Si ya alguna vez has pasado por este blog, sabrás que para nosotros una parte importantísima de los viajes consiste en disfrutar de la gastronomía y de las ofertas de ocio de los lugares que visitamos. Si en Italia las enotecas nos fascinaron, en Burdeos nos fuimos de chateaux y en Nueva York los rooftops y los speakeasy nos maravillaron, en Budapest descubrimos los ruin bars o bares ruina. ¿Qué son? ¿Dónde encontrarlos? ¡Te lo contamos!
El nombre ya da pistas: los bares ruina se sitúan en edificios con más de 100 años de antigüedad, que hace tan sólo una década se encontraban abandonados en el barrio judío de Budapest y prácticamente nadie se atrevía a pisar. Aprovechando estos escenarios únicos se empezaron a construir locales decorados a base de graffittis, reliquias y objetos de lo más diversos. No hay un estilo uniforme ni reglas aparentes, salvo, quizás, “originalidad sí y paredes vacías no”. Tampoco existe una certificación oficial ni nada parecido para designar los locales que entran en esta categoría, aunque en Internet pueden encontrarse webs con listas más o menos homogéneas. Sea como sea, se han convertido en una atracción turística más de Budapest (incluso con tours organizados) y han revitalizado el distrito VII hasta convertirlo en el más moderno y cool de la ciudad.
La mayoría son bares para tomar bebidas sólo. Algunos cuentan con opciones de comida rápida (hamburguesas y perritos). Y unos pocos son restaurantes con una carta completa. Los horarios también varían: desde los que abren a mediodía y noche hasta los que son totalmente nocturnos o los que sólo son accesibles con buen tiempo pues están totalmente al aire libre. Nosotros estuvimos en Budapest en Navidad, con lo que aquellos que sólo contaban con patios, sin espacios atechados, exigían mantener el abrigo y el gorro puestos. Como hemos dicho, no hay normas escritas y los ruin pubs poco se parecen entre sí.
Te dejamos un mapa donde aparecen señalados los más célebres y aquí te contamos nuestra experiencia de aquéllos que pudimos ver.
Szimpla Kert. El Jardín Simple, su nombre literal, es de todo menos simple, al menos en su aspecto. Es el bar ruina más famoso, pues fue el primero en construirse y figura en la lista de los 100 mejores bares de Lonely Planet. Es un local enorme, con distintos espacios y patios intercomunicados entre sí, cada uno con una decoración más loca que el anterior, incluso con un Trabant grafiteado en mitad de una de las salas. Si visitas Budapest verlo es casi tan obligatorio como pasar por el castillo de Buda.
For Sale. Fue nuestro bar de referencia en Budapest: porque estaba a 4 pasos de nuestro hotel y porque dan de cenar hasta medianoche a buen precio y el menú es extenso y variado (más de 100 platos para elegir). Ahora bien, lo más destacable del local es que todas sus paredes y techos están totalmente cubiertas por mensajes en papel que los visitantes han ido dejando: puedes pasar horas leyéndolos. Nosotros no fuimos menos y allí quedó nuestro recuerdo vagamundo (si vas, ¡búscalo!). Por si fuera poco, además hay música en directo cada noche.
Púder. Más formal y tranquilo que los anteriores, también con una carta destacable, pero sobre todo con una decoración multicolor y excesiva: una lámpara antigua con un velo encima acá, la figura de un gran dragón allá, tuberías industriales por aquí, mesas y sillas de colores por allí…
Fogas ház. Es tanto un bar como una galería de arte con exposiciones temporales e incluso ciclos de cine. Cuentan con una barbacoa donde preparan hamburguesas y el único techo es una especie de carpa de circo de colores (si vas en invierno como nosotros, tendrás que tomarte la cerveza con los guantes puestos).
Mazel Tov. Es curioso que los bares ruina hayan surgido en el barrio judío pero casi ninguno sea, de hecho, judío… Mazel Tov es la excepción. Es un restaurante muy amplio, que aprovecha los altos techos del antiguo edificio en el que se ubica, con una decoración cuidada y moderna (nada que ver con el resto de ruin pubs que vimos), cocina actualizada de Oriente Medio y música de jazz y swing. Cenamos allí en Nochevieja y fue todo un acierto.
Doboz. Pasamos por la tarde pero éste es claramente un pub nocturno y no lo vimos en su esplendor de animación. La iluminación es realmente impresionante y acoge exposiciones de artistas húngaros, pero el protagonista es la enorme escultura de King Kong que hay encaramada al alto árbol que preside el patio donde se sitúa este bar.
También intentamos conocer el Instant y el Corvinteto, pero los pillamos cerrados. Instant es el ruin pub más grande y en Nochevieja celebran una fiesta conocida en Budapest (por eso cuando pasamos el 1 de enero no estaba abierto). Corvinteto abre a partir de las 8 de la noche y se sitúa en lo alto de un centro comercial con lo que tiene buenas vistas sobre la ciudad. Se accede desde una puerta lateral pero en el mismo edificio hay entradas a supermercados y tiendas (despista un poco, pero ¡ahí está!).
¡Elige el bar ruina que quieras pero no te pierdas conocer alguno! Son una curiosidad muy a tener en cuenta en Budapest…
La mejor forma de asegurarse de que un viaje empieza y termina bien es contar con un buen seguro: te ofrecemos este descuento contratando a través de nuestro blog.
Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0
Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.
Powered by WordPress.com. Tema: The Writer por Obox Themes.
Muy interesante post Patricia!
Mi pareja y yo estuvimos hace unas semanas pasando 3 días por Budapest.
Una de las cosas que nos llamaron la atención y de los cuales hemos leído en tu post fueron los bares ruina. Que lugares tan creativos y a la vez imperfectos, que capacidad tienen para darle vida a las cosas inservibles y hacer de sus paredes mosaicos de imaginación. Estos lugares los conocimos gracias a un free tour que hicimos el primer día y que nos recomendó el guía de WhiteUmbrella.
Pasamos un días maravillosos descubriendo lo magnifica que es la ciudad y la verdad que nos quedamos con ganas de más días.
Muchas gracias por trasladarnos hasta nuestro viaje. Saludos Patricia!
Muchísimas gracias por tu comentario!!! Budapest es una ciudad estupenda, a nosotros también nos supo a poco y volveríamos ahora mismo. Un saludo de vuelta!