Cuando organizamos nuestro itinerario por Grecia tuvimos muchas dudas sobre qué islas visitar. Milos no estuvo entre nuestras primeras elecciones, pero las fotos y vídeos que vimos de ella nos enamoraron. Así que fuimos a Milos por un flechazo, por un encaprichamiento que nos entró por los ojos. Y eso siempre tiene sus riesgos… Afortunadamente, las imágenes no mentían sino que se quedaban cortas incluso. Nuestros 3 días allí se nos hicieron muy escasos y se convirtió en nuestra isla griega favorita.

Milos es la más occidental de las islas Cícladas, archipiélago que cuenta con otras celebridades mayores como Santorini (que también visitamos) o Miconos. Por ello no está tan masificada como éstas, aunque tampoco se puede calificar de isla vacía, sin turismo, no nos engañemos. Bien es cierto que fuimos en agosto, peor imposible. Aún así, pese a sí haber bastante gente, desde luego fue una estancia más apacible que en su vecina Santorini o incluso que en la isla de Zakynthos, en las Jónicas.

Pescador en el puerto de Mandrakia en Milos
Pescador en el puerto de Mandrakia en Milos

Sus 120 km de costa cuentan con más de 70 playas que tienen fama de ser de las más bellas de Grecia (con permiso de las de Creta) e incluso del mundo. Y sus pueblos han sabido conservar su carácter tradicional, tanto en el urbanismo como en el ambiente, sin someterse al turismo masivo. Recorrer Milos es por tanto recorrer su playas y pueblos, sin prisas, admirando las vistas, nadando en un mar azul increíble y disfrutando de una gastronomía sencilla a base de pescado y marisco. Si es tu estilo de viaje, felicidades, habrás encontrado una joya.

Milos forma parte, junto a otras islas cercanas como Santorini, del Arco Volcánico del Egeo: el punto donde la placa tectónica africana choca con la europea. Esto provoca una alta actividad sísmica y en Milos se dejó notar desde hace 5 millones de años. Como consecuencia hoy, los paisajes de acantilados rocosos, las playas de colores y, sobre todo, la actividad minera. En la antigua Grecia, la obsidiana de Milos, piedra eminentemente de origen volcánico, era conocida en todo el Mediterráneo. Hoy continúa la explotación minera en distintos puntos de la isla donde se extrae bentonita, caolin y otros minerales. Esto proporciona una fuente de riquea importante a Milos que, por esto mismo, no es una isla tan estacional como otras, sino que cuenta con una población estable permanente.

Cómo llegar y cómo moverse en Milos

Navegamos desde Atenas con Seajets en un ferry super rápido: era un barco más pequeño, con menos plazas, sin posibilidad de trasladar coches, pero más veloz (así que merece mucho la pena): de El Pireo a Milos, en 2 horas y media. Hay otras compañías, por supuesto, varias frecuencias diarias y conexiones desde otras islas Cícladas como Santorini o Miconos. Lo mejor es que consultes en algún buscador online en base a tus fechas y punto de partida para ver todas las opciones. También es posible llegar en avión, en apenas 40 minutos, desde Atenas .

Una vez en Milos, alquilamos coche para 2 de los 3 días que pasamos allí. Concretamente, un Nissan Micra con la compañía RAC, en el puerto de Adamas, por 124 euros (reserva previa a través de Rentalcars.com). Nos movimos por tanto con un automóvil pequeño, pero a ciertas zonas de Milos solo se puede llegar en 4×4 (incluyendo algunas de las playas más conocidas), así que mira bien a qué sitios quieres ir por si te interesa. Personalmente preferimos ahorrarnos el sobrecoste. En cualquier caso, algunas vías de acceso a las playas no están en el mejor estado y ponen a prueba los neumáticos: fíjate en el estado de los mismos cuando recojas el coche, ten cuidado con la arena porque en los laterales puede haber más de lo que imaginas e intenta evitar lo de aparcar a pie de playa (más detalles y consejos para conducir por Grecia, en este artículo).

Atardecer desde el castillo veneciano de Plaka, en Milos
Atardecer desde el castillo veneciano de Plaka, en Milos

Dónde alojarse

En Milos nos ocurrió como en Zakynthoselegimos la comodidad de alojarnos en la ciudad que era nuestro puerto de entrada y de salida, Adamas. Esto nos permitió ahorrarnos un día de alquiler de coche: el que dedicamos a la excursión en barco que hicimos partiendo del mismo Adamas también. Hay poblaciones muchísimo más bonitas, sin duda. Personalmente nos habría encantado quedarnos en Plaka por ejemplo. Pero es cierto que Adamas cuenta con multitud de restaurantes, tiendas y servicios a mano, así que fue muy cómodo en ese sentido.

También hay muchos hoteles y, sobre todo, apartamentos de alquiler. Elegimos Asterias Studios (3 noches, 231 euros) que es una casa grande dividida en 9 apartamentos o estudios individuales, todos ellos equipados con una pequeña cocina (demasiado pequeña si pretendes cocinar ahí realmente) y balcón o terraza. Era amplio, muy nuevo y con espacio de sobra para aparcar en las inmediaciones (si quieres saber más sobre nuestros alojamientos en Grecia, consulta este post).

Dónde comer

Como ya decíamos en el artículo que dedicamos en exclusiva a la gastronomía y restaurantes griegos, en las islas el menú se basa en pescado y marisco; sobre todo pulpo, en el caso de Milos, que puedes ver secando al sol junto al puerto de turno.

Pulpos secándose al sol en la isla de Milos
Pulpos secándose al sol en la isla de Milos

Nuestra primera noche en Adamas cenamos en O petrinos. Se encuentra en una calle paralela a la costa que es una sucesión de restaurantes y sus terrazas con vistas al mar, uno a continuación de otro. Cualquiera es apetecible, la verdad. Éste es más caro que la media pero la calidad de la comida está también por encima de la media. Comimos gyros de pulpo (por lo que pudimos comprobar, un plato típico en muchos bares de Milos) y bacalao en tempura (espectacular).

La segunda noche probamos otro de los locales de esa calle de Adamas, Trapatselis. De menor fama, más barato, con más facilidad para conseguir mesa sin reserva, pero también con comida más regulera (aunque la relación calidad – precio es en definitiva apropiada). Comimos buñuelos de calabacín y parrillada de pescado a la brasa: nos gustaron sobre todo los primeros.

Pollonia es un pequeño y bonito pueblo pesquero y en torno a su puerto hay numerosos restaurantes y terrazas. Llegamos con intención de comer en otro local (Amenaki, el que siempre recomiendan en Milos) pero estaba cerrado, así que escogimos Yialos un poco por casualidad. Su terraza, literalmente junto a los amarres de los barcos, tiene bonitas vistas y todo lo que probamos estaba buenísimo: fava (una crema típica griega de un tipo de haba local), salmonetes y gyros de pulpo, de nuevo.

Y si tras cenar en Adamas te apetece un buen cóctel, Fiki Cocktail & Wine Bar es tu sitio. Nos gustó muchísimo todo. Su ubicación, casi escondida subiendo unas escaleras blancas típicas griegas; su terraza, sin vistas pero cómoda y amenizada con muy buena música; y sus cócteles, super originales, de recetas propias y con nombres curiosísimos.

Qué ver

Sarakiniko

La playa más bonita de Milos y, posiblemente, de las más bellas que hemos visto en nuestra vida. Todo lo que hayas leído o visto se queda corto para describirla. No es una playa al uso ni mucho menos. Apenas hay arena, salvo una pequeñísima área a modo de oasis entre el agua que se introduce casi como si fuese un fiordo y la vegetación. Es fundamentalmente de piedra, una piedra blanca de yeso y tiza que brilla al sol y que le ha dado a Sarakiniko la descripción tan comercial de “paisaje lunar”. La roca presenta suaves ondulaciones y formas creadas por la erosión de siglos. El mar es de un increíble azul transparente que, al contraste con la roca blanca, resulta espectacular. Tiene mil recovecos y hay distintos puntos para lanzarse al agua, incluyendo una especie de poza natural, cuevas y un acantilado que hace las veces de trampolín para quienes se atravan a saltar (hazlo).

Sarakiniko está en la costa norte de la isla y puedes llegar en autobus desde Adamas o en coche propio. Hay una zona de aparcamiento bastante amplia y es cierto que es lo suficientemente extensa como para temer quedarte sin espacio. Pero también es cierto que tiene pocos sitios con sombra y, si pega el sol, puedes sufrir. Por ello recomendamos llegar temprano, para evitar las horas de más calor y para poder hacerte con uno de esos codiciados lugares sombreados. No hay servicios ni bares ni instalaciones ni nada de nada, así que lleva contigo todo lo que necesites (agua, comida, crema solar, etc).

En cualquier caso, Sarakiniko es para recorrerla, para caminar sobre sus rocas lunares y buscar perspectivas con que admirarla, para tirarte al mar desde los distintos puntos y nadar mucho en ese agua increíble…. Consejo: llévate escarpines (en general te vendrán bien en toda la costa de Milos). De hecho, en realidad no es una playa muy cómoda para estar tirado horas en la toalla (ni tampoco creemos que tengas ganas de ello teniendo esa belleza ante tus ojos). Por último, dicen que ver Sarakiniko una noche de luna llena es espectacular, por si te cuadra.

Kleftiko

Está en la costa suroeste de la isla formada por cuevas y grandes estructuras rocosas. Su nombre procede del verbo griego “klevo”, que significa “robar”, y es que este punto solía ser guarida para los piratas. Kleftiko es, junto con la playa de Sarakikino, el sitio más icónico de Milos. Solo puedes acceder en barco así que tendrás que contratar una excursión organizada (hay muchas) o bien alquilar un bote para ir por tu cuenta.

Respecto a los tours, los hay que dan la vuelta completa a la isla mientras que otros que solo van hasta Kleftiko ida y vuelta, pueden ser de medio día o de jornada completa y salen desde distintos puertos. Nosotros partimos de Adamas con Odysseus A. Cruises en un velero, 18 personas, desde las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde, comida y bebida incluida, 100 euros por persona. Puede parecer un gran desembolso, pero merece cada céntimo, nos gustó muchísimo.

Estuvimos dos horas en Kleftiko, nadando, haciendo snorkel, explorando las cuevas… Apenas había otros barcos, así que fue una experiencia de 10. En el viaje de ida y vuelta (no dimos la vuelta a la isla por tanto) paramos en otros puntos de interés:

  • El cabo Vani, de 20 metros de altura, con unos acantilados rocosas de colores muy peculiares, derivados de su composición en manganeso
  • La cueva Sykia, impresionantemente bella. Se trata de una amplia cueva rocosa en la que puedes nadar y cuyo techo colapsó dejando un agujero con forma de perfecto círculo.
  • La playa Agios Dimitrios, llamada así por una pequeña capilla que hay en ella en honor a San Dimitrios
  • Klima, el pueblo pesquero más famoso de Milos, con sus características syrmata frente al mar: preciosas casitas de colores de los pescadores ubicadas una a continuación de la otra. Poder verlas desde el frente, desde el barco, fue una suerte.

Otras playas

Alogomandra. Está también en la costa norte, con lo que puedes visitar en el mismo día Sarakiniko, ésta y la siguiente de la que hablamos, Papafragas. Se encuentra junto al pueblo de Agios Konstantinos, que tiene otra playa más próxima en realidad, pero ésta de Alogomandra es mucho más bonita y especial. La razón es que se encuentra prácticamente metida en una cueva en uno de sus laterales, mientras que en el otro una hilera de rocas la separa de la playa anexa. Resultado: una piscina natural de aguas tranquilísimas y transparentes, recomendables para hacer snorkel, y con sombra natural bajo la roca. Eso sí, es muy muy pequeña. Nosotros nos dimos un baño, nos secamos un poco, hicimos fotos y nos marchamos.

Playa Alogomandra en la costa norte de Milos
Playa Alogomandra en la costa norte de Milos

Papafragas. Otra playa cueva en la costa norte. Aunque en realidad no estuvimos en ella y no lo descubrimos hasta más tarde… Seguíamos las indicaciones de Google Maps y justo donde paramos había una playa alargada, circundada por altas formaciones rocosas, un poco similar a una cueva, y nos cuadró que fuese Papafragas. Error. Había que seguir caminando para llegar a ella. En cualquier caso, ésta se llama Kapros y también es maravillosa y recomendable. Pero no hagas como nosotros y continúa hasta Papafragas y así podrás verlas ambas y comparar.

Playa en la costa norte de Milos
Playa Kapros en Milos

Firiplaka. También hay playas en la costa sur de Milos y Firiplaka es la más famosa de ellas y por eso, la primera que visitamos. Es amplia, de arena, a los pies de un acantilado rocoso de colores (otra vez la presencia de minerales se hace evidente) y con un bar donde puedes comer, beber y alquilar tumbonas. Por todo esto y porque el agua no te cubre hasta haber recorrido muchos metros, es una playa mucho más cómoda que las anteriores, aunque no tan espectacular como ellas, recomendable para niños y familias y con demasiada gente para nuestro gusto.

Tsigrado. Se encuentra muy cerca de Firiplaka y es justo todo lo contrario: pequeña, muy bonita y curiosa, con menos gente y muy complicada de acceder. De hecho, debes bajar por una escalera de pared de madera encajada entre dos rocas para poder pisar su arena y bañarte. Personalmente nos pareció demasiado esfuerzo. Pero verla sí que es muy sencillo, porque tiene una amplia área de parking y desde ahí ves la playa perfectamente. Y eso al menos sí merece la pena.

Playa Tsigrado en Milos, Grecia
Playa Tsigrado en Milos

Paleochori. Las rocas coloridas de su acantilado dan fe del origen volcánico de esta playa de guijarros, muy accesible (incluso en bus), pues está en una pequeña localidad turística a solo 10 kilómetros de Adamas. De hecho, su extenso litoral está ocupado por hamacas y sombrillas de alquiler, bares y restaurantes. Por tanto, es muy cómoda e ideal para no tener que preocuparte por nada al estar rodeada de servicios. Personalmente este tipo de playas nos gustan menos y había bastante gente, así que simplemente dimos un paseo y nos fuimos.

Agia Kiriaki. Muy próxima a la anterior y del mismo estilo: amplia, rodeada de acantilados, de arena y guijarros, con bares y servicios alrededor, incluso un parking a 4 pasos de la propia playa. Estaba más tranquila y vacía así que decidimos pasar un par de horas alquilando una tumbona y una sombrilla (los precios eran significativamente más bajos que en Paleochori o Firiplaka). Es recomendable para hacer snorkel aunque el mar estaba bastante revuelto cuando estuvimos, pero sí vimos muchos peces. En definitiva, una playa ideal si quieres descansar tranquilamente sin gente, aunque no es la más bonita de Milos ni mucho menos.

Pueblos

Adamas. Es el puerto de acceso a Milos si llegas en ferry y donde decidimos alojarnos por su comodidad y practicidad. Nada más llegar encuentras una sucesión de tiendas de souvenirs (las más bonitas que hemos visto nunca, merece la pena darse una vuelta), de oficinas de servicios (de viaje, de alquiler de coches, etc) y de restaurantes con sus terrazas frente al mar. Pero si sales de esta primera línea y caminas hacia el interior también encuentras la estampa típica isleña de calles blancas, escaleras, casas bajas e iglesias monísimas.

Plaka. La capital de Milos presume de conservar intacto uno de los centros urbanos históricos más bellos de las Cícladas. Sus estrechas calles blancas en pendiente junto con cuidadas casas bajas salpicadas de flores y detalles decorativos de colores son la imagen perfecta de “isla griega” que todos tenemos en la cabeza. En lo alto de Plaka está el Castillo medieval del siglo XIII, al que merece la pena subir por las impresionantes vistas, especialmente al atardecer, cuando prácticamente media isla se reúne allí para disfrutar de esa panorámica.

Aunque pueda parecer redundante, no hay que olvidar que ésta es la isla donde se descubrió la famosa Venus de Milo. La encontró un campesino local en 1820 en Tryptiti, muy cerca de Plaka, donde también existen un antiguo teatro y catacumbas romanas que se pueden visitar. La famosa estatua, la más representativa de la escultura helena, está sin embargo lejos de aquí, en el Louvre de París.

Calles de Plaka por la noche, Milos
Calles de Plaka por la noche, Milos

Mandrakia. En nuestro humilde opinión, es el pueblo más bonito de Milos, sobre todo su puerto semicircular con casitas de colores y botes flotando, bajo la vigilancia de una iglesia blanca en lo alto (una estampa bastante repetida en distintos puntos de la isla, por otra parte). No hay nada concreto que ver o hacer aquí, salvo pasear, sacar mil fotos en sus bonitos rincones y, si acaso, lanzarse a nadar desde los accesos que han creado en el puerto y el pueblo (no se puede llamar playa como tal). Mandrakia es minúsculo, pero bellísimo.

Puerto de Mandrakia en Milos
Puerto de Mandrakia

Firopotamos. Algo más grande que el anterior (tampoco esperes una gran urbe) y, éste sí, con una playa con arena convencional. Como decíamos, se repite la estampa de una pequeña iglesia blanca situada en un punto algo más elevado respecto al puerto y al resto de casitas en torno al mar. Lástima que lo pillamos sin luz, pues está situado entre la costa y una montaña que le daba ya sombra cuando llegamos.

Firopotamos, uno de los pueblos más bonitos de Milos
Firopotamos, uno de los pueblos más bonitos de Milos

Pollonia. Tras Plaka y Adamas, fue la localidad más grande que conocimos. Tiene una pequeña playa, un pequeño puerto y un montón de restaurantes con sus correspondientes terrazas, uno al lado del otro. Todos tienen muy buena pinta, así que no es mal destino para entregarse a la gastronomía de Milos.

Playa en Pollonia, Milos
Playa en Pollonia, Milos

Klima. Lamentablemente no pudimos pisar realmente en este pequeño pueblo, probablemente el más popular de Milos y con fama de un bellísimo atardecer del que tampoco pudimos disfrutar. Solo lo vimos desde el barco en la excursión a Kleftiko. Está muy cerca de Plaka, aunque el acceso no es sencillo sin coche. Lo más característico de Klima son las syrmata, casitas de colores originariamente donde los pescadores guardaban sus materiales, que se sitúan una a continuación de la otra en primera línea de costa bordeando el puerto con sus barcas. Es cierto que esta vista frontal solo la puedes obtener desde el mar y también merece la pena, pero nos quedamos con las ganas de caminarlo, conocerlo y sobre todo, de terminar el día viendo la puesta de sol allí.

Las tradicionales casas de pescadores en Klima, Milos
Las tradicionales casas de pescadores en Klima

Por último, te dejamos este mapa con todas las ubicaciones de los lugares nombrados en el post para que te sirva de guía en tu visita a Milos.

Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0

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