Vagamundos Viajeros

El enoturismo es, desde nuestro punto de vista, una oportunidad buenísima para viajar, conocer lugares y encima, aprender sobre el cultivo de la uva y catar buenos vinos. Es lo que viene siendo un plan perfecto. Con esta excusa ya estuvimos en Burdeos recorriendo sus increíbles chateaux. Aunque no tiene por qué ser el propósito principal del viaje, como en Oporto con sus bodegas en la ribera del río. Y éste fue el caso de Lanzarote: llegamos buscando playa y paisajes increíbles, pero de paso conocimos una de las formas más curiosas de viticultura que hemos visto nunca. Hasta el punto de que nos convenció de que cualquier escapada a esta isla debería incluir la visita a una de sus bodegas.

La Geria es la región a la que dirigirte con este fin. Situada junto a Timanfaya, las erupciones volcánicas que conformaron el Parque Nacional son también las responsables del paisaje de La Geria: la lava cubrió su superficie, acabando con toda vida vegetal y ocultando la tierra fértil bajo la negra roca volcánica. En estas condiciones, por tanto, era imposible cualquier tipo de agricultura.

Toneles de vino como estos salen de la región de La Geria en Lanzarote

Pero he aquí que el ingenio humano intervino y encontró una nueva forma de cultivo vinícola. Reventaron con dinamita la capa de lava, en los casos de mayor fortaleza de ésta, o cavaron grandes hoyos, cuando se trataba más bien de ceniza, de forma que accedieron al terreno original donde plantaron las cepas de uva. A continuación construyeron pequeños cercados de piedra volcánica a su alrededor, para protegerlas del fuerte viento típico de Lanzarote; pero no compactos, sino porosos, de modo que la brisa pudiese pasar entre las piedras de la cerca y airear la planta. De este modo lograron que las viñas crecieran fuertes, aunque delicadas, y dieran lugar a unos vinos destacables, que en 1993 obtuvieron incluso su propia denominación de origen.

Esta forma de cultivo es única en el mundo, se da exclusivamente aquí y por ello estas plantaciones se conocen también como “gerias”. Fundamentalmente la producción se centra en los blancos, sobre todo en la uva malvasía autóctona. Por si fuera poco, los campos de cultivo resultantes, con las hojas verdes contrastando con la negra tierra, son un espectáculo admirable.

Todo esto te lo explican y enseñan a pie de campo en cualquiera de las bodegas que ofrecen tours por sus viñedos e instalaciones. Nosotros estuvimos concretamente en las que presumen de ser las más antiguas de Lanzarote, en actividad desde 1775: las bodegas El Grifo. Como prueba, tienen un par de impresionantes vides bicentenarias.

Viña de 240 años de antigüedad en las bodegas El Grifo

Organizan visitas guiadas diarias de grupos de 10 – 12 personas con opción a cata de 2 vinos por persona y es necesario reservar. Tuvimos mucha suerte porque el día que elegimos finalmente no se presentaron el resto de visitantes, con lo que tuvimos el guía todo para nosotros. Cuentan con un museo ubicado en las antiguas instalaciones de la bodega donde pueden verse los utensilios que utilizaban antes: las prensas, las cubetas, los sistemas de embotellamiento, etc. Y para comparar, accedes a las modernas instalaciones donde llevan a cabo la producción actualmente.

Instalaciones del Museo del Vino en las Bodegas El Grifo

Elijas esta bodega u otra, o incluso si no tienes tiempo para un tour, no dejes de acercarte a La Geria a contemplar al menos los viñedos. ¡Y por supuesto no dejes de probar todo el vino que puedas de Lanzarote! Unas cuantas botellas cayeron en nuestro viaje… ¡Salud!

Cata de vinos en las bodegas El Grifo