¿Dónde creció la primera vid? ¿Quién fue el primero en exprimir el zumo de una uva? El origen del vino no es preciso, no sabemos cuándo ni cómo apareció, pero está presente en la vida social, cultural y económica del hombre desde hace más de 7.000 años. Empezando por Egipto, donde el vino se consideraba un regalo de Osiris, pasando por los fenicios, que hicieron del vino su moneda de cambio y trueque, hasta Roma, cuyo Imperio en constante expansión plantó vides para poder abastecerse allá donde iban.

Ya en el presente, España es uno de los grandes productores mundiales de vino: el primero en cuanto a superficie de viñas, el segundo respecto a exportaciones. Se cultiva la vid en todas las Comunidades Autónomas y hay unas 90 Denominaciones de Origen Protegidas. Cifras que reflejan la importancia que el vino tiene en nuestro país.

Mar de viñas en torno a Socuéllamos, en Ciudad Real
Mar de viñas en torno a Socuéllamos

Más aún en Castilla La Mancha, que aporta la mitad de la producción vitivinícola nacional y que cuenta con la mayor concentración de viñedos del mundo. Las características del terreno, la temperatura y las 300 horas de sol al año así lo avalan. Y dentro de La Mancha, Socuéllamos es el municipio con mayor superficie de viñedo en pie y uno de los principales productores de vino manchego, con 12 bodegas en su haber. El mar de vides que se extiende a su alrededor dan fe de ello.

Esta lista de hechos históricos y datos económicos sirven para contextualizar por qué el vino en Socuéllamos es una forma de vida y explican el que se construyese un museo como éste. La antigua estación de ferrocarril, aquélla que en el siglo XIX propició que el vino socuellamino se vendiese por el mundo, acoge hoy el Museo Torre del Vino. Y vamos a convencerte de por qué merece la pena visitarlo (por solo 3 euros la entrada).

Museo Torre del Vino en Socuéllamos
Museo Torre del Vino en Socuéllamos

Sin duda lo más llamativo es su Torre- Mirador, que alcanza los 32 metros de altura y está dividida en 9 plantas. Visible desde cualquier punto, permite disfrutar de unas estupendas vistas de Socuéllamos y del campo manchego: motivo por el que se le ha dado el sobrenombre del “Faro de La Mancha”. Aunque puedes subir cómodamente en un ascensor panorámico, si la forma física te lo permite, te aconsejamos que subas o bajes por las escaleras para ver las fotografías y paneles informativos, sumamente interesantes, que te acompañan en el camino.

Pero no te quedes solo con su torre y realiza el recorrido didáctico por la cultura vitivinícola que propone el museo. Se trata de una aproximación tanto general, sobre el mundo del vino y la enología, como particular sobre las peculiaridades y circunstancias de La Mancha.

Una primera estancia está dedicada a la historia de Socuéllamos. Aunque la relación entre el vino y este municipio empieza ya en tiempos del Imperio romano, oficialmente se consolida en la Edad Media con la Carta Puebla de Socuéllamos, que exime del pago de impuestos a todo aquél que plante viñas. Esta condición favorece el crecimiento de la población y el desarrollo vitivinícola de la región durante los siguientes siglos. La llegada del ferrocarril en el XIX permite la exportación de sus vinos al resto del mundo, hasta llegar a la situación actual en que muchas bodegas y cooperativas conforman el grueso del sustento económico de la zona.

Una segunda sala, la más grande del museo, analiza el proceso completo de cultivo y elaboración del vino: desde la semilla de la uva que se planta hasta las vías por las que se comercializa el vino. Aquí puedes descubrir, por ejemplo, que en La Mancha hay gran diversidad de terrenos, lo que favorece que los vinos manchegos sean tan variados. O que las uvas autóctonas son la Airen (blanca), la más extendida, y la Cencibel (tinta), pero en los últimos años se han plantado muchísimas más. Y que la mayoría de las ventas de vino manchego se hacen a granel, aunque el embotellado va ganando peso, junto con la venta de otros productos derivados: miel del vino, harina, vinagres, aceite de semilla de uva para cosmética…

Especialmente interesante (y muy bien presentado) nos pareció el espacio dedicado a la cata y el maridaje, con información útil para cualquiera que disfrute bebiendo vino: los distintos tipos de copas, las formas posibles de las botellas, la evolución histórica de las etiquetas, a qué temperatura debe servirse cada tipo de vino, cuánto tiempo se puede conservar correctamente en botella…

Sala sobre la cata y el maridaje en el Museo Torre del Vino de Socuéllamos
Sala sobre la cata y el maridaje en el Museo Torre del Vino

¿Por qué se vende el vino en botellas de 75 centilitros? Porque es el equivalente a un quinto de galón, la medida más usada en el sistema inglés, cuna de la botella de vidrio.

¿De dónde viene la costumbre de brindar? En la Antigüedad se trataba de una cuestión de confianza: chocar las copas con la intención de salpicar y mezclar su contenido, para demostrar el anfitrión a sus invitados que la bebida no estaba envenada.

¿Cuándo empezó la enología? En la Edad Media las órdenes religiosas se asentaron en lugares aislados y remotos donde se vieron obligados a seleccionar nuevas variedades de vid que se adaptasen a estas condiciones y a estudiar las formas de mejorar la conservación y calidad del vino producido.

Para preguntas como éstas encuentras la respuesta en el Museo Torre del Vino.

Por último, el museo acoge una exposición de botellas de vinos procedentes de bodegas de La Mancha. Muchas de ellas están en el propio Socuéllamos y se pueden recorrer en visitas guiadas con cata (nosotros conocimos tres como te contamos en nuestro artículo sobre todo lo que hicimos en Socuéllamos)

Exposición de vinos de La Mancha en el Museo Torrel del Vino de Socuéllamos
Exposición de vinos de La Mancha en el Museo Torrel del Vino

Además de los carteles informativos con texto y fotos, todas las salas en el museo cuentan con audiovisuales y juegos interactivos muy entretenidos.

Sobre todo llaman la atención una pantalla con el glosario de términos manchegos, que puedes consultar tú mismo, y varios paneles con vídeos en los que personas anónimas leen refranes populares ligados al mundo del vino. ¡Nos encantaron!

Tuturaina: instrumento muy parecido a la gaita o dulzaina del que nos habla Cervantes en el Quijote.

Ojopollo: callo en el pie de tamaño descomunal.

El vidriao: la cristalería buena de la abuela.

Escalabrar: hacer una herida importante en la cabeza o despeñarse desde una altura.

Chusco: pedazo, fragmento (“un chusco de pan”).

Zascandilear: andar de un sitio para otro, sin ir a nada fijo.

¿Cuántas palabras y expresiones manchegas conoces?

Complementa la oferta del museo un extenso programa de actividades que llevan a cabo regularmente: catas, actuaciones musicales, presentaciones, talleres de cocina, celebración de eventos… ¡No dejes de consultarlo por si quieres hacer coincidir tu visita con alguna de tu interés!

Nuestro agradecimiento a Turismo Socuéllamos que nos invitó a pasar un fin de semana en su ciudad para descubrir su historia, cultura y patrimonio, experiencia de la que obtuvimos la información para publicar este artículo.

Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0

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