Tengo predilección por Llanes. He perdido la cuenta de las veces que he ido. Con amigos, con Diego, con mi familia, incluso por trabajo. Y siempre voy feliz. Ojo, no hablo solo de la ciudad de Llanes, sino del concejo entero. Porque sí, Llanes es uno de los 78 concejos en que se divide administrativamente Asturias. Y abarca hasta 70 pueblos y taitantas playas, varias de ellas entre mis preferidas de todo el litoral asturiano.
Por eso cuando aquí proponemos hacer esta ruta entre la ciudad de Llanes y la parroquia de Celorio es en realidad una de las varias sendas costeras que hay en el concejo llanisco. Es particularmente sencilla y corta, apta para toda la familia y que puede hacerse en medio día sin problema (poco más de 7 kilómetros, 4 horas ida y vuelta).
Los 350 kilómetros de costa en Asturias abarcan muchas playas, acantilados, cabos ¡y también rutas de senderismo! Si te gusta andar, hacerlo por el litoral asturiano puede ser un gran placer. De oriente a occidente hay sendas para cubrir todos los gustos y formas físicas (consulta la web de Turismo Asturias para más información).
Se puede partir de Llanes o de Celorio en realidad, dado que es una senda lineal y en ambos sentidos se sigue el mismo trayecto. Además pasas también por Poo, por si se necesita hacer un alto en el camino, con bares, restaurantes y demás servicios habituales de cualquier pueblo. Nosotros empezamos y terminamos en Celorio porque no madrugamos demasiado y porque nuestro plan incluía parada a mitad de ruta para aprovechar a comer en Llanes.
Celorio es una parroquia del concejo de Llanes conocida por sus bonitas playas y su mar tranquilo, lo que le proporciona una alta ocupación turística en verano, acrecentada por su proximidad a la villa llanisca, tal y como se demuestra precisamente en la ruta que aquí describimos.
La senda comienza en la playa Palombina, la playa urbana de Celorio. Como tal, cuenta con todo tipo de servicios: aparcamiento, bares, duchas… Esto no le resta sin embargo ni un ápice de belleza, con arena blanca y unas formaciones rocosas de gran tamaño que surgen en la orilla. Cuando la marea está baja queda conectada con las playas aledañas de Las Cámaras y de Los Frailes, de modo que parecen en realidad una sola.
Tras unos minutos de haber abandonado Celorio se alcanza la pequeña playa el Portillu, frecuentada tanto por bañistas como por surfistas. Se rodea completamente y se asciende hacia los acantilados. Desde aquí se obtiene una fantástica vista de los islotes frente a la costa, que en Llanes se llaman castros: castro de Poo, Pelau, San Martín, Gaiteru y Amielles.
Se llega al pueblo de Poo, se recorren algunas de sus calles y se cruza el río Vallina hasta llegar a su playa, muy particular y digna de ver. Tiene forma de embudo alargado, rodeada de acantilados que la protegen del mar abierto. Con pleamar, el arenal es amplísimo; cuando la marea sube, el mar entra por este embudo y forma una piscina natural de poca profundidad. El baño es muy seguro así y se puede caminar por la orilla durante muchos metros antes de que el agua llegue a cubrir.
Nuevamente se rodea la playa y se asciende por el lateral, pasando a una zona de praderías donde se encuentran vacas y caballos pastando. Las vistas continúan siendo fantásticas: a un lado el mar y los acantiados, al otro, la sierra del Cuera.
La ruta se va aproximando ya al casco urbano de Llanes y se accede en primer lugar por el espectacular Paseo de San Pedro, un mirador de casi un kilómetro de longitud construido en el sigo XIX sobre el litoral llanisco y que proporciona una panorámica increíble tanto de la costa, como del propio Llanes y de las montañas. Una parada obligada en cualquier visita a esta villa, ya rutas a parte.
Se recorre el Paseo de San Pedro al completo y así se llega directamente a la playa de El Sablón. Ésta es pequeña, apenas 100 metros, de forma semicircular, no tan bella como las anteriormente vistas, pero su ubicación en pleno Llanes es envidiable.
Aquí se puede optar por rodear El Sablón y continuar el paseo hacia el puerto de Llanes, primero, y al centro histórico de la villa, después. O bien hacer una parada en alguna de las terrazas y bares en torno a la playa para retomar fuerzas. O bien emprender el camino de vuelta del tirón.
Llanes se sitúa en la costa oriental asturiana, entre la sierra del Cuera y el mar Cantábrico. En su casco histórico, declarado Conjunto Histórico-Artístico, hay restos de la muralla que lo guardaba, palacios medievales y palacetes indianos. Cuenta con dos playas urbanas, El Sablón y Puerto Chico, y la de Toró es fácilmente accesible también desde la ciudad. Y en su puerto destaca la obra de los “Cubos de la memoria” de Agustín Ibarrola. Por todas estas razones, Llanes es uno de los municipios asturianos más turísticos.
Se regresa por el mismo camino que a la ida. Nosotros, una vez en Celorio, alargamos un poco más la caminata para llegar hasta otra de las playas de este parroquia, la de Borizo. Menos urbanizada que Palombina, pero con un paisaje similar caracterizado por grandes rocas que sobresalen en la arena y en el mar, tiene también mucho público (y personalmente es una de mis favoritas en toda Asturias).
Esta ruta es sumamente sencilla y, pese al bajo esfuerzo, la recompensa es alta, pues las vistas costeras son muy bellas. Puedes además aprovechar para bañarte o descansar en las diversas playas por las que pasa e incluso combinarlo con visitas más extensas a Celorio, Poo y Llanes. ¡Para todos los gustos!