Ésta es la historia de una pequeña gran locura viajera familiar. Desde que supimos de la llegada de nuestra hija, soñábamos con realizar un viaje largo con nuestro bebé aprovechando nuestros permisos laborales por pateridad y maternidad. Pero en la ecuación también tenía que entrar nuestro perro y volar con él no era una opción (nos negamos a meterlo en la bodega de un avión). Así que la única alternativa realista era viajar en nuestro propio coche. Un road trip desde Madrid no podía llevarnos más allá de Europa, por tanto. Pero, ¿dónde exactamente?

Aquí ya entraron en juego nuestros deseos viajeros y esa lista de destinos pendientes infinita que tenemos. También buscamos algún país al que fuese fácil viajar con perro. Suiza y Austria estuvieron de finalistas pero los descartamos por cuestiones económicas. Italia y Francia eran las opciones más cercanas, pero más manidas por ese mismo motivo. Finalmente nos decantamos por ir más lejos, hasta los Balcanes, una zona que ya habíamos visitado puntualmente (Croacia y Grecia) pero de la que aún nos quedaban muchísimos países por conocer.

Pero contando con un mes de viaje y conduciendo desde España nos era imposible recorrer todos los Balcanes, que abarcan, nada más y nada menos que 11 países: Albania, Bosnia, Bulgaria, Croacia, Eslovenia, Grecia, Kosovo, Macedonia del Norte, Montenegro, Rumanía y Serbia. Así pues, tocaba elegir y decidimos en base a la menor distancia respecto a nuestro punto de partida. Con esta premisa, el país elegido era Eslovenia. El resto del itinerario lo confeccionamos en consecuencia en torno a él.

Castillo Predjama en Eslovenia
Castillo Predjama en Eslovenia

En total viajamos por seis países: España, Francia, Italia, Eslovenia, Croacia y Bosnia. Desde Madrid fuimos, vía Costa Azul de Francia y norte de Italia, hasta Eslovenia. Antes de llegar allí, no obstante, nos detuvimos en varios lugares en el trayecto para limitar las horas diarias de coche. A la ida, tuvimos etapas intermedias en Girona, Mentón (Francia) y Cittadella (Italia). Y a la vuelta, en la italiana Piacenza y en las francesas Arlés y Orthez. Por último pasamos por Asturias para hacer una visita a la familia antes de regresar a Madrid.

En Eslovenia estuvimos ocho días (aquí puedes ver el itinerario completo) conociendo los lugares más populares: su capital Liubliana, el icónico lago Bled, el castillo de Predjama, las cuevas Skocjan, el Parque Nacional Triglav…

De allí fuimos hacia el sur deteniéndonos en primer lugar en Zagreb durante 3 noches. Ya estuvimos en Croacia en el 2017 durante una semana pero dejamos fuera por falta de tiempo el norte del país, con lo que así saldamos la deuda pendiente con la capital croata. A toro pasado, habríamos reducido el tiempo en Zagreb: aunque nos vino bien para descansar, habríamos invertido algún día más en Eslovenia a cambio.

Seguimos descendiendo hasta Mostar: nos quedamos con ganas de descubrir esta ciudad de Bosnia cuando estuvimos en Dubrovnik. Y aprovechamos de paso para visitar sus alrededores, sobre todo las cataratas Kravica. A la postre, habríamos eliminado esta etapa del viaje porque nos supuso muchos kilómetros de carretera para solo 3 días y Bosnia fue el país donde tuvimos más inconvenientes con Bérgamo.

Pocitelj, uno de los pueblos más bonitos de Bosnia Herzegovina
Pocitelj, uno de los pueblos más bonitos de Bosnia Herzegovina

Justo al revés nos pasó con la península de Istria croata (te contamos el itinerario en detalle aquí). También se nos escapó en nuestro primer viaje a este país y por eso lo incluimos en este road trip. Nos gustó muchísimo y habríamos alargado nuestra estancia de 4 días. Tomamos como base Pula para recorrer esta ciudad, Rovinj, Porec y la costa de Kamenjak.

Una vez finalizados nuestros días en la región balcánica, emprendimos el viaje de vuelta hacia España con las paradas antes mencionadas.

El itinerario completo día a día por tanto fue como sigue. Hemos publicado otro artículo con la guía de alojamientos, porque no ha sido nada fácil encontrarlos con nuestros muchos requisitos (cancelación gratis, mascotas admitidas, disponiblidad de cuna para el bebé, parking propio o facilidad para aparcar cerca…) y es el viaje en el que más los hemos aprovechado y más tiempo hemos pasado en ellos.

Viajar seguro siempre ha sido una prioridad para nosotros, más ahora que vamos con cachorros: recuerda que puedes contratar tu seguro de viajes Intermundial con descuento a través de nuestro blog.

Día 1. Madrid – Girona (España)

  • Salida: Madrid
  • Llegada: Girona (España)
  • Distancia: 690 kilómetros
  • Duración: 6 horas 30 minutos
  • Alojamiento: Hotel Gran Ultonia, Girona (España)

Llegamos a Girona por la tarde, a tiempo para un primer paseo por esta ciudad que, aunque parezca mentira, aún no conocíamos. Las primeras sensaciones fueron buenísimas. Estuvimos en las inmediaciones del río Onyar, que separa la ciudad vieja de la nueva, haciendo mil fotos a sus icónicas casas color pastel y puentes. También probamos el helado de Rocambolesc, la heladería de los celebérrimos chefs Roca, que tienen varios establecimientos hosteleros en Girona, su ciudad de origen. Por último, cenamos en la terraza azotea con vistas del hotel Ultonia donde nos alojamos.

Casas del río Onyar en Girona
Casas del río Onyar en Girona

Día 2. Girona (España)

Dedicamos la jornada completa para descubrir el centro histórico de Girona, dominado por construcciones medievales, y reconfirmamos nuestro flechazo con la capital catalana. Tocó porteo porque recorrer la ciudad vieja gerundense es totalmente incompatible con un carrito de bebé. Visitamos la Basílica de Sant Feliu, la Catedral (7,5 € la entrada conjunta a ambas, con audioguía) y los Baños Árabes (3 €). Lo hicimos por turnos dado que no se puede acceder con perro. Caminamos por el bellísimo barrio judío o Call, con parada en la Pujada de Sant Domènec, uno de los muchos escenarios de Juego de Tronos en Girona (hay de hecho un tour guiado para recorrerlos todos). Y recorrimos la muralla medieval, con buenas vistas de la ciudad, sobre todo las del mirador de Santa Lucía en la sección norte. Como remate, comimos fenomenal en el restaurante Brots de Vi. ¡Ojalá volvamos a Girona! Mientras te dejamos este artículo con la descripción en detalle de qué ver y hacer un día en Girona.

Alojamiento: Hotel Gran Ultonia, Girona (España)

Día 3. Girona – Menton (Francia)

  • Salida: Girona
  • Llegada: Menton (Francia)
  • Distancia: 600 kilómetros
  • Duración: 6 horas
  • Alojamiento: Hotel Richelieu, Menton (Francia)

Cruzamos la frontera a Francia, que nos recibió con una terrible tormenta, con rayos cayendo a escasos metros de distancia incluso. Al llegar a la zona de la Provenza nos detuvimos para volver a ver a una vieja conocida: Aix-en-Provence. Estuvimos aquí en julio de 2019 para visitar los míticos campos de lavanda provenzanos y la ciudad nos gustó tanto que repetimos ahora. Siempre es un gusto pasear por sus calles, sus plazas y sus muchas fuentes (para disfrute de Bérgamo). Llegamos a Menton ya casi de noche y sin tiempo para ver nada.

Mentón en la Costa Azul francesa
Mentón en la Costa Azul francesa

Día 4. Menton (Francia)

Hoy sí pasamos el día conociendo Menton. ¿Por qué Menton? Leímos que cuenta con uno de los mejores climas de Francia, con muchas horas de sol. La imagen de sus casas de colores frente al mar terminó de convencernos. ¡Y qué buena elección resultó! Caminar por las calles estrechas y laberínticas de “Menton Viejo” entre casas de colores es una gozada (pese a ser una tortura con silla de bebé). También puedes bañarte en alguna de sus varias playas en pleno pueblo, una incluso para perros, o comer pescado y marisco en una terraza (concretamente en la recomendable Brasserie Le Clemencau). Nos faltó por conocer el Jardín Botánico para terminar de entender por qué Menton es la Ciudad Jardín de Francia. También es la Ciudad del Limón y se nota: tiendas con limones y productos derivados por todas partes.

Alojamiento: Hotel Richelieu, Menton (Francia)

Día 5. Menton (Francia) – Cittadella (Italia)

  • Salida: Menton (Francia)
  • Llegada: Cittadella (Italia)
  • Distancia: 520 kilómetros
  • Duración: 6 horas
  • Alojamiento: Rometta Hotel, Cittadella (Italia)

Para esta parada intermedia corta, de solo una noche antes de llegar a nuestro primer destino en los Balcanes, queríamos un pueblo pequeño y bonito. Por localización, elegimos Cittadella: la única ciudad amurallada de toda Europa que cuenta con una rotonda medieval, completamente elíptica y transitable entera a pie. Y, sorpresas de la vida, jamás habíamos oído hablar de ella hasta empezar a planear el viaje… Por desgracia los perros de más de 8 kilos de peso no están admitidos así que tuvimos que dividirnos: Diego y Bérgamo se dieron una vuelta por la ciudad mientras que yo hice el paseo por su muralla con Alaia (5 €, imprescindible portear porque hay tramos de escaleras). Merece la pena en cualquier caso

Día 6. Cittadella (Italia) – Liubliana (Eslovenia)

  • Salida: Padua (Italia)
  • Llegada: Liubliana (Eslovenia)
  • Distancia: 300 kilómetros
  • Duración: 3 horas 30 minutos
  • Alojamiento: Central Apartment Anita, Liubliana (Eslovenia)

Salimos con calma y llegamos a Liubliana a mediodía. Nos alojamos aquí cuatro noches pero dedicamos varios días a excursiones fuera de la ciudad así que queríamos que esta primera tarde en la capital eslovena diese de sí bastante. Y así fue porque Liubliana es una ciudad pequeña, pero muy bonita y agradable. Los sitios de interés se pueden visitar a pie perfectamente en un solo día, con calma. Así, en estas primeras horas cruzamos el Puente del Dragón, el de los Carniceros, ahora lleno de candados, y el sorprendente Puente Triple (imposible sacarlo entero en una sola foto). Paseamos por ambas orillas del río, animadas con muchas terrazas y bares. Pasamos por las céntricas plazas Preseren y del Congreso, admiramos la fachada del Ayuntamiento, entramos ena barroca Catedral de San Nicolás… Y subimos hasta el Castillo para alucinar con las vistas de todo Liubliana desde su torre. Para el ascenso puedes hacerlo a pie (es un tramo corto factible) o en teleférico (12 € con entrada al Castillo, perros admitidos pero con bozal).

Puente Triple en Liubliana, la capital de Eslovenia
Puente Triple en Liubliana, la capital de Eslovenia

Para conducir en Eslovenia es necesario contar con una “viñeta” que, durante el período de tiempo para el que se adquiera, da derecho al vehículo autorizado a circular libremente por las autovías eslovenas. Esta “viñeta” puede adquirirse físicamente en el puesto fronterizo a la entrada en el país o bien puede comprarse online en esta web previamente al viaje: simplemente debes seleccionar el tipo de vehículo, la franja temporal (una semana, un mes, etc), indicar la matrícula y realizar el pago. No es necesario hacer ningún otro trámite una vez en territorio esloveno ni añadir ninguna señal en el coche (queda registrado electrónicamente con la matrícula).

Día 7. Velika Planina (Eslovenia)

La previsión meteorológica obligó a modificar el plan inicial, que era no salir de Liubliana los dos primeros días para descansar de coche. Así que condujimos durante 50 minutos hasta Velika Planina, una bellísima zona de montaña donde se encuentra el pueblo de pastores más grande de Europa. Bueno, en realidad condujimos al teleférico con el que subes hasta los casi 1700 metros de altura donde se encuentra Velika Planina (19 €, perros admitidos 5 €, con bozal y correa, se puede reservar online). Tras éste debes tomar un telesilla que salva los últimos metros pero estaba en obras así que nos tocó ya caminata de subida de entrada. No nos arrepentimos en cualquier caso por la gran estampa que encuentras: 140 cabañas de madera, con una arquitectura muy característica, rodeadas de picos nevados, verde pasto y vacas. Allí puedes pasear, hacer rutas de senderismo o bici y probar el menú típico de los pastores: leche agria, pan, polenta y queso (nosotros lo comimos en Pastirski Stan Gradišekovih, una cabaña tradicional).

Alojamiento: Central Apartment Anita, Liubliana (Eslovenia)

Velika Planina en Eslovenia
Velika Planina en Eslovenia

Día 8. Liubliana (Eslovenia)

La meteorología nos jugó una mala pasada y este día fue una sucesión de tormentas. Solo por la mañana nos dio una pequeña tregua de unas horas sin lluvia que aprovechamos para un paseo rápido por varios sitios de Liubliana que nos quedaron pendientes del primer día: el barrio alternativo de Metelkova, el enorme parque Tivoli y el Mercado Central. Comimos de lujo, por cierto, en uno de sus locales: Moji Struklji Slovenije.

Alojamiento: Central Apartment Anita, Liubliana (Eslovenia)

Día 9. Cueva Skocjan, Cueva Postojna y Castillo Predjama (Eslovenia)

Eslovenia es famosa por sus grutas subterráneas, fruto del karst de la roca caliza que compone su suelo. Básicamente hay dos visitas principales para conocer este interesante subsuelo. La cueva Skocjan es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y ha sido formada por la erosión del río Reka. Se recorre en visita guiada de hora y media por 22 € (puedes adquirir la entrada online) aunque luego puedes alargarla por tu cuenta en la parte exterior. La de Postojna es la cueva turística más grande de Europa y se conoce mitad en tren subterráneo, mitad en grupo guiado a pie. Dispone de distintas tarifas en función de los espacios a visitar, desde 29,90 € (consultas y reservas online aquí). Y muy cerca de ésta, el Castillo Predjama, literalmente construido dentro de una cueva y una de las imágenes más icónicas de Eslovenia (también se puede acceder en entrada conjunta con Postojna). Fueron nuestras 3 visitas para este día desde Liubliana (hay incluso tours guiados para ir a las cuevas desde la capital). En ninguno de ellos permiten la entrada a mascotas, por lo que tuvimos que turnarnos: mientras uno hacía la visita, el otro se quedaba fuera con los cachorros. Así pues, yo entré a la cueva Skocjan y Diego a la de Postojna, dado que en la primera está prohibido tomar fotografías. Y de Predjama solo vimos su exterior. Aquí tienes otro artículo con nuestra experiencia en detalle tanto en Skocjan como en Postojna, así como nuestra opinión sobre cuál es mejor visitar en caso de tener que elegir.

Alojamiento: Central Apartment Anita, Liubliana (Eslovenia)

Cuevas Postojna en Eslovenia
Cuevas Postojna en Eslovenia

Día 10. Liubliana – Garganta Vintgar – Lago Bled  (Eslovenia)

Abandonamos Liubliana rumbo al Parque Nacional Triglav. Tomamos Bled como base y le dedicamos 4 días. Dado que íbamos con perro y bebé planificamos un itinerario poco ambicioso, con pocos lugares por jornada. Y aún así, hicimos todavía menos de lo esperado porque la climatología se puso en nuestra contra y día y medio prácticamente estuvo lloviendo… Esta primera jornada, no obstante, nos hizo buenísimo e intentamos exprimirla al máximo. Salimos temprano de Liubliana y visitamos dos de los enclaves más célebres de Triglav. La bellísima garganta Vintgar, con paredes de piedra que alcanzan los 100 metros de altura y aguas cristalinas, se puede recorrer fácilmente por pasarelas de madera que han acondicionado durante 2 horas y media de caminata. La entrada se puede comprar online aquí y cuesta 10 € adulto, 3 € mascota, 1 € niño hasta 6 años, 10 € parking. Después nos dirigimos a la cascada Pericnik, de 70 metros de altura, espectacular y con un sendero para subir e incluso para ver desde detrás la caída de agua. Dedicamos la tarde a pasear el perímetro completo del famoso Lago Bled, probablemente el sitio más icónico de Eslovenia (y con razón). Es un paseo largo pero sumamente agradable y así divisas la famosa isla desde todos los ángulos. Comimos en Bled, en el recomendable Restavracija Central Bled.

Lago Bled, el lugar más icónico de Eslovenia
Lago Bled, el lugar más icónico de Eslovenia

Día 11. Parque Nacional Triglav (Eslovenia)

El Parque Nacional de Triglav concentra la mayoría de las más de 400 montañas eslovenas de más de dos mil metros. Es la zona más grande protegida de Eslovenia y su único parque nacional. Hay muchísimos parajes naturales que conocer aquí: cascadas, lagos, ríos, desfiladeros, bosques… Ya la jornada anterior empezamos a comprobar su belleza en Vintgar y Bled, de hecho. Lógicamente con tan poco tiempo en la zona, simplemente pudimos atisvar la punta del iceberg de todo lo que supone Triglav. Este día condujimos mucho y lo empezamos en nuestro coche, pero subido a un tren. Sí, sí, el llamado Motorail conecta las estaciones Bohinjska Bistrica y Most Na Soci en 45 minutos atravesando el túnel Bohinj, el más largo del país. Esto ahorra un tramo de complicadas curvas por carretera mientras observas el paisaje cómodamente sin conducir: una de las experiencias más curiosas de nuestro viaje por Eslovenia. Tras el motorail visitamos la cascada Kozjak (4 € la entrada), en la que el agua desciende “sólo” 16 metros pero en una cueva formando una bellísima estampa. Después hicimos dos paradas para admirar las Gargantas del río Soca con pozas de agua cristalina rodeadas de altas paredes rocosas, uno de los paisajes que más merece la pena en Eslovenia. Entre medias comimos en un restaurante junto a la carretera con vistas a las montañas: Gostišče Hedvika (aconsejable probar la trucha local del río Soca). Por último abandonamos Triglav por el puerto de montaña Vršič, conduciendo por la llamada carretera rusa o carretera de las mil curvas.

Alojamiento: Apartments & Rooms Vila Ana, Bled (Eslovenia)

Cascada Kozjak en el Parque Nacional Triglav, Eslovenia
Cascada Kozjak en el Parque Nacional Triglav, Eslovenia

Día 12. Lago Bled (Eslovenia)

Esta jornada y la siguiente el pronóstico meteorológico amenazaba lluvia así que tuvimos que reducir las salidas al mínimo. Este día pudimos solo aprovechar la mañana. Primero entramos al Castillo de Bled, una visita muy recomendable, 15 € la entrada, con varios museos, restaurante, tiendas y, sobre todo, una gran panorámica. También subimos a uno de los miradores con mejores vistas al lago, Mala Osojnica. No es un camino sencillo, menos porteando a un bebé, pero la panorámica es ciertamente espectacular y el camino está muy bien señalizado desde su inicio en la carretera que bordea el lago, cerca del camping. Si te animas, hay otros dos miradores más en la misma zona conectados entre sí: Velika Osojnica y Ojstrica. Por último, comimos de fábula en el restaurante The Tale Of Us.

Alojamiento: Apartments & Rooms Vila Ana, Bled (Eslovenia)

Día 13. Cascada Savica – Lago Bohinj – Lago Bled (Eslovenia)

Nuestro último día en Eslovenia fue nuevamente muy tranquilo por la mala meteorología. Primero hicimos una pequeña ruta, en constante cuesta arriba, a la cascada Savica, muy muy bonita y de 78 metros de altura. Hay que pagar tanto entrada a la cascada (4 €) como el parking (5 €). Luego fuimos a conocer el cercano lago Bohinj, el más grande del país, aunque mucho menos conocido y masificado que Bled. Está a solo 26 km de éste, en un entorno más natural. Por desgracia empezó la lluvia y no pudimos hacer nada ni en Bohinj ni en Bled.

Alojamiento: Apartments & Rooms Vila Ana, Bled (Eslovenia)

Cascada Savica en el Parque Nacional Triglav, Eslovenia
Cascada Savica en el Parque Nacional Triglav, Eslovenia

Día 14. Bled (Eslovenia) – Novo Mesto (Eslovenia) – Zagreb (Croacia)

  • Salida: Bled (Eslovenia)
  • Llegada: Zagreb (Croacia)
  • Distancia: 195 kilómetros
  • Duración: 2 horas
  • Alojamiento: Baroque, Zagreb (Croacia)

Nos despedimos de Eslovenia y condujimos hasta la capital croata. Contábamos con tres días para conocer Zagreb, tiempo más que suficiente para ello, por lo que este día nos lo tomamos con mucha calma. Por ello hicimos una última parada eslovena en Novo Mesto, una bonita ciudad medieval a orillas del río Krka (viejo conocido ya de nuestro anterior viaje a Croacia). Bonita de pasear, como curiosidad, es la localidad natal de Melania Trump. Llegamos a Zagreb a tiempo de empezar a recorrerla. Desde la ciudad alta antigua donde nos alojamos bajamos a la ciudad nueva y llegamos incluso a la que a la postre fue nuestra parte favorita de la capital: la Herradura Verde, 3 kilómetros de parques y edificios señoriales. Para finalizar, cenamos de fábula en el restaurante Konoba Didov San, en la ciudad alta.

Vistas de Zagreb con su Catedral en obras
Vistas de Zagreb con su Catedral en obras

Día 15. Zagreb (Croacia)

Dedicamos la jornada completa a explorar Zagreb por nuestra cuenta (aunque si lo prefieres puedes optar por una visita guiada). Desafortunadamente la encontramos llenas de obras y andamios que deslucían muchísimo todo lo que vimos. En la ciudad alta: la Iglesia de San Marcos (en obras), la Torre Lotrscak, los miradores bajo ésta y el Museo de las Relaciones Rotas (7 €), que sorprendentemente nos gustó mucho. Y en la ciudad baja, más monumental y animada: la Catedral (también con andamios), el Mercado Dolac, la ya mencionada Herradura Verde y el Túnel Gric, antiguo refugio antiaéreo que atraviesa el subsuelo de la ciudad alta, gratis y muy curioso de conocer. Ambas partes están unidas por la Puerta de Piedra, con una pequeña capilla en su interior, y por el teleférico más corto del mundo (60 metros). Precisamente junto a la estación de éste comimos muy bien en Restoran Uspinjača.

Alojamiento: Baroque, Zagreb (Croacia)

Día 16. Rastoke (Croacia)

Dado que ya habíamos visitado suficiente Zagreb, exceptuando sus muchos museos (al no poder entrar con el perro nos es complicado), decidimos pasar el día en Rastoke, a 100 kilómetros de la capital. Está en la localidad de Slunj y de camino al Parque Nacional Plitvice que ya visitamos en su día (de hecho suele ser parada habitual de las excursiones guiadas que llevan de Zagreb a Plitvice). Justo en la unión de los ríos Slunjcica y Korona seforman cascadas, lagos y riachuelos en un paisaje precisamente muy similar a Plitvice. Por eso ya en el siglo XVII se construyó en Rastoke un asentamiento donde se aprovechaba la fuerza del agua con molinos de agua (alguno queda hoy). Actualmente es un lugar muy turístico, con alojamientos y restaurantes, pero igualmente precioso. Puedes pasear libremente y gratis por allí, a excepción de un área, con jardines y buenas vistas a las cascadas, por la que merece la pena pagar: Slovin Unique, 7 €, perros no admitidos.

Alojamiento: Baroque, Zagreb (Croacia)

Rastoke, el pequeño Plitvice, en Croacia
Rastoke, el pequeño Plitvice, en Croacia

Día 17. Zagreb (Croacia) – Jajce (Bosnia) – Mostar (Bosnia)

  • Salida: Zagreb (Croacia)
  • Llegada: Mostar (Bosnia)
  • Distancia: 420 kilómetros
  • Duración: 6 horas 30 minutos
  • Alojamiento: Pansion Villa Anja, Mostar (Bosnia)

En la carretera de nuevo, y durante bastante tiempo, porque debíamos cruzar a otro país y conducir hasta Mostar, la ciudad más turística y conocida de Bosnia, donde pasamos tres noches. El camino más directo es a través de Croacia pero, dado que ya conocimos esta parte del país en 2017, decididimos tomar el trayecto más largo a través de Bosnia. Para hacer más llevadero este largo desplazamiento, paramos en Jajce, una ciudad medieval bosnia bien conservada, con una llamativa cascada junto al recinto amurallado. Y, sobre todo, con unos molinos de agua situados en un precioso paraje natural en un lago cercano a la localidad. Una estampa muy curiosa que mereció la parada. Ya en Mostar, dimos un primer paseo rápido para admirar el famoso Puente Viejo y cenar en el barrio antiguo en torno al puente, en Restoran Emen.

Puente Viejo (Stari Most) de Móstar, Bosnia Herzegovina
Puente Viejo (Stari Most) de Móstar, Bosnia Herzegovina

Día 18. Mostar (Bosnia)

Dedicamos el día entero, más que suficiente, a conocer el casco antiguo de Mostar, otomano, uno de los más bonitos de la antigua Yugoslavia. Allí se encuentra el icónico Puente Viejo (Stari Most), levantado en el siglo XVI por orden del sultán otomano Sulimán El Magnífico. Fue destruido durante la Guerra de los Balcanes pero reconstruido después para albricias de los turistas. Todo el barrio en torno a este puente es de hecho Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Buscar la mejor vista del Puente Viejo es el principal objetivo y, a pesar de que hay varios miradores destacados, creemos que el que más merece la pena es el minarete de la Mezquita Koski Mehmed Pasha (7 €). Mostar nos gustó pero lo encontramos sobre explotado turísticamente, con tiendas y locales de hostelería ocupandolo todo hasta el punto de que cuesta ver las construcciones antiguas…

Alojamiento: Pansion Villa Anja, Mostar (Bosnia)

Día 19. Cataratas Kravica, Pocitelj y Blagaj (Bosnia)

A pocos kilómetros de Mostar hay algunas joyitas bosnias que merece la pena visitar y suelen ser objeto de excursiones de un día. Es el caso de las cascadas Kravica. De 28 metros de altura, han sido formada por el río Trebižat a su paso por el territorio kárstico y caen en un lago de 120 metros de radio donde puedes bañarte y tomar algo en los muchos chiringuitos alrededor. La entrada cuesta 10 € (se puede conseguir online aquí) y los perros pueden acceder, pero no bañarse. También conocimos Pocitelj, con fama justificada de ser el pueblo más bonito del país. A orillas del río Neretva (el mismo de Mostar), completamente construido de piedra y dispuesto a lo largo de una ladera, nos gustó muchísimo, en parte por lo tranquilo que estaba. Por último visitamos Blagaj, una de las estampas más famosas de Bosnia: un monasterio derviche ubicado justo junto al nacimiento del Río Buna, un río de solo 9 kilómetros que brota de una montaña de roca. Un rincón realmente bonito pero algo masificado.

Alojamiento: Pansion Villa Anja, Mostar (Bosnia)

Cascadas Kravica en Bosnia Herzegovina
Cascadas Kravica en Bosnia Herzegovina

Día 20. Mostar (Bosnia) – Pula (Croacia)

  • Salida: Mostar (Bosnia)
  • Llegada: Pula (Croacia)
  • Distancia: 650 kilómetros
  • Duración: 6 horas 30 minutos
  • Alojamiento: Magnolia, Pula (Croacia)

Fue una larga jornada de conducción y volvimos a cruzar la frontera de Bosnia a Croacia. Atravesamos prácticamente todo el país para llegar a la península de Istria en el extremo norte, concretamente a Pula. No hicimos ninguna parada relevante a pesar de que nuestro itinerario se aproximaba a varias ciudades croatas interesantes que ya conocemos, como Split, Zadar o Sibenik (tenlo en cuenta por si tú si quieres aprovecharlo). Pula fue nuestra base para los cuatro días que pasamos en Istria y nuestras primeras horas allí nos valieron para admirar su principal atractivo, el Anfiteatro romano, y para gozarlo con su gastronomía a base de pescado y marisco en el restaurante Rendez-vous.

Anfiteatro de Pula en Istria, Croacia
Anfiteatro de Pula en Istria, Croacia

Día 21. Pula (Croacia)

En la punta sur de Istria está la que es la ciudad más grande de la península: Pula. Se la conoce como la pequeña Roma de Croacia, por los muchísimos restos arqueológicos de esta época que alberga, entre los que destaca su Anfiteatro, coetáneo con el Coliseo de Roma. Es la visita imprescindible en Pula y no defrauda porque es impresionante y está muy muy bien conservado: 10€ la entrada, en verano tienen un horario amplísimo (lo visité a las 10 de la noche). Pero Pula también fue un importante puerto del Imperio Austro-Húngaro. Por tanto hay mucho patrimonio histórico que conocer, tanto de época romana como posterior: las Puertas Dorada y de Hércules, el Arco de triunfo de los Sergios, el Templo de Augusto, algunos mosaicos de antiguas villas romanas, el Monasterio de San Francisco, el Castillo con vistas, la con catedral de la Asunción de la Virgen María… Nos pareció muy curioso Zerostrasse: una red de túneles creada como refugio para la I Guerra Mundial con exposición y un ascensor que sube al Castillo (6 €, perros admitidos). Un día es tiempo suficiente para verlo todo, sin prisas y parando a comer en alguna de las terrazas de la Pizzería Jupiter, con una relación calidad-precio imbatible.

Alojamiento: Magnolia, Pula (Croacia)

Día 22. Reserva Kamenjak (Croacia)

La península de Istria es famosa por su costa y nosotros la conocimos más a fondo en Kamenjak, un espacio natural protegido, bastante desconocido, situado 11 kilómetros al sur de Pula. Son 20 kilómetros de playas vírgenes y rocosas, ideales para practicar snorkel, senderismo y bici. Además los perros están admitidos, lo que para nosotros es un plus. Has de pagar entrada, 15 € por vehículo, y una vez dentro puedes recorrer la reserva, despacio, por vías de tierra, e ir deteniéndote en las playas que te interesen, con sus correspondientes chiringuitos, algunos muy muy bien montados. Nosotros estuvimos en dos y nos gustaron mucho: playa Mala Kolumbarika con el Safari Bar, el más famoso de Kamenjak, y playa Njive.

Alojamiento: Magnolia, Pula (Croacia)

Playas de la reserva Kamenjak en Istria, Croacia
Playas de la reserva Kamenjak en Istria, Croacia

Día 23. Rovinj y Poreç (Croacia)

Nuestro último día en Croacia lo dedicamos a Rovinj y a Poreç, ambas localidades con evidentes reminiscencias venecianas y las más populares de Istria (incluso puedes ir desde Zagreb en este tour privado). Rovinj es conocido, con razón, como uno de los pueblos más bonitos del país. A su llamativa ubicación en una pequeña península en el Adriático se suma un centro histórico bellísimo. Ambos hechos se aprecian muy bien desde los 60 metros de altura de la torre campanario de la Iglesia de Santa Eufemia (4 €, ojito a las escaleras de madera). Poreç no se le queda atrás en cuanto a belleza y además es algo menos turístico. Nuevamente el casco antiguo es una delicia. En él destaca la Basílica Eufrasiana, del siglo VI. Es el complejo cristiano temprano mejor conservado del mundo, con importantes mosaicos de los siglos IV a VI, y por ello está en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Cuesta 10 € el acceso y bien pagados. Comimos en un estupendo asador en la carretera de Rovinj a Poreç: Konoba Patricija.

Alojamiento: Magnolia, Pula (Croacia)

Rovinj, el pueblo más bonito de Istria, Croacia
Rovinj, el pueblo más bonito de Istria, Croacia

Día 24. Pula (Croacia) – Venecia (Italia) – Piacenza (Italia)

  • Salida: Pula (Croacia)
  • Llegada: Piacenza (Italia)
  • Distancia: 530 kilómetros
  • Duración: 5 horas 30 minutos
  • Alojamiento: Eurohotel, Piacenza (Italia)

Abandonamos los Balcanes y emprendimos el camino de vuelta hacia España no sin antes realizar algunas paradas en este largo trayecto. La primera de ellas fue, como no, en el norte de Italia, concretamente en Piacenza. Pero allí solo dormimos porque de Pula a Piacenza decidimos detenernos ¡en Venecia! 12 años hacía de nuestra última vez en esta ciudad, para nosotros de las más bellas del mundo. Fue una visita express pero nos gustó volver a pasear entre sus canales y, sobre todo, estrenarnos en eso de llegar a la Plaza de San Marcos en vaporetto. Aparcamos en el parking Tronchetto (25 € el día, a partir de las 3 horas se cobra día completo) y cogimos el bus acuático, línea 2 (9,5 €, válido durante 75 minutos). Pasamos apenas 3 horas en Venecia viendo sus greatest hits: Plaza de San Marcos, puente de los Suspiros, puente Rialto, puente de la Academia… A Piacenza llegamos con el tiempo justo de dar un paseo y cenar una pizza al lado del hotel.

Vistas de Venecia desde el puente de la Academia
Vistas de Venecia desde el puente de la Academia

Día 25. Piacenza (Italia) – Arlés (Francia)

La segunda parada en el camino de regreso a España fue Arlés. Ya nos quedamos con ganas de conocerlo cuando estuvimos en la Provenza e inicialmente habíamos planteado dos noches aquí pero por cuestiones del viaje tuvimos que reducirlo a una sola. Una pena porque hay mucho que ver en esta antigua ciudad del Imperio Romano, llamada “pequeña Roma en Galia” por los importantes monumentos de esa época que atesora. El principal es el Anfiteatro, el mejor conservado de Francia junto al de Nimes, del siglo I A.C. y con capacidad para 20.000 espectadores. También fue una destacada ciudad medieval, como atestiguan la Plaza de la República o la iglesia y el claustro de Saint Trophime. Por si fuera poco, a finales del siglo XIX y principios del XX fue lugar de veraneo y descanso de algunos de los pintores más importantes de la historia, como Van Gogh, que pintó 300 cuadros en los 15 meses que vivió en Arlés. Por ello hay un recorrido marcado por los espacios de la ciudad que plasmó en sus obras, como la terraza del Café Van Gogh en la Plaza del Forum. Tras un breve paseo cenamos muy a gusto en el animado Cuit Cuit, en una placita muy mona y con DJ pinchando en directo.

Anfiteatro de Arles, Francia
Anfiteatro de Arles, Francia

Día 26. Arlés (Francia) – Orthez (Francia)

  • Salida: Arlés (Francia)
  • Llegada: Orthez (Francia)
  • Distancia: 540 kilómetros
  • Duración: 5 horas 30 minutos
  • Alojamiento: Le Grand Houx, Orthez (Francia)

La premisa para elegir la última parada antes de volver a España era que fuese una ciudad pequeña, bonita y fácil de visitar en pocas horas. Jamás habíamos oído ni leído nada de Orthez pero se vende como una de las localidades medievales más bonitas de Francia y nos convencieron las imágenes de su Puente Viejo, su centro histórico con casitas de piedra y madera y, sobre todo, el alojamiento donde nos quedamos, Le Grand Houx. Es el que más nos gustó de todo el viaje y nos dio pena quedarnos solo una noche.

Día 27. Orthez (Francia) – Gijón (España)

  • Salida: Orthez (Francia)
  • Llegada: Gijón (España)
  • Distancia: 480 kilómetros
  • Duración: 5 horas
  • Alojamiento: Gijón

¡Fin del viaje! Este último día nos dio tiempo a parar a comer en Bilbao y llegar ya de noche a Gijón donde pasamos unos días antes de regresar definitivamente a nuestra casa en Madrid, combinando vida familiar con turisteo por Asturias.

¿Te ha gustado nuestro itinerario? ¿Qué etapa crees que fue la mejor? ¿Te hemos dado ideas para algún próximo viaje?

Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0

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