Nos levantamos a las 7 de la mañana. El plan establece que a las 8 estaremos saliendo de Gijón para llegar sobre las 9.30 a la localidad asturiana de Poncebos, en plenos Picos de Europa, donde empezaremos a caminar. Hay que arrancar medianamente temprano para evitar el sol en hora punta durante la ruta (aunque el sol no se presentará finalmente a la cita). No hemos preparado nada esta vez. Es porque nos lleva mi padre, super experto montañero que ha hecho ya este camino del Cares varias veces, en bici, a pie, con desvíos por otras sendas… Él nos guía, nada nos falta.

Así empezamos la ruta del Cares: 9.30 de la mañana y niebla escondiendo los altos Picos de Europa

Así empezamos la ruta del Cares: 9.30 de la mañana y niebla escondiendo los altos Picos de Europa

Llegamos a Poncebos, aparcamos el coche, cogemos agua y gorra y comenzamos la caminata. Cuesta arriba. La ruta promete… Mi padre nos explica que este tramo inicial es el que tiene más pendiente y que luego ya será llano o con una ligera inclinación casi imperceptible. A cambio, tras llegar a la meta en León, en el pueblo de Caín, el regreso será progresivamente descendente. Mejor así: el camino de ida subiendo, el de vuelta tras parar a comer, bajando. 24 kilómetros en total. Sí, necesitaremos fuerza…

El camino que sube, en la imagen, es donde se empieza la ruta del Cares desde la localidad asturiana de Poncebos

El camino que sube, en la imagen, es donde se empieza la ruta del Cares desde la localidad asturiana de Poncebos

Mi padre nos explica cómo antes era posible hacer la ruta no solo andando, sino también en bici de montaña. Nos parece simplemente increíble que un ciclista pueda ascender este tramo inicial con esa inclinación y ese terreno irregular… Subimos poco a poco y nos cruzamos con madrugadores como nosotros que nos adelantan porque vamos a ritmo lento, haciendo fotos, parando a admirar el paisaje cada dos pasos.

El camino inicial de la ruta del Cares partiendo de Asturias es cuesta arriba

El camino inicial de la ruta del Cares partiendo de Asturias es cuesta arriba

Desde la senda principal parten pequeños caminos que suben y bajan la montaña: mi padre ha recorrido algunos. Por ejemplo el que lleva hasta el Naranjo de Bulnes: vemos a un chico que coge esta vía y que va ¡corriendo! Hay muchos valientes en estas montañas…

Conviene madrugar, pese a la niebla, para evitar las horas de más calor durante la ruta

Conviene madrugar, pese a la niebla, para evitar las horas de más calor durante la ruta

Continuamos la marcha y el aprendizaje. La ruta del Cares no es una vía natural: se abrió en la roca a principios del siglo pasado para facilitar el paso a los trabajadores de la central hidroeléctrica de Camarmeña – Poncebos. En eso nos recuerda al Caminito del Rey. Durante todo el trayecto encontramos muchísimos canales de agua que forman parte de las instalaciones hidroeléctricas, depósitos, puentes: ¡menuda labor tuvo que ser la de trazar este camino en el desfiladero!

El camino del Cares desde Asturias asciende durante su tramo inicial hasta llegar a Los Collaos, el punto de mayor altura de toda la ruta

El camino del Cares desde Asturias asciende durante su tramo inicial hasta llegar a Los Collaos, el punto de mayor altura de toda la ruta

Aunque el primero en marcar el camino fue el río Cares: ¿cuantos cientos de miles de años necesitaría para ir tallando la roca de los Picos de Europa y abrirse camino hacia el río Deva en que desemboca? De hecho, la ruta original es más larga que lo que andamos hoy: 10 kilómetros más hacia el interior respecto a Caín, pues empieza en el pueblo leonés Posada de Valdeón. Es posible hacer este trekking completo desde Posada hasta Poncebos: ida y vuelta suponen 20 kilómetros más respecto a los 24 que ya hacemos (aquí puedes ver el itinerario). Para nosotros es demasiado…

Durante toda la ruta nos acompañan las reinas de las altas montañas: las cabras (éstas acostumbradísimas a la compañía de los senderistas)

Durante toda la ruta nos acompañan las reinas de las altas montañas: las cabras (éstas acostumbradísimas a la compañía de los senderistas)

El trayecto que casi todos recorremos en definitiva es el que transcurre en la garganta del Cares: es el más espectacular y el que ha convertido a esta ruta en una de las más bellas de España ¡y de las más transitadas! A medida que pasan las horas, vamos cruzándonos cada vez con más y más senderistas: muchos en grupo, otros en pareja, varias familias con niños, incluso algún caminante solitario.

Durante la ruta pueden observarse formaciones rocosas muy llamativas

Durante la ruta pueden observarse formaciones rocosas muy llamativas

Superado el inicio cuesta arriba, una señal indica que estamos en Los Collaos: el punto más elevado al que subiremos. Empezamos a bajar ligeramente y el resto del camino transcurre prácticamente en llano como mi padre prometió.

La roca es predominantemente caliza: no en vano estamos en los Picos de Europa

La roca es predominantemente caliza: no en vano estamos en los Picos de Europa

El tramo central es el más espectacular, donde más visible se hace que la senda fue “labrada en la roca” literalmente. Casi parecen pequeños túneles rocosos en los que se ha levantado la pared exterior para facilitar las vistas.

Es impresionante observar cómo el camino está labrado en la roca y las vistas del resto del desfiladero del Cares

Es impresionante observar cómo el camino está labrado en la roca y las vistas del resto del desfiladero del Cares

El Cares baja con poca agua: el deshielo fue ya hace semanas y no ha llovido mucho últimamente. Aún así podemos ver la claridad y transparencia de sus aguas: en varios puntos hay pequeñas piscinas naturales en las que poder bañarse (un día con más calor seguro que se agradece, no es el caso hoy).

Cuando hicimos la ruta, el río Cares bajaba con poco agua

Cuando hicimos la ruta, el río Cares bajaba con poco agua

Ya casi estamos: el puente Bolín marca el inicio de la recta final, en la que se hace más evidente que este camino se construyó para servir a una instalación industrial. Descruzamos sobre el río en el siguiente puente, el de los Rebecos, al que sigue un tramo bajo túneles de piedra, con aberturas al exterior y barandillas metálicas, que permiten vistas al río.

El tramo final de la ruta del Cares se caracteriza por la sucesión de 3 puentes que permiten cruzar varias veces sobre el río Cares

El tramo final de la ruta del Cares se caracteriza por la sucesión de 3 puentes que permiten cruzar varias veces sobre el río Cares

El desfiladero se va estrechando hasta que por fin llegamos a la presa que marca la meta de la primera parte de nuestra ruta. 12.45 de la mañana: nuestra marca se queda en poco más de 3 horas.

Es la parte más cercana a la presa de Caín, en León: la meta final de nuestra ruta

Es la parte más cercana a la presa de Caín, en León: la meta final de nuestra ruta

Seguimos avanzando no obstante. Dejamos atrás un pequeño claro junto al río donde los más previsores están almorzando los bocadillos que cargaban en sus mochilas. Nosotros entramos en el pueblo de Caín: edificaciones de piedra bien acopladas al entorno natural y casi todas dedicadas al comercio o la hostelería. Lógico: en apenas una hora nos juntamos allí decenas de excursionistas buscando recargar energía para emprender el camino de vuelta.

Un puñado de restaurantes, todos con menú del día por unos 11 o 12 euros con varios platos a elegir. Nos sentamos en El Montañero: su menú tiene fabes y cabrito. A las 14.30 estamos ya saliendo de Caín para desandar la senda en sentido contrario.

El orbayu nos obliga a apretar el paso y ahora somos nosotros quienes adelantamos a otros caminantes por temor a que se convierta en un aguacero. Ni paramos a echar una foto. Si con sol la ruta debe de ser difícil por no tener sombra donde cobijarte, la lluvia tampoco es buena compañera: no tienes donde guarecerte de ella. Finalmente se queda en unas gotas y nos deja terminar el treking sin mayores problemas. Pero se nota el acelerón: a las 5 de la tarde ya estamos en el coche, hemos hecho el regreso en 2 horas y media (la inclinación descendente también ha ayudado).

La ruta zigzaguea por el lateral del desfiladero del Cares

La ruta zigzaguea por el lateral del desfiladero del Cares

Pese a las prisas finales, ha sido un día estupendo. La ruta, aunque larga, es sencilla y no se necesita estar en gran forma física: cada uno que se tome su tiempo para recorrerla. Y sobre todo para disfrutar de las vistas: del río, del desfiladero, de las montañas… De los Picos de Europa, una de nuestras maravillas naturales.

Es mejor llevar calzado de suela dura, pues todo el camino se desarrolla sobre piedra. No son necesarios los bastones de montaña, aunque si los llevas, te serán de ayuda (imprescindibles si decides aventurarte por alguna de las sendas que parten de la principal). Lleva agua y en días de sol, protector y gorra. Nuestro guía personal en esta ruta del Cares fue mi padre: forma parte del Grupo de Montaña Ensidesa-Gijón. Organizan salidas todas las semanas por los montes de Asturias, principalmente, y también de León y Cantabria. En su web encontrarás más información sobre cómo participar en sus actividades.

Guiándonos mi padre, experto montañero, nos atrevimos a bajar por un sendero que partía de la ruta principal hasta la ribera del Cares

Guiándonos mi padre, experto montañero, nos atrevimos a bajar por un sendero que partía de la ruta principal hasta la ribera del Cares

Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0

9 Comment on “La ruta del Cares

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