Conducir por Namibia es toda una experiencia. En Botswana, salvo que cruces los parques de Chobe, cosa que no hicimos, es más sencillo. Pero en Namibia nos enfrentamos a las carreteras más complicadas de nuestra vida. Sobre todo las cercanas al desierto del Namib: teniendo en cuenta que éste ocupa 80.000 kilómetros cuadrados y que precisamente los 5 primeros días del viaje fueron en sus inmediaciones, puede decirse que empezamos a lo grande.

Aviso a navegantes: en ambos países se conduce por la izquierda, modo anglosajón. Ya lo habíamos experimentado en Nueva Zelanda y no nos había gustado nada, nos costó mucho adaptarnos. Aquí en cambio, al no haber grandes ciudades ni rotondas o cruces y escasear el tráfico, se nos dio mejor. Todas las carreteras son amplias y rectas: en este caso el reto no fue conducir por el lado contrario sino, simplemente, conducir por vías llenas de agujeros y piedras.

El hecho de que condujéramos un turismo en lugar de un 4×4 también influyó mucho. En la temporada seca, como viajamos nosotros, con un coche puedes hacerlo (siempre sin adentrarte en Chobe en Botswana) y el coste de alquiler es prácticamente la mitad. Si vas a viajar en temporada de lluvias, un jeep es obligatorio. Y ojo, allí no se estilan todoterrenos de tamaño pequeño o medio, no, no: ¡a lo grande!

Ahora bien, si es cierto que es posible circular en turismo en sus meses de invierno, lo que ahorras en dinero lo vas a gastar en tiempo: conducirás mucho más despacio por las carreteras sin asfaltar, abundantes en Namibia. Tenlo en cuenta a la hora de calcular tus desplazamientos. Hubo jornadas que las pasamos conduciendo casi al completo y algunos tramos fueron bastante desesperantes… Sobre todo cuando ves cómo los todoterrenos te adelantan al doble de velocidad.

En conjunto no nos arrepentimos de haber elegido un automóvil convencional para el viaje, aunque hubo días agotadores y que acabamos hartos de baches y de carretera. Obviamente con un 4×4 habría sido más fácil y, sobre todo, más rápido: los tiempos en algunas zonas casi se duplican. Si vas a ir con los días justos, es un dato a tener muy en cuenta. Por supuesto otro factor a considerar es el itinerario: si tu sueño es recorrer la Costa de los Esqueletos al completo o adentrarte por ti mismo en las reservas botswanas de Savuti y Moremi, un turismo está fuera de tus opciones. Incluso el acceso a ciertos alojamientos exige un todoterreno, así que recuerda informarte también a este respecto cuando hagas tus reservas.

Típica carretera sin asfaltar de Namibia

Alquiler

Como os contamos cuando organizábamos el viaje, mucha gente recorre Namibia en 4×4 con tienda de campaña que se puede montar en el techo del mismo. Si optas por esta opción, debes reservarlo con tiempo y lo más aconsejable sería recurrir a agencias locales especializadas en este tipo de servicios. Si solo quieres alquilar el vehículo, sea todoterreno o no, todas las empresas de alquiler convencional operan en Namibia, con lo que el trámite de búsqueda y reserva es como con cualquier otro destino.

Nosotros siempre usamos Rentalcars por su servicio Cobertura total: cubre el importe de cualquier franquicia y daño, incluso si no está contemplado en el seguro del propio alquiler. Eso sí: tienes que contar con una tarjeta de crédito en la que te bloquearán 1.000 euros a la recogida del automóvil, hasta su devolución. Esta vez alquilamos un Toyota Corolla con Avis: 21 días por 724 euros. Recorrimos 5.400 kilómetros con él, pasando por carreteras sin asfaltar y aguantó como un campeón, ¡ni una sola vez pinchamos! (hasta en la oficina de Avis nos felicitaron al devolverlo)

Alquila tu coche con Rentalcars

A tener en cuenta (y mucho) que el coste se incrementa si el lugar de entrega del coche es distinto al lugar de recogida. Y es importante avisar a la compañía de alquiler si se va a circular por otros países. La mayoría de empresas permiten cruzar a Botswana con un coche alquilado en Namibia, que era nuestro caso, pero debes advertirlo, te tienen que entregar un papel por si te lo piden en la frontera entre ambos países (cosa que a nosotros no nos solicitaron) y te cobran 1.760 dólares namibios (unos 100 euros) a parte del coste del alquiler.

Otro tema a cuidar: el combustible. Lo primero es saber cuál es la capacidad del depósito del automóvil que conduces y cuántos kilómetros de autonomía tienes. Lo segundo es consultar en qué lugares de tu recorrido hay gasolineras: en ciertos tramos escasean y en general, siempre están en núcleos urbanos, olvídate de poder repostar en medio de la carretera. Si vas a cruzar reservas o parques por tu cuenta, es conveniente que lleves algún recipiente con combustible para no arriesgarte a quedarte tirado. Si como nosotros todo el itinerario lo planteas por vías para turismos, no tendrás problema si aprovechas a parar con frecuencia, en las gasolineras que vayas encontrando. El coste, tanto del diesel como de la gasolina, es considerablemente inferior al de España (consulta el precio actualizado en esta web).

Carretera asfaltada en Namibia (también las cebras parecen apreciarla)

Carreteras

En Namibia existen 3 tipologías de vías, perfectamente distinguibles por la letra con la que están nombradas:

  • B. Serían sus “autovías” (con todas las comillas del mundo): carreteras asfaltadas por las que se puede circular bien, a una velocidad media de 100 km/h con un turismo.
  • C. Vías sin asfaltar, en mejores y peores condiciones dependiendo del caso. Hay que transitar despacio pues el riesgo de pinchar una rueda o estropear los bajos del vehículo con las piedras sueltas es alto. La media es de unos 30 – 40 km/h (puedes correr más en 4×4, claro)
  • D. Carreteras en principio solo aptas para todoterreno. No son tan diferentes a las C en cuanto a asfaltado pero con lluvias se forman charcos considerables, peligrosos de cruzar con turismo. En temporada seca, al no haber este riesgo, son en realidad como las C.

A la hora de trazar tu recorrido lo ideal es intentar aprovechar los mayores tramos posibles de vías tipo B pero hay zonas donde es imposible. Mención especial para:

  • La C19 de Solitaire a Sesriem (el último tramo es en realidad la D826). Una carretera horrible llena de piedras: si encima le sumas que conducirás por ella de noche para llegar al amanecer al desierto, aquello se hace una tortura.
  • La C14 desde Solitaire, atravesando el Parque Nacional de Namib, hacia Walvis Bay. Aunque la vía es la misma, encuentras tramos asfaltados correctos, tramos de piedras soportables y partes directamente insufribles. Llegando a la costa la carretera está asfaltada y además el paisaje es precioso, con las dunas del desierto rodeándola, pero pillamos muchísimo viento y la vía estaba cubierta por arena, así que incluso aquí hubo que tener también cuidado.
  • La C39 por Palmwag. Solo la conocerás si Damaraland está entre tus paradas. Algunos kilómetros están asfaltados, pero la mayoría es casi un camino de tierra y piedra. Al menos las vistas son bonitas con las montañas rojizas de fondo.
  • Ciertos desvíos de la C38 que atraviesa Etosha. La vía principal está bien, pero algunos ramales directamente renunciábamos a cogerlos.

Agama River Camp, en la carretera de Solitaire a Sesriem, Namibia

Por contra, tanto en la Franja del Caprivi al norte de Namibia como en Botswana nos movimos siempre por carretera asfaltada y maravillosa. Todo nuestro recorrido por Botswana fue en la A3, ¡como llegar a la autopista hacia el cielo! El único peligro era los animales que te encuentras frecuentemente en las proximidades de las carreteras, cuando no en medio de la vía directamente (vacas y ovejas fundamentalmente).

A diferencia también de Namibia, aquí hay más controles policiales: una noche nos pararon en uno y simplemente tuvimos que enseñar el carnet de conducir. Según leímos, suelen poner multas (no nos pasó), con lo que procura circular a la velocidad indicada: presta especial atención a las limitaciones al acercarse a núcleos urbanos.

Entre Gweta y Maún hay un extenso tramo de la A3 que está lleno de agujeros enormes. Es un auténtico peligro porque vas a unos 100 kilómetros por hora y de repente, sin aviso previo, empiezan a aparecer boquetes en el asfalto del tamaño de una rueda de camión. Literalmente tendrás que ir zigzagueando muy muy despacio, de un carril a otro, cuando no saliéndote al arcén directamente, por el mal estado de la vía.

También es frecuente encontrar en las carreteras de Botswana controles de enfermedades animales. Te piden bajar del coche, que pases las suelas de tu calzado por un recipiente con un líquido y, o bien rocían con ese mismo líquido las ruedas del coche, o bien debes pasar éste por encima de una superficie cubierta con él.

Si tu idea es adentrarte en el Parque Chobe por tu cuenta y atravesar Savuti hasta Moremi y Maún, necesitarás un 4×4 grande y bien equipado. En la temporada seca las carreteras están cubiertas por arena y en la de lluvias, por barro. Hay que tener mucho cuidado, paciencia e informarse sobre los mejores caminos: en la estación húmeda algunos directamente desaparecen. A nosotros personalmente nos parece una locura, pero muchas personas efectivamente van con sus propios jeeps: desde luego debe de ser toda una aventura.

Carretera sin asfaltar y con animales en el Parque Etosha, Namibia

Cruce de fronteras

Éste es el viaje en que más puestos fronterizos hemos tenido que cruzar. En todos ellos se repite la tónica de, en cada cruce, tener que parar dos veces con una separación de pocos metros: uno en el puesto del país que abandonas y otro en el control del país al que accedes. Siempre hay que presentar el pasaporte y generalmente se pagan unas tasas. Detallamos cada caso.

De Namibia a Botswana pasamos por la Franja del Caprivi, a través del puesto fronterizo de Ngoma (abierto de 7 a 18 horas). En el control de Namibia tienes que mostrar el pasaporte, rellenar un formulario de inmigración y te toman las huellas dactilares. En el puesto de Botswana pasas por dos ventanillas: una es para el control de personas, otra para el control de vehículos. En la primera enseñas el pasaporte y te inscribes con tus datos en un libro de registro; en la segunda tienes que pagar una tasa de circulación del coche, de 152 pulas o 210 dólares namibios (admiten ambas monedas y también se puede pagar con tarjeta). Habíamos leído que suelen revisar los automóviles porque no permiten introducir alimentos, carne principalmente, en el país, pero nadie nos inspeccionó.

Si desde la frontera botswana te diriges directamente a Kasane, tendrás que parar en un control adicional unos kilómetros más adelante. Simplemente tienes que inscribir el coche y tus datos en un libro de registro. Si por tu cuenta te adentras en los Parques Naturales, namibios y botswanos, el mismo ejercicio: tanto al salir como al entrar, debes parar en los puestos, no solo para pagar las correspondientes tasas, sino también para dar tus datos.

De regreso a Namibia cruzamos por la carretera Trans-Kalahari, por el puesto de Mamuno (accesible de 7 de la mañana a 12 de la noche). En el control botswano, nuevamente, deberás presentarte en dos ventanillas distintas: en la primera inscribes los datos del coche en un libro de registro y te dan un pequeño formulario; éste y los pasaportes debes presentarlos en la siguiente ventanilla. En el control de Namibia debes completar un nuevo documento de inmigración (exactamente igual al que rellenaste cuando saliste del país) y entregar éste junto con tu pasaporte. A continuación, en una oficina anexa, debes gestionar el permiso de circulación del coche: en el papel a rellenar debes consignar varios datos del mismo (en el llavero suelen estar los necesarios) y, solo si el coche no es de matrícula namibia, pagar una tasa que varía en función del tipo de vehículo.

El primer paso para poder aplicar todos estos consejos: debes contar con el carnet de conducir internacional. Puedes gestionarlo en la DGT de tu ciudad y tiene una validez de un año. Tendrás que presentar tu permiso de conducir original, el formulario que te descargas en el enlace anterior, sendas fotocopias de DNI y permiso y una fotografía de carnet. Además hay que abonar una tasa de 10,20 € (se paga allí mismo con tarjeta). Debes solicitar cita previa online aquí: en la primera pantalla, además de elegir la oficina, selecciona “Trámites de oficina” y en la segunda pantalla, “Área: Conductores y Vehículos”.

¡Y con todos estos consejos ya estás listo para emprender tu viaje! ¿Alguien se anima?

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Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0

6 Comment on “Consejos para conducir por Namibia y Botswana

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