Colonia se asienta a orillas del río Rin y es la cuarta ciudad más grande de Alemania. Es además una de las principales regiones industriales germanas y epicentro desde donde emiten las cadenas de radio y televisión nacionales más importantes (hasta 10). Su Universidad es una de las más antiguas de Europa y de gran prestigio en todo el país. Y pese a todos esto, una vez allí, es lo contrario a la típica ciudad alemana que puedes esperar. No en vano se considera como la más “mediterránea” de Alemania.
Puede que el buen tiempo que hizo el fin de semana que la visitamos ayudase, pero nos sorprendió descubrir todas las plazas del centro histórico llenas de bares, terrazas y ¡alemanes! Desayunando, comiendo, cenando, cerveceando… en la calle y al sol. Efectivamente se nota que a los habitantes de Colonia les gusta disfrutar de su ciudad y hacer vida en ella (muy spanish style).
Terrazas en la plaza Fischmarkt, frente al Rin y junto a la Iglesia de San Martín
Por supuesto, la ciudad tiene lugares que merece la pena ver. La inmensa Catedral impresiona con sus altas torres y vidrieras. Dispersas por la ciudad se encuentran preciosas iglesias románicas, como la de San Martín o la de Santa María. También se pueden visitar sus museos: desde los restos arqueológicos de su pasado romano hasta el arte más moderno. Hay que cruzar el puente de Hohenzollern y buscar los candados más extravagantes que han ido dejando los enamorados en él. Y para disfrutar de las vistas de la ciudad están los cruceros por el Rin, el teleférico o el ascensor para subir a lo alto del edificio Triangle.
Fachada principal de la catedral, donde se guarda el relicario de los Tres Reyes Magos
Sin embargo, sin menospreciar lo anterior, al final lo que más creemos que merece la pena de una escapada a Colonia es aprovechar el ambiente de sus plazas y sus bares ¡y disfrutar de su cerveza local, la Kölsch! (tranquilo, es muy flojita, puedes beber varias sin miedo…).
Las tres plazas situadas en el centro y plagadas de restaurantes y cervecerías son Heumarket, Altermarkt y Fischmarkt. Apenas unos metros las separan, con lo que puedes ir caminando tranquilamente y casi sin darte cuenta irás pasando de una a otra, siempre rodeado de terrazas y gente. Además nosotros tuvimos la suerte de que nuestra estancia coincidiese con la “Kölner Weinwoche“ en la plaza Heumarkt: una feria anual de vino alemán con puestos de comida, barras de bar y mesas al aire libre, donde poder catar copas desde 2 euros de tintos, blancos y rosados de producción nacional. ¡Llena a rebosar desde la mañana hasta la noche!
Hay montones de locales, pero aquí van al menos unos concretos que recomendamos:
Tomando una Kölsch con vistas en Hyatt Biergarten
Por último, para completar la visita, cuando el sol empiece a ponerse, cruza el puente Hohenzollern y disfruta del atardecer sobre Colonia. ¡Y después, a seguir de cerves!
Atardecer sobre Colonia desd el puente de Hohenzollern
Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0
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3 Comment on “48 horas (de bares) en Colonia”