¿Pistas de aterrizaje para extraterrestres? ¿Caminos construidos por una civilización perdida? ¿Formaciones rituales para los dioses? ¿Creaciones sobrenaturales? Las líneas de Nazca han constituido uno de los misterios modernos más mediáticos de los últimos siglos y han dado lugar a todo tipo de teorías, a cual más loca. ¿Cuál es tu hipótesis? Sea la que sea, lo mejor es ir a comprobarla por ti mismo.
Llegamos a Nazca procedentes de Paracas, donde ya habíamos visto nuestro primer geoglifo, El Candelabro, en la excursión a las islas Ballestas. Los geoglifos son figuras construidas en laderas y cerros, bien añadiendo piedras, bien retirándolas, de forma que las líneas que se van creando contrastan con el resto del terreno y son visibles, principalmente desde la distancia o la altura. Existen estas formaciones en varios países (Estados Unidos, Australia, Chile…) pero las líneas de Nazca en Perú son probablemente las más conocidas internacionalmente.
Pese a las teorías locas que surgieron en determinado momento vinculando su creación a civilizaciones extraterrestres, se sabe a ciencia cierta que fueron construidas por la cultura Nazca que habitaba esta parte del desierto peruano entre los años 100 A.C. y 600 D.C. Se extienden por hasta 800 km2 de superficie entre las pampas de Nazca y Palpa, en la costa sur de Perú, caracterizada por su clima seco y su terreno desértico. Precisamente estas circunstancias son las que han favorecido su conservación: apenas llueve y el aire cálido mantiene protegido el suelo pues obliga al viento a elevarse a más altura.
Las líneas se construyeron extrayendo las piedras negras, quemadas por el sol, y dejando a la vista la superficie más clara que estaba debajo. Hay miles de figuras, que van desde simples líneas geométricas hasta geoglifos super complejos y que podrían compararse con auténticas obras de arte. Las dimensiones también varían: las hay de hasta 275 metros de largo mientras que la anchura del trazado va de los 40 a los 210 centímetros y la profundidad del surco en ningún caso supera los 30 centímetros (¡sólo 30 centímetros!).
Aves como el cóndor o el colibrí están dibujadas con gran riqueza de detalle. Otras resultan más toscas y sencillas, como el llamado “extraterrestre” o la ballena. Y algunas recuerdan a representaciones casi de arte moderno, como las manos o el mono. Estos dibujos se encuentran también presentes en las obras de cerámica y en los tejidos de la cultura Nazca, como evidencia definitiva de que son creación suya.
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El único misterio que sigue sin estar cien por cien claro respecto a las líneas de Nazca es el propósito para el que las crearon. Desde que fueron descubiertas en 1.547 varios historiadores y arqueólogos las han estudiado. Algunas hipótesis apuntan a que eran caminos, otras a que eran figuras con fines rituales o lugares de peregrinación para la cultura Nazca o incluso un calendario gigante.
Pese a ser Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, también han sufrido problemas de conservación. La construcción de la Panamericana que atraviesa esta región ha sido uno de ellos: algunas figuras están incluso cortadas o divididas por esta carretera.
Geoglifo de las manos, justo al lado de la figura del árbol y de la torre mirador instalada junto a la carretera Panamericana, que atraviese esta región de Nazca
Las líneas se pueden ver caminando por la zona y existe un mirador en forma de torre 20 km al norte de Nazca y junto a la Panamericana, de acceso gratuito, donde se pueden ver claramente las figuras del árbol y las manos. No obstante, lo mejor para observar más geoglifos y entender realmente su dimensión y la extensión que abarcan es sobrevolar la zona.
Distintas compañías ofertan esta actividad (incluso puedes contratarla online con Civitatis): hay un pequeño aeropuerto desde el que salen todas y los servicios que ofrecen son similares. Traslados de ida y vuelta del hotel al aeródromo, asistencia con los trámites en el aeropuerto, visionado de un documental sobre las líneas que proyectan en la sala de espera y el vuelo en pequeñas avionetas con capacidad para unas 10 personas, siempre con acceso a ventanilla (son 2 hileras de asientos individuales en realidad).
Te proporcionan un flyer con los dibujos de los geoglifos que podrás observar desde el aire, con el orden en que se sobrevolarán y sus nombres. Además el piloto va comunicando en todo momento las figuras sobre las que se vuela: son muy eficientes en ese sentido, te avisan tanto antes de llegar como en el momento en que estás pasando por encima. Y siempre hacen una vuelta por cada lateral de la nave, de modo que todos los pasajeros podamos verlas, estés sentado en un lado u otro.
Los vuelos duran 30 minutos aproximadamente durante los cuales ves 12 geoglifos junto con montones de líneas geométricas. Hicimos la actividad con la empresa Aerodiana por 120 dólares cada uno y todo salió perfecto. A parte hay que pagar la tasa por uso de las instalaciones del aeródromo que se abona al llegar allí: 25 dólares por persona. Hay también otros sobrevuelos de mayor duración (1 hora, 1 hora y media) en los que puedes ver hasta 15 figuras y más extensión del desierto.
Lo más recomendable es hacer el vuelo por la mañana, aunque tampoco requiere de un madrugón. Nosotros creo que llegamos sobre las 9 aproximadamente. Tienes que estar unos 45 minutos antes en el aeródromo para hacer las gestiones (aunque te tocará esperar más seguro) y no olvides tu pasaporte.
La avioneta se mueve bastante, con lo que si eres de fácil mareo tenlo en cuenta: no desayunes demasiado, toma alguna pastilla… Y muy importante: sólo mira por tu ventanilla. No intentes ver por ambos lados de la avioneta ni gires la cabeza demasiado porque entonces el mareo está casi asegurado.
Al principio cuesta verlas: no sé por qué nos imaginábamos que los geoglifos serían muchísimo más evidentes y marcados en el terreno. Si lo piensas, teniendo tan solo 30 centímetros de profundidad, está claro que demasiado visibles son… No sé si por cuestión de acostumbrar la vista, las primeras figuras casi nos las perdimos y poco a poco fuimos avistándolas mucho mejor. Eso sí, hay que estar atento y hacer caso de las indicaciones del piloto para intentar observarlas lo mejor posible.
Por último, si como nosotros después del vuelo tienes todo el día disponible en Nazca, además de comer en alguno de los restaurantes que te recomendamos en nuestra guía de Perú, puedes completar tu aprendizaje sobre esta cultura en el Museo Arqueológico Antonini. Acoge una interesante muestra de tejidos y cerámicas del pueblo Nazca, además de representaciones de tumbas y un bonito jardín con los restos del Acueducto de Bisambra.
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