Antiguas casas de mercaderes adinerados, templos chinos, pequeñas barcas en el río, tiendas artesanales, cientos de farolillos de colores… El centro antiguo de Hoi An apenas han cambiado desde hace siglos. Incluso no se vio afectado por la Guerra de Vietnam. Declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1999, el turismo es ahora la principal fuente de riqueza en la que tiene fama (merecida) de ser la ciudad más bella de Vietnam.

La riqueza de Hoi An como importante puerto mercantil entre los siglos XVI y XIX se debía a su río Thu Bon, que desagua en el este del Mar de China. Por ello, la ciudad era parada de comerciantes llegados de todo el mundo: portugueses, holandeses, españoles, indios… Pero sobre todo chinos y japoneses, los que mayor huella, y muy visible, han dejado en esta ciudad, dado que pasaban largas estancias aquí. A partir del XIX el río Thu Bon se enfangó, los grandes barcos no podían llegar a Hoi An y el comercio naviero se trasladó al cercano puerto de Da Nang.

El río Thu Bon en Hoi An
El río Thu Bon en Hoi An

Más de 800 edificios están protegidos en Hoi An por mandato de la UNESCO y 18 de ellos están abiertos al público. Para visitar el centro antiguo de la ciudad y varios de estos lugares históricos es necesario adquirir un ticket válido hasta 24 horas por 120.000 dongs (5 euros). Esta entrada da derecho a entrar a la ciudad y a cinco de los monumentos que elijas. Se puede adquirir en varios puestos callejeros instalados en los principales accesos al centro histórico de la ciudad (los encontrarás sin problema simplemente caminando). Aunque se supone que no puedes entrar en el barrio antiguo de Hoi An sin esta entrada, no todo el personal en los accesos es igual de estricto ni lo solicita a todos los transeúntes (personalmente a nosotros solo en uno de los controles nos lo pidieron).

Hoy en día Hoi An es un hervidero de turistas que van y vienen entre edificios coloniales amarillos adornados de farolillos y llamativos templos con esculturas de dragones. Casi todas las casas acogen algún negocio (tienda, hotel o restaurante) salvo las que son museos o templos. Entre las 8.30 y las 11 de la mañana y de 3 de la tarde a 9 de la noche está prohibida la circulación de motos en el centro histórico. Aún así, a los numerosos peatones, se suman las bicis (muchas con montajes de lo más increíbles para poder transportar grandes pesos) y una especie de tuk tuks para turistas con pocas ganas de andar. El resultado puede ser algo agobiante, tómatelo con paciencia.

Conversaciones en la orilla del río Thu Bon en Hoi An
Conversaciones en la orilla del río Thu Bon en Hoi An

Simplemente pasear por sus estrechas calles y por la orilla del río Thu Bon ya justifica la visita a Hoi An. Puedes unirte a un tour para una primera toma de contacto con la ciudad. Pero también merece la pena aprovechar la entrada turística para conocer algunos de sus edificios históricos. Una jornada en la ciudad puede ser suficiente para esto; de hecho mucha gente la visita en una excursión de un día desde Da Nang o incluso Hue. Pero si quieres aprovechar a conocer algo más de los alrededores y, sobre todo, disfrutar de las calles vacías al amanecer y del espectáculo nocturno en el río, planifica al menos una noche allí.

Como ya te contamos en nuestra guía de alojamientos en Vietnam, pasamos dos noches en el Nu Ni Homestay en Hoi An, recomendado por la Lonely Planet. Es un hotel pequeño, tranquilo, con habitaciones muy amplias, propiedad de una familia local y a dos pasos de uno de los accesos al centro histórico, ideal por tanto para moverte a pie. Muy recomendable.

Enumerar todos los edificios históricos de Hoi An nos llevaría a un post interminable, así que aquí mencionaremos los principales.

El Puente Cubierto Japonés es probablemente el más conocido de la ciudad y se encuentra muy próximo a uno de los accesos al centro histórico (en nuestro caso, el que más próximo estaba al hotel así que pasamos infinidad de veces por él). Fue construido en 1590 por la comunidad japonesa que habitaba Hoi An y está bien conservado. Se puede ver y cruzar gratuitamente, pero hay una pequeña sala en su interior que sí requiere entrada.

Hay varias casas históricas que pertenecieron a ricas familias chinas y que se mantienen tal y como eran en los siglos de esplendor comercial de la ciudad. Conservan la arquitectura, la decoración interior y los muebles, haciendo las veces de pequeños museos de la época. Para entrar en cualquiera de ellas es necesario presentar el ticket turístico. Están repartidas por el barrio histórico, pero mencionaremos dos. La casa Phung Hung está justo al lado del Puente Cubierto Japonés y desde su segundo piso hay vistas hacia él. La casa Tan Ky, también muy cerca, es probablemente la más grande y espectacular, con techos ricamente decorados y con salida al río.

Altar en un templo en Hoi An, Vietnam
Altar en un templo en Hoi An

La comunidad china construyó en Hoi An hasta cinco Asambleas en las que reunirse y hacer celebraciones: Sala de la Congregación China de Fujian, de Hainan, de Chaozhou y de Hakka. Son construcciones grandes, con varias estancias, siempre incluyendo alguna para orar y hacer ofrendas, además de patios y espacios abiertos. Merece la pena visitar alguna por su decoración tan original, con estatuas bastante locas en honor a deidades y personalidades locales. Para acceder te pedirán el ticket turístico.

Si quieres visitar templos y pagodas, también los encontrarás en tu recorrido por el barrio histórico, pero probablemente la actividad ineludible es hacer un paseo en barca por el río Thu Bon al atardecer o ya de noche, cuando los farolillos de la ciudad se iluminan. Es difícil resistirse al encanto de ver todas las embarcaciones en el agua iluminadas junto con los faroles de los edificios en ambas orillas. El coste es de 100.000 DNG por unos 20 minutos (4 euros). Te ofrecerán también, incluido en el precio, una vela dentro de una pequeña caja de cartón para depositar en el agua a modo de ofrenda pero por favor, evítalo: si te acercas por la mañana al río, verás sus restos acumulados en las orillas, generando basura en realidad.

Por último, el principal consejo es que simplemente camines por sus calles. Aunque Hoi An es sumamente turística y puede no tener la “autenticidad” de otras ciudades vietnamitas, cuando amanece a las 6 de la mañana el espectáculo está asegurado. Personalmente fueron los momentos que más disfrutamos: imprescindible pasar a esas primeras horas por el mercado. Puestos de frutas, verduras, pescado, carne, montones de vendedores ambulantes y casi más aún compradores, que ni se bajan de la moto para hacer sus compras. ¡Un espectáculo!

Si dedicas más de un día a Hoi An, también te quedará tiempo para disfrutar de sus alrededores con bellos campos de arroz y tranquilas playas. La de An Bang se encuentra a solo 3 kilómetros: extensa, con varios hoteles y restaurantes a pie de playa y muchas ofertas de deportes acuáticos, merece la pena acercarse a pasear e incluso darse un chapuzón. Si dispones de más días en la zona, se recomienda cruzar a las paradisíacas islas Cham, visibles desde An Bang y que constituyen un parque marino, para bucear por sus arrecifes (a nosotros, lamentablemente, no nos dio el tiempo para ello).

Y con tanta visita probablemente se te despertará el apetito. Comer en Hoi An es un placer. Como lo es en realidad hacerlo en cualquier lugar del país y disfrutar de la gastronomía vietnamita de la que ya te hablamos en este post. Pero en esta ciudad la oferta es abrumadora. Los restaurantes que probamos y te recomendamos concretamente son:

  • Banh Mi Phuong. El mejor lugar de Hoi An (e incluso de Vietnam, diríamos) para comer el típico bocadillo vietnamita, el banh mi, con varias modalidades a elegir y encima, baratísimo (desde 25.000 VND, 1 euro).
  • Morning Glory. Ubicado en la orilla del río, en un edificio tradicional amarillo (el color oficial de las casas en Hoi An), tiene una carta amplia, platos tradicionales deliciosos como el cao lau, unos precios razonables y unas bonitas vistas sobre el río.
  • Cocobox. Aquí debes ir a tomar ricos zumos o a probar el café vietnamita en sus diversas presentaciones. También puedes comprar alimentos vietnamitas para llevártelos de recuerdo de vuelta a casa.
Café vietnamita en la cafetería Cocobox de Hoi An
Café vietnamita en la cafetería Cocobox de Hoi An

No somos de ir de tiendas cuando viajamos pero en Hoi An te entrarán por los ojos, además de encontrarlas por todas partes. Venden productos artesanales, desde telas hasta farolillos o cerámicas. Pero si algo destaca son las sastrerías: hay entre 300 y 500 que confeccionan trajes tradicionales y te sorprenderá ver la cantidad de personas que encuentras por la calle llevando uno de ellos, sobre todo mujeres.

Tienda de farolillos en Hoi An, Vietnam
Tienda de farolillos en Hoi An

No lo experimentamos en primera persona pero la recomendación es buscar bien y no llevarse a engaño ni con los precios ni con los tiempos: si te prometen un traje a medida en menos de 48 horas y por menos de 50 euros, sospecha.

El 14º día del mes lunar se celebra el Festival de la Luna Llena. Deberás consultar las fechas concretas en que coincide para cada año. El centro histórico de Hoi An se cierra al tráfico rodado y tienen lugar espectáculos teatrales y musicales, mercadillos, iluminación de farolillos… Si la ciudad ya es bella de por sí, con esta festividad debe de ser ya espectacular.

Te dejamos también un mapa con todas las direcciones de Hoi An para que puedas seguir nuestros pasos en la ciudad más bella de Vietnam.

Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0

2 Comment on “Hoi An, la ciudad más bella de Vietnam

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