Seguro que en tus viajes te has encontrado lugares o has presenciado situaciones que te han sorprendido tanto o más que las principales atracciones turísticas que llevabas tiempo deseando ver. ¡A nosotros también nos pasa! Y como lo primero que solemos hacer en estos casos es echar mano de la cámara de fotos para inmortalizar el momentazo, vamos a ir recopilándolos aquí: ¡viajar para ver!

Katmandú es sin duda la ciudad más caótica en la que hemos estado nunca. Circular por sus calles (a pie, en bici o en coche) es una locura y hay cortes diarios de electricidad durante varias horas en todas las casas, hoteles y establecimientos. Claro que si paseas por sus calles y ves los postes eléctricos no es de extrañar… ¡Todos son una maraña de cables!

Maraña de cables en los postes eléctricos en Katmandú

¿Sabes qué es un spekeasy bar? Nosotros tampoco lo sabíamos hasta que fuimos a Nueva York. Se trata de bares clandestinos, creados durante la época de la Ley Seca en EEUU, cuando la venta (y compra) de alcohol estaba prohibida. Son difíciles de encontrar y acceder, al fin y al cabo con ese propósito se crearon pues allí se llevaban a cabo acciones ilegales. Y se conservan tal y como eran en todos los sentidos: decoración años 20, sofás de piel, lámparas de cristal, iluminación tenue, mesas de madera y marmol… y bebidas alcohólicas servidas en tazas de café de porcelana. ¡Toda una experiencia!

Gin tonic servido en taza de café en un speakeasy en Nueva York

Y siguiendo con bares, los hay que se curran mucho el menú, otros la decoración, otros la música, otros la belleza de los camareros que te atienden… Pero a nosotros lo que nos llama siempre la atención son los carteles y mensajes que encuentras en las paredes de muchos establecimientos. Aquí van unos cuantos curiosos:

Pub en Dublín: “Back in the day, we had Johnny Cash, Steve Jobs and Bob Hope. Now we have no cash, no jobs and no home. Please don’t let anything happen to Kavin Bacon!

Pubs con mensaje en Dublín

Restaurante en el Trastevere, Roma: “We are against war and tourist menú”

Declaración de intenciones de un bar en el Trastevere, Roma

Pub en Queenstown, Nueva Zelanda: “People who drink light beer don’t like the taste of beer. They just like to pee a lot”.

Pub en Queenstown, Nueva Zelanda

Y otro pub en Nueva Zelanda, esta vez en Nelson (sí, les gusta la cerveza): “The 4 things that matter. Men. Women. Children. And beer”.

Pub en Nelson, Nueva Zelanda

Seguro que, como nosotros, has leído, oído o incluso visto con tus propios ojos que los edificios en Amsterdam son tan estrechos que resulta imposible subir por las escaleras de su interior bultos voluminosos. Por ello, todas cuentan con un gancho en la parte superior de la fachada sobre el que colocar poleas para poder elevar muebles e introducirlos en las casas. He aquí la prueba gráfica de ello. En pleno Barrio Rojo estaban realizando una mudanza sirviéndose de este sistema.

Edificio en Amsterdam en plena mudanza

Kaikoura es una región de Nueva Zelanda famosa por el avistamiento de ballenas, delfines y otros cachalotes marinos. También cuenta con una colonia de lobos marinos, pero lo que nunca esperas es que, caminando por allí, puedas encontrártelos prácticamente en mitad de la calle… En uno de los extremos de la ciudad (donde comienza una estupenda ruta de senderismo, la “Kaikoura Península Walkway“) hay una zona de rocas donde puedes ver muchísimos lobos marinos. Algunos incluso van más allá de las rocas y están junto a edificios o en las aceras. Eso sí, están tranquilamente echándose la siesta y no suponen ningún peligro (y puedes hincharte a hacerles fotos, claro).

Lobo marino en Kaikoura

Cuenca es famosa por sus casas colgadas: edificios construidos al borde de la ciudad, frente a la hoz del río Huécar, con sus balcones prácticamente “al aire”. Pero en tu paseo por Cuenca, además de éstas, te encuentras también con una casa totalmente torcida que, sorprendentemente, resiste en pie pese a que no hay ni un solo ángulo recto en su construcción.

Edificio en Cuenca

No nos cansamos de repetir que Portugal es un gran país para viajar y uno de sus puntos fuertes es la gastronomía ¡y la relación calidad-precio es imbatible! Pero hay restaurantes que recordaremos por encima de otros… En Coimbra se encuentra el Zé Manel Dos Ossos: un ¿restaurante? pequeñísimo, con apenas 4 mesas y banquetas y bancos (nada de sillas con respaldos) para sentarse, con la cocina y la barra todo en uno y absolutamente cada hueco de la pared cubierto por cientos de notas de papel que todos los comensales han ido dejando allí con mensajes de todo tipo. Además, las raciones son abundantes, ricas e hiper baratas. 

Ze Manel dos Ossos, Coimbra

En Nueva York también las vimos, pero no tan customizadas con el look & feel nacional: estaciones para la carga solar de móviles en Katmandú. Construida en madera y con telas de colores (del mismo estilo que puedes ver en los templos), ésta la encontramos en la plaza histórica de Katmandú Durbar. Modernidad con un toque de tradición, al estilo nepalí.

Estación para la carga solar de móviles en Katmandú

¿Cómo reconocer un camión indio? ¿Por la matrícula? ¿Por la marca automovilística? ¿Por la forma de conducir? ¡Nimiedades! Lo que identifica de verdad a un auténtico camión de la India es su super-decoración-exagerada-multicolor: cuantas más pegatinas, adornos, dibujos, complementos ¡e incluso espumillonos!, mejor. ¿Una bandera jamaicana junto a un símbolo budista? ¿Por qué no? Todo tiene cabida en estos vehículos…

Camión indio con su típica decoración

Si un caluroso día de verano estás de turismo por un pueblo manchego y ves un menú del día con gazpacho, ¡cuidado! Cualquier parecido con el típico gazpacho andaluz que conocemos es pura casualidad. El gazpacho manchego es un guiso caliente, hecho con trozos de torta y carne (conejo, pollo, perdiz, un poco lo que pillen). Como supondrás, es además consistente y de difícil digestión…. Con 30 grados de temperatura tal vez no sea lo más recomendable.

Gazpacho manchego

Y seguimos con sorpresas en restaurantes. Burdeos es conocido mundialmente por sus vinos: recorrer sus zonas de viñedos, sus pueblecitos encantadores y sus châteaus donde puedes ver el proceso de elaboración de los caldos es un placer. Ahora bien: ¡el placer se paga! Los precios en las cartas de vino de los restaurantes son de marearte, con botellas de hasta más de dos mil euros…

Carta de vinos en Burdeos

En una plaza en Oslo frente al Parlamento Noruego se encuentran estos baños públicos con homenaje a la República Francesa, cada aseo con uno de los colores de la bandera gala y con su mítico lema “Libertad, Igualdad y Fraternidad”. Por el “módico” precio de casi 3 euros puedes hacer uso de ellos: eso sí, son aseos casi de lujo, y una vez dentro suena un discurso político en francés (¿?). Resulta que estos baños fueron instalados en el aniversario de la Constitución Noruega como homenaje al código francés en que se inspiraron para su redacción. ¿Curioso homenaje, no?

Baños públicos en Oslo en homenaje a la República Francesa

Todos sabemos que en Amsterdam la bicicleta es el medio de transporte por excelencia pero, aún así, no pudimos dejar de sorprendernos cuando vimos, junto a la Estación Central, un mega parking de bicicletas, de varios pisos, con miles de ellas. La finalidad está clara: si tienes que coger el tren para ir a trabajar o volver, puedes desplazarte hasta la estación en bici y dejarla en este parking hasta tu vuelta (en España es bastante común hacer lo mismo con el coche). Este aparcamiento tiene capacidad para ¡hasta 7.000 bicicletas!

Parking de bicicletas en Amsterdam

Ya te explicamos que en Bután toda la población es muy budista y la religión está presente en todos los aspectos de su vida social y cultural. Drukpa Junley, un lama que vivió entre los años 1455 y 1529, tiene el sobrenombre del Divino Loco y, entre otras, sus hazañas sexuales son legendarias. Por ello, en homenaje a él y como símbolo para intentar atraer la buena suerte, en muchísimas fachadas de casas y edificios de Bután aparecen representados penes de las más diversas formas y colores. Y te aseguramos que no lo hacen por una cuestión turística: ¡encontramos estos dibujos en casas de pueblos perdidos de la montaña!

Imágenes de penes en casas de Bután, en homenaje al Divino Loco, y como signos de buena suerte

Évora es una pequeña ciudad portuguesa maravillosa, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco debido a las múltiples joyas culturales que atesora. Pero lo más alucinante que encontrarás allí es la Capilla de Huesos: más de 5.000 calaveras y huesos recopilados por los monjes franciscanos en una sola estancia, para q reflexionemos sobre la muerte y la vida efímera. Para rematar el escenario creepy, se accede a la capilla por una puerta con esta inscripción: “Nosotros, los huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos” 😮

Capilla de huesos en Évora

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Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0

10 Comment on “Viajar para ver

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