Vagamundos Viajeros

Fin de semana de enero. Andorra. Tres amigos: dos palilleros y uno con tabla. Éstas son las lecciones que aprendimos en nuestra escapada para disfrutar de las diferentes zonas de Grandvalira: cómo sortear el tiempo para encontrar la mejor nieve y cómo salvar alguna trampa para despistados en la que puedes caer fácilmente si no estás atento.

Lo primero, lo urgente, antes de entrar en Andorra: mano al bolsillo para activar el modo avión en tu teléfono (o desactivar los datos móviles en su defecto, para que queden convenientemente restringidos). Puede que las bondades de la UE con el roaming te hayan hecho olvidar los delirantes costes de la telefonía de antaño, pero en Andorra siguen aplicando estos. No hay acuerdos entre las telecos andorranas y las españolas, con lo que los precios pueden caerte encima como un cubo de agua de nieve con la fuerza de 10€ por mega (ahí es nada). Las llamadas tampoco se salvan de precios poco populares, ni los SMS, así que precaución y atento a los carteles de wifi gratis.

Para reservar alojamiento utilizamos la web Esquiades, una muy buena opción con ofertas de alojamiento + forfait. También la web de la estación de Grandvalira dispone de un simulador de precios por día con múltiples opciones de descuento. Como referencia, el primer día en temporada 17-18 es de 48 € y 40,8€ en días sucesivos.

Si quieres aprovechar la escapada al máximo, seguramente quieras estar cerca de las pistas. Por eso es importante que conozcas las zonas de Grandvalira, sus accesos y sus características para aprovechar el tiempo tanto dentro de la estación como fuera, según tus preferencias. Las áreas existentes son: Canillo, Encamp, Tarter, Grau Roig, Pas de la Casa y Soldeu. Aquí un mapa para guiarte de Infonieve, otra web fundamental para comprobar el estado de la estación.

Canillo y Encamp no tienen acceso directo a las pistas, solo a través de telecabina. Eso sí, están más cerca de la capital, de Andorra la Vella. Como para nosotros era más importante poder entrar cada día rápido a las pistas, las descartamos.

Tarter (1719 m). De las zonas con acceso directo a pista, es también la más próxima a Andorra la Vella (y su enorme spa Caldas). Como contrapartida la calidad de la nieve empeora rápidamente si hace calor. Sin embargo, también puede ser un buen refugio cuando el mal tiempo y la ventisca se instalan en las zonas altas. En cualquier caso, el acceso a Soldeu por pistas es bastante inmediato por lo que puedes acceder desde Tarter a las partes más altas con relativa facilidad.

Aquí está una de las zonas de snow más grandes de Europa, además de una pista que alberga la Copa del Mundo de Esquí Alpino: Áliga, negra y muy divertida. También muchas pistas azules de iniciación y bastantes rojas intermedias. Acabada la jornada de esquí, entre sus numerosas ofertas de ocio tiene fama la terraza L’Abarset, como punto de encuentro y de conciertos.

Grau Roig (2120 m). El punto más elevado y donde más disfrutamos. No dispone de núcleo urbano, por lo que las opciones de alojamiento son muy limitadas. Si lo encuentras, tendrás acceso inmediato a pistas desde el mismo parking. Está conectada con Pas de la Casa por varios telesillas y por uno con Soldeu.

En general las pistas son largas y bonitas, con especial mención a Granota que transcurre entre árboles. Hay muchas y variadas opciones: instalaciones infantiles, áreas de salto bastante impresionantes, zonas para esquí de travesía, puntos de salida de excursiones (trineo, raquetas, etc), la única pista de la Península homologada para esquí lanzado, pistas de iniciación, intermedias... Y todo, con una nieve que aguanta mejor gracias a la altura. Por tanto, cien por cien recomendable si tu objetivo es sacar rendimiento a la estación en todos los sentidos.

Pas de la Casa (2100 m). Pistas bonitas, aunque los lugareños achacan que siempre están un poco heladas. En nuestra escapada, entrado el mes de enero, nos sirvió para escapar de la nieve excesivamente húmeda. Está unida mediante varios telesillas a Grau Roig. El ocio nocturno para gente joven de esta zona tiene bastante fama, a lo que se une una gran oferta hotelera que hace que puedas conseguir buen precio.

Soldeu (1800 m). Nuestra elección, donde encontramos más alojamientos con buena relación calidad – precio. El pueblo es pequeño pero muy animado en temporada invernal. Se sitúa en el centro de Grandvalira, bien conectado con Tarter y mediante un telesilla a Grau Roig. Una de sus pistas ha servido de prueba para la copa de esquí femenino en 2012: Avet (negra). Hay también pistas fáciles e intermedias. Su localización te permite jugar con las variaciones térmicas. Cuando en la parte alta el tiempo está peor puedes refugiarte en la zona Soldeu-Tarter; cuando las temperaturas amenazan con subir, en media hora, enlazando pistas y remontes, llegas a Grau Roig – Pas de la Casa.

Nos quedamos en el hotel Galanthus, por una razón que nos motivó mucho…. el alojamiento incluye spa. El precio total fue de 358€ por persona por 4 noches (con desayuno), fortait y spa. Sin duda puedes encontrar opciones más baratas, pero lo que ofrecía por ese coste nos pareció muy competitivo. Está a 10 minutos andando de las pistas aunque el paseo es cuesta arriba. Así que si no quieres caminar, el hotel dispone de servicio gratuito de transporte hasta las pistas cada media hora, bajo reserva. Aunque cuenta con parking propio, es fácil aparcar por la zona. En nuestro caso, por las características de nuestro coche (largo y de tracción trasera) nos aconsejaron desde el mismo hotel dejarlo fuera. Mención especial al desayuno, no puedes perdértelo.

Al alojarnos en Soldeu, es aquí donde pudimos probar las opciones de ocio y restaurantes:

• Can Pepe. Barbacoa interior, es una buena manera de definirlo, el tiro está muy bien porque apenas se nota el humo. Lo que sí se nota es la consistencia de la carne hecha a la brasa… grrrrr.
• Pizzería L´Avet. Sitio de reunión de gente joven antes de empezar la juerga. Pizzas de masa fina buenas, bonitas y baratas, con mención especial a la que lleva el nombre de la casa: mezcla interesante para hincarle el diente.
• Bar La Caleta. Pocas veces se ve a un camarero con tanto morro. Nos hizo una primera jugada de “pedid patatas que acaban de salir y están buenísimas” para traernos unas templaditas recalentadas en el micro. Intentó colarnos la misma un segunda vez, lo rechazamos y aún así nos trajo una tapa que no habíamos pedido, teniendo que rechazarla una tercera vez. Calificación de 5 garfios pirata.

Pasando a un ambiente más nocturno, por lo que vimos, la mayoría de la gente se concentra en el Aspen, bar en el que tan pronto te puedes beber unas cervezas después de las pistas como animarte a tomar una copa, y en The Harp, típico pub irlandés del mismo perfíl, para después confluir en Popi Disco, de perfíl más discotequero. Están todos muy cerca entre sí, con lo que si la previsión meteorológica es mala, es una buena opción a explorar.

Por último, si acabas de sacar tus esquís del trastero y hasta la luz del sol les hace daño después de una vida de oscuridad (como fue mi caso), los chicos de Sport Pirineu cercanos al acceso de pistas los enceran y pulen en menos de 30 min.

Después de todos estos consejos, ¿a qué esperas para hacer una escapa a Andorra?