que sufrimos, fue Morondava. Playa y baobabs. ¿A que suena bien? Para llegar allí desde la capital hay que hacer un largo recorrido en coche que dura un día completo. La carretera es aceptable, eso sí, y con paradas frecuentes para ver el paisaje o estirar las piernas, teniendo en cuenta que estábamos recién llegados además al país, se hace ameno. Es sorprendente también ver cambiar la orografía del terreno y pasar de las tierras áridas rojas del centro a la zona más verde y selvática de la costa.
Paramos a comer en Miandrizavo, conocido sobre todo porque aquí se inicia el descenso en piragua del río Tsiribihina. Un recorrido fluvial de 3 días que finaliza en las inmediaciones del Parque de los Tsingy. Por tanto, otra opción de llegar a la misma meta: un poco más larga en tiempo, pero también más tranquila y reposada (y muy frecuente entre los turistas). Nosotros pensamos que 3 días en canoa era demasiado tiempo para lo ajustado de nuestro itinerario y optamos por el coche.
Llegamos a las inmediaciones de Morondava cuando atardecía y encontrándonos con los primeros baobabs aquí y allá, dispersos por el paisaje: uno junto a un arrozal, otro al lado de la carretera, varios en el horizonte junto al sol descendente… ¡Nos volvimos locos a sacar fotos! Era la emoción de verlos por primera vez, poco sospechábamos entonces que en los siguientes días nos hartaríamos de ver baobabs 🙂
En Morondava nos hospedamos en el hotel Chez Maggie, formado por amplios bungalows y situado en la misma playa. Lo mejor del hotel, sin duda, su restaurante: pasamos dos noches allí y cenamos a base de pescado y marisco fresco, delicioso y a buen precio (una cena completa para dos, con cerveza y postre, por unos 20 euros). Las habitaciones, correctas y con sus mosquiteras en las camas. Eso sí, una advertencia: hasta las 6 de la mañana no conectan la luz y el agua, con lo que si al día siguiente vas a salir muy temprano, mejor dúchate por la noche. Y otra ventaja de este alojamiento: por la mañana salíamos a pasear directamente desde el hotel a la playa, para ver amanecer y sacar fotos de los pescadores saliendo en sus barcas.
Comenzamos el segundo día muy temprano y con cambio de coche a un 4×4 más grande aún que con el que habíamos salido de Tana. Nuestra primera parada fue la Avenida de los Baobabs, situada a las afueras de Morondava. La luz no era la mejor, pues amanecimos con niebla, pero aún así, una vez más, la emoción de verla por primera vez nos compensó de sobra. Allí mismo comenzaba la pista de tierra que nos llevaría hasta los Tsingy y comprendimos la necesidad del 4×4 mayor. Llamar carretera a ese camino es ser demasiado generoso… En la época de lluvias es intransitable, de hecho. Pero también gracias a esto descubrimos que hay cientos de baobabs más allá de la famosa Avenida, así que podemos decir que el trayecto en sí también tiene sus alicientes (aunque los baches y el polvo rojo que lo cubre todo, uno mismo incluido, llegan a ser desesperantes).
Además del 4×4 probamos el otro transporte típico de la zona: la piragua. Aunque con matices… Porque hay que atravesar 2 ríos sirviéndose de unos transbordadores de lo más precarios: básicamente son 2 piraguas con motor unidas con tablones de madera. Y allí encima íbamos 4 o 5 todoterrenos, sus ocupantes turistas, habitantes de la zona y gallinas. Muchas gallinas. Tranquilo, que en ningún momento es inseguro pues los ríos son tranquilísimos y los trayectos son cortos.
Y por fin, tras el segundo transbordador, llegamos a Bemaraha, puerta de entrada a los Tsingy. La excursión al Parque sería al día siguiente, pero esa misma tarde, nada más llegar, fuimos a reservar el guía y decidir el circuito que recorreríamos (te recuerdo que en todos los parques nacionales de Madagascar es obligatorio entrar con guía, que se contrata a parte del ticket de entrada, y su tarifa depende del recorrido y tiempo que esté contigo). Y este momento fue crucial…
En la entrada hay un cartel explicativo con las diferentes rutas y zonas. Básicamente hay dos: Grand Tsingy y Petit Tsingy. No te lo dicen claramente, pero en realidad, el Petit es para gente mayor, niños o personas con vértigo. El Grand requiere estar en una forma física aceptable y no sufrir de mal de alturas. Y dentro de esta zona hay 3 posibles itinerarios: dos transcurren en las alturas y el otro, desciende por cuevas. Es posible hacer los 3 seguidos y, por tanto, ver el Grand Tsingy al completo en un tiempo aproximado de 6 horas. Nosotros, valientes, elegimos esta opción. Mientras a los guías se les escapaban risitas…
Al día siguiente entendimos por qué. El circuito completo del Grand Tsingy es duro. No imposible, ni mucho menos, pero sí de una complicación considerable. El parque es impresionante: habíamos visto fotos antes del viaje pero no le hacían justicia. Los pináculos de piedra ocupan una extensión de terreno enorme y alcanzan gran altura. Gran parte del recorrido estás escalando y por eso te colocan arneses y tienes que amarrarte con ellos con frecuencia a cuerdas y enganches anclados en las paredes de piedra. Pese a eso, nunca tienes sensación de seguridad… El Parque Natural es muy auténtico y está sin explotar, para bien y para mal.
Cuando no estás sobre los pináculos y paseas por su base, la selva con sus enormes árboles y vegetación también impresiona. Aquí vimos lemures por primera vez: blancos y marrones, encaramados en lo alto de los árboles, saltando de rama en rama. Y, rizando el rizo, el circuito transcurre por cuevas a las que accedes por estrechos agujeros y túneles (mejor lleva pantalones largos porque en algunos tendrás que arrastrarte o pasar de rodillas) y donde puedes ver decenas de nidos de murciélagos. En definitiva, es una excursión super completa, porque pasas por muy distintos paisajes y ¡haces muchísimo ejercicio físico! Las agujetas nos duraron varios días… pero las imágenes que nos traemos de recuerdo nos durarán toda la vida.
Las dos noches que pasamos allí (la anterior a la excursión y la del mismo día del tour por el Tsingy) nos hospedamos en el hotel Olympe du Bemaraha: ¡una auténtica maravilla! Teníamos nuestra cabañita de madera, una piscina donde mojar los músculos doloridos tras el circuito por el parque y un estupendo restaurante, como en prácticamente todos los lugares donde nos hospedamos en Madagascar, en realidad.
Al día siguiente deshicimos el camino por la pista de tierra en dirección de vuelta a Morondava, con un par de paradas de excepción. Primero, el baobab sagrado, de 600 años de edad y cuyo tronco hay que tocar para pedir un deseo (ojo, que si se cumple tienes que volver al mismo sitio a agradecerlo). Segundo, los baobabs enamorados, que en realidad son uno solo cuyo tronco se dividió en dos, entrelazándose en un abrazo arbóreo.
Por fin, llegamos justo antes del atardecer a la Avenida de los Baobobas para disfrutar de uno de los mayores y más conocidos espectáculos de Madagascar. Allí nos encontramos con unos niños que habían encontrado un par de camaleones y los mostraban para que les hiciésemos fotos e incluso los cogiésemos.
Viaje completo ya: baobabs, lemures y camaleones, ¿quién da más? Pues hubo más: el remate final con el precioso atardecer y el sol descendiendo entre los baobabs hasta desaparecer y teñir el cielo de rojo. Una de las estampas más bellas que hemos visto nunca. Después de todo, el salvaje Oeste nos había regalado mucho…
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Excelente relato, muy práctico. ¿Puedo realizar la visita al Grand Tsingy desde Morondava en un solo día, comenzando bien temprano y regresando por la noche?
Hola, nos alegramos de que te haya gustado el post! 🙂 Es imposible hacerlo todo en un día, solo ir de Morondava al Tsingy lleva un día completo (y saliendo bien temprano como dices). La carretera es una pista de tierra con lo que se avanza muy lentamente. Es imposible hacerlo en menos de 3 días en total…
Excelente post muchas gracias!, estoy a unas semanas de ir a madagascar y tenemos 7 días completos en la isla y nos gustaría hacer exactamente esto que hicieron ustedes. Una consulta, el traslado de tana a morondaba y el de morondaba a Tsingy lo hicieron solos? rentando vehículos o contrataron algún transporte?
Gracias! Matias
Hola Matias, muchas gracias, nos alegramos de que el post te haya gustado y, sobre todo, de que vayas a conocer Madagascar en unas semanas!!! 😉 Nosotros hicimos todo el viaje con un coche y un chófer que contratamos a través de una agencia local de allí (en este otro post tienes más información https://vagamundosviajeros.com/2015/10/19/guia-viaje-madagascar-itinerario-hotel-consejos/) y creemos que es lo más recomendable. De Tana a Morondava igual podrías plantearte conducir tú mismo o tomar un bus local (aunque son bastante incómodos). Pero el tramo de Morondava al Tsingy es una pista de tierra difícil de conducir y para el que es mejor contar con un 4×4 y conocer algo la zona. ¡Espero que te sirva de ayuda nuestro blog y que disfrutes de tierras malgaches!
Muchas Gracias por la información y por la rapida respuesta, nos estamos poniendo en contacto con la agencia, Saludos Matias
Gracias por esta entrada! Nos está sirviendo para organizar nuestro viaje. Saber los tiempos de viaje es básico cuando se va pocos días.
Gracias por tu comentario Mireia! Nos alegramos de que os sea de ayuda, para eso está el blog 😁 Y feliz viaje a Madagascar!
Muchas gracias por la información esta genial!!stoy intentando reservar los mismos hoteles en los q te quedaste pero es imposible contactar con ellos,no me contestan…….
Como lo hiciste tu?
Muchas gracias de antemano.
Hola Bea! Nosotros gestionamos todo el viaje a través de una agencia de viajes local de allí, de Madagascar http://www.madagascar-green-tours.com En este otro post nuestro tienes más info de organización del viaje https://vagamundosviajeros.com/2015/10/19/guia-viaje-madagascar-itinerario-hotel-consejos/ Un saludo!
Hola Patricia.
Me llamo Celia. A finales de agosto voy a ir dos semanas a Madagascar y el recorrido que cuentas en esta entrada me ha ayudado mucho a planear mi itinerario. Solo me surgen algunas dudas, a ver si puedes ayudarme. He mirado la página que recomiendas, la de Madagascar Green Tours, para alquilar un coche con conductor. Supongo que para hacer la ruta hasta Tsingy y vuelta, tendré que alquilar un todoterreno y en la web pone que los coches son de hasta para cuatro personas. ¿Sabes si hay manera de compartir el coche con otras personas? ¿Conoces alguna otra agencia de viajes?
También te quería preguntar si es posible bajar por la costa oeste de Madagascar, desde Morondava hasta Tulear o si hay que volver a la RN-7 para poder bajar al sur.
Muchas gracias y enhorabuena por el blog 🙂
Hola Celia! Muchas gracias a ti! Mi consejo es que contactes directamente con la agencia y le planteas el itinerario para que te indiquen, por si algo ha cambiado respecto a cuando fuimos nosotros (hace ya 3 años), pero en aquel momento no se podía ir desde Tsingy al sur por la costa, tenías que volver a la RN-7. Respecto a compartir coche, quizá entrando en algún foro (nosotros siempre consultamos el de losviajeros.com) encuentres alguien más que va a hacer esa ruta en tus fechas y podáis compartir gastos. O quizá conozcas a alguien en el vuelo… Conozco otras agencias de cuando busqué para ir a Madagascar, pero no sé cómo es su servicio puesto que no la utilicé, con lo que no sé si puede servirte de mucho realmente… ¡Cualquier otra duda, nos preguntas! Un saludo y gracias por leernos 😉