El turismo de interior está de moda. Viajar despacio, sin prisas, con tiempo para descansar y desconectar está de moda. ¡Bendita moda! Y Ávila es un lugar idóneo para ponerla en práctica. Se trata de una de las 15 ciudades españolas Patrimonio Mundial de la UNESCO. Un destino en el centro del país donde encontrar historia, cultura, gastronomía y tranquilidad, además de planes de lo más originales. Por ello te recomendamos pasar al menos un fin de semana en Ávila para recorrerla y disfrutarla sin prisas pero sin pausas.
La lista de edificios y monumentos históricos que ver en Ávila daría para varias páginas: iglesias, conventos y palacios abundan. Si eres aficionado a la Historia, adorarás perderte por sus calles empedradas y transportarte a la Edad Media. En cualquier caso, estos son los lugares que debes conocer sí o sí. Seguro que te quedarás con ganas de más y regresarás para ir incrementando tu cuenta personal de lugares imprescindibles.
Es imposible pensar en Ávila sin su muralla. Tanto es así que le hemos dedicado un post contándote todos los detalles sobre su historia, construcción y visita. Y es que Ávila es uno de los recintos amurallados mejor conservados del mundo, con un perímetro de 2 kilómetros y medio, 87 torreones y 9 puertas. Por razones obvias su tamaño hace imposible visitar la ciudad y no verla, sí, pero te recomendamos que le dediques tiempo y la recorras con calma y atención. Hay muchas opciones para ello, incluyendo las originales visitas nocturnas teatralizadas durante el verano o este free tour teatralizado de día. Y sobre todo te aconsejamos que compares cómo es de día y cómo luce de noche iluminada.
La abulense está considerada como la primera catedral gótica de España. Se inicia su construcción en el siglo XI con estilo románico pero las obras se abandonan y retoman en el siglo XII ya con enfoque gótico. Esto hace que ambos estilos se puedan apreciar en realidad. Es una fortaleza, además de templo, adosada a la muralla: de hecho su ábside, llamada “cimorro”, es el cubo más robuto del lado oriental de la muralla.
En su interior (6 euros la entrada) destacan el trascoro, del siglo XVI y estilo plateresco; el retablo del Altar Mayor, iniciado por Berruguete y finalizado por Juan de Borgoñael bellísimo sepulcro del obispo Alonso de Madrigal, El Tostao, obra en alabastro y estilo plateresco de Vasco de la Zarza. En el claustro se encuentra la tumba del ex presidente Adolfo Suárez. También es posible subir a la Torre Campanario para disfrutar de las vistas, aunque en el momento de nuestro viaje estaba cerrada temporalmente (suplemento adicional de 3 euros). Consulta los horarios antes de tu visita porque suelen variar.
Es el gran ejemplo de arquitectura románica abulense y una de las iglesias más importantes de Castilla. Se inicia su edificación en el siglo XI frente a la puerta de la muralla del mismo nombre, si bien se van haciendo sucesivos añadidos a lo largo de los siglos posteriores. Se levanta en honor de los santos mártires Vicente Sabina y Cristeta, martirizados en el siglo IV.
Lo más destacado de la Basílica es el cenotafio (sepulcro sin cuerpo) dedicado a ellos y situado junto al Altar Mayor. En sus laterales se cuenta en relieves la historia de estos tres mártires de tal modo que recuerda a las viñetas de un cómic. Todo el sepulcro está policromado, aunque el color en realidad se ha recuperado hace pocos años. El resultado es sorprendente y merece la pena acceder a la Basílica solo por verlo (3 euros la entrada, aquí los horarios y tarifas actualizados).
Si la muralla es el monumento por excelencia asociado a Ávila, Santa Teresa de Jesús es su personaje más ilustre. Religiosa y escritora en el siglo XV, supuso una revolución en ambas facetas. En la primera, por reformar la Orden de las Carmelitas Descalzas, estricta vigilante del cumplimiento de los votos de pobreza, soledad y silencio. En la segunda, por su poesía lírico-religiosa, dotada de gran fuerza y sentimiento.
Sobre su casa natal en Ávila se levantó una Iglesia, parte también del conjunto correspondiente al primer Convento de las Carmelitas. A la Iglesia puedes acceder gratis y visitar incluso la capilla levantada en el lugar exacto donde nació la Santa. Y en la cripta se sitúa el museo dedicado a su figura (2 euros la entrada, horarios de acceso aquí).
Los monumentos aquí mencionados y muchos más (como el Monasterio de la Encarnación o el Museo de Ávila) están incluidos en la tarjeta turística ÁvilaCard. Durante 48 horas y por 15 euros puedes visitar estos espacios: consulta la lista concreta, los precios y cómo adquirirla online en la web de Turismo de Ávila.
Evidentemente estos 4 lugares son solo una pequeña muestra de todo lo que tiene Ávila que ofrecer. Además del resto de monumentos accesibles con la ÁvilaCard, también otros sitios de interés son de libre acceso y puedes verlos en un cómodo paseo por la ciudad: iglesias como la románica de San Segundo (patrón de la ciudad) o palacios como el de los Verdugo, actual Sede de Ciudades Patrimonio de la Humanidad, o el de Polentinos, hoy Archivo Histórico Militar y con un museo visitable.
¿A que nunca se te habría ocurrido coger un tuk tuk en Ávila? Pues sí, así de modernos son aquí. Partiendo de la céntrica calle de San Segundo, el recorrido en este curioso medio de transporte pasa por plazas y monumentos del centro histórico y llega hasta el mirador de los Cuatro Postes, donde se detiene para poder disfrutar de la panorámica sobre la ciudad. Una forma divertida, cómoda y ecológica de descubrir Ávila (y por solo 6,50 euros por adulto, 4,80 euros por niño).
Hay que reconocer que no será por falta de opciones originales para conocer la historia de la ciudad, como prueba la amplia oferta existente de visitas guiadas: Ávila isabelina, Ávila judía, Ávila misteriosa, Ávila Palaciega, Huellas de Santa Teresa en Ávila… ¡Elige la tuya! Nosotros nos unimos a la visita teatralizada “Ávila de Leyenda”, que se realiza todos los sábados a las 19:00 horas durante los meses de junio, julio y agosto. Desde el Centro de Recepción de visitantes, recorre durante aproximadamente dos horas lugares vinculados a historias, curiosidades y leyendas de la ciudad: la Basílica de San Vicente, la Muralla, la Catedral, la calle de los Reyes Católicos y la Iglesia de Santa Teresa. El precio es de 6 euros por persona. Una forma muy divertida de descubrir los secretos de Ávila.
Aunque para actividad especial, ésta: ¿te imaginas aprender a hacer yemas de Santa Teresa en el sitio donde se inventaron? La Flor de Castilla, perteneciente hoy al grupo Santa Teresa Gourmet, es la confitería artesana donde empezaron a comercializar en 1860 esta receta. De hecho registraron la marca y solo ellos pueden vender yemas “de Santa Teresa”: siempre en cajas de 12 e identificadas con un jeroglífico. El resto de pastelerías hacen yemas “de Ávila”. Afortunadamente para todos, en estos 160 años han ido añadiendo más productos a su saber hacer, pero el tradicional dulce abulense sigue siendo la estrella: ¡nada menos que 250 kilos de yemas al día hacen!
Estas son las experiencias que pudimos probar de primera mano ¡pero hay mucho más! Durante todo el año se celebran eventos especiales como Ávila Mágica, con espectáculos de magia en el centro histórico en mayo; Ilumina Ávila, con proyecciones de video mapping sobre los principales monumentos de la ciudad los días 20 y 21 de agosto; las Jornadas Medievales del 3 al 5 de septiembre; o el concurso grastronómico Ávila en Tapas que se celebró el pasado junio. Consulta la web de Turismo de Ávila para hacer coincidir tu visita con alguno de ellos.
No todos los días duerme uno en un Palacio. Aunque si eres habitual de la red de Paradores Nacionales, posiblemente sí estés más acostumbrado. El Parador de Ávila ocupa el antiguo Palacio Piedras Albas, del siglo XVI, situado en el centro histórico, adosado a la muralla. Incluso Santa Teresa de Jesús lo visitó de niña, dado que una familiar suya trabajaba en él. De estilo castellano, cuenta con su propia torre cuadrada almenada y el jardín es muy agradable, con vistas directas a la muralla y donde puedes encontrar un verraco vetón del siglo IX.
Y de gran valor también es la gastronomía abulense. Obviamente incluye los platos típicos castellanoleoneses, como la sopa, las legumbres y las carnes, pero también aporta productos particulares muy identificativos. El primero de todos ellos es sin duda el chuletón de Ávila, sinónimo de carne de calidad: puede ser de ternera, de buey o de vaca, pero siempre de la raza vacuna autóctona avileña-negra. Las judías de El Barco de Ávila también tienen fama. Las patatas revolconas, los garbanzos de La Moraña y el consiguiente cocido elaborado con ellos. Y por supuesto, el ya mencionado dulce más tradicional y a la vez más famoso: las yemas de Santa Teresa.
¿Ya te ha entrado hambre? Pues te contamos dónde probar todos estos manjares.
La Repera. Muy cerca de la puerta del Carmen en la muralla, este restaurante apuesta por la cocina tradicional abulense, pero con una visión moderna y personal. Además de servir excelentes platos en su carta y menú, organizan catas, maridajes, cursos de cocina y otras actividades gastronómicas. Su terraza junto a la capilla de Mosén Rubí es muy agradable.
Casa de Postas. Este asador en pleno centro, frente al acceso a la muralla de la Casa de Carnicerías, cuenta con 20 años de experiencia y es uno de los locales donde comer el auténtico chuletón de Ávila, incluso con certificado oficial I.G.P. (Indicación Geográfica Protegida). Y es que para ser el verdadero, la carne debe ser de la raza negra avileña, ¡que no te engañen!
Gloria Bendita. Hay vida más allá de la muralla. Y en más de un sentido. Este establecimiento se sitúa fuera del recinto amurallado, lo que le permite tener unas espectaculares vistas hacia el mismo. En una antigua casa con cuatro plantas, dos destinadas al restaurante y otras dos al bar, terraza exterior y una decoración industrial maravillosa (además de comer, me habría gustado comprarme todos los muebles). Sirven tapas y platos diferentes y creativos.
Las Cancelas. Es hotel y restaurante y ocupa un espectacular edificio del siglo XV, literalmente junto a la Catedral. Puedes comer en el antiguo patio de columnas de éste o en un espacio exterior adosado a la muralla conocido como “los Patios de la Catedral”. Ofrecen comida tradicional abulense y no puedes perderte sus croquetas.
Nuestro agradecimiento a Turismo de Ávila que nos invitó a pasar un fin de semana en su ciudad para descubrir su historia, patrimonio y gastronomía, experiencia de la que obtuvimos la información para publicar este artículo.