¡Y seguimos descubriendo lugares alucinantes a escasos kilómetros de casa! Vale, vivimos en Madrid y su centralidad geográfica favorece estas situaciones. Pero aún así. ¡Cuántos sitios maravillosos podemos encontrar en España! Esta vez el “asombro-viajero-del-que-coge-3-aviones-en-vacaciones-y-flipa-luego-en-el-pueblo-de-al-lado” es para las Hoces del río Duratón, en Segovia.
Ya sabéis que somos un poco adictos a los viajes de naturaleza, pero si te van más las visitas culturales e históricas o incluso las gastronómicas (ésas también son de nuestras favoritas) este destino es sin duda para ti. ¡A gusto de todos!
Y si eres de escapadas de aventura, también aquí la encontrarás. Además de admirar las Hoces conviene recorrerlas, navegando por el Duratón. ¿Cómo? La opción más tradicional es en kayak. Como ya habíamos probado esto en el río Sella en Asturias, optamos por algo más moderno: el paddle surf. Nos gustó aunque nos cansó considerablemente más que la piragüa. Hay muchísimas empresas que realizan ambas actividades de manera que puedes alquilar el equipamiento necesario y pasar unas 3 horas surcando las hoces. ¡Te lo recomendamos cien por cien!
Pero pongamos un poco de contexto. El río Duratón es un afluente del Duero y en su tramo medio, a su paso por las localidades de Sepúlveda y Sebulcor en la provincia de Segovia, y por una extensión de 25 kilómetros, ha excavado en la roca caliza de la zona un cañón que alcanza los 100 metros de altura en algunos puntos.
Esto es lo que se conoce como las Hoces del Duratón, un Parque Natural de 5.000 hectáreas de extensión en total, que es además Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) dado que acoge la mayor colonia de buitres leonados de toda Europa. ¡Casi nada! Y sí, es posible verlos volar en este entorno, desde muy cerca, y observar sus nidos en las paredes de las hoces.
El buitre leonado es es una de las pocas especies de buitre que se puede encontrar en Europa. De media pesa 10 kilos y mide 2,5 metros de envergadura de ala, es decir, es un ave muy grande. Sus plumas son de color ocre, de ahí el nombre de “leonado”.
Decíamos que además de naturaleza, aquí puedes encontrar también historia y cultura. ¿Por qué? En primer lugar, por la Ermita de San Frutos, patrón de Segovia: una construcción románica del siglo XII que está ubicada literalmente sobre uno de los meandros del Duratón, ofreciendo así una fabulosa panorámica del río y sus hoces. Es la visita más típica en la zona.
Para llegar hasta la ermita, desde el pueblo de Villaseca debes tomar la calle de la Iglesia que después se transforma en el Camino a la Ermita (cuidado porque el último tramo es una vía de tierra en no muy buen estado) hasta llegar a un aparcamiento donde deberás dejar el coche. A continuación toca caminar durante unos 20 minutos. Hacia mitad del recorrido encontrarás un pequeño desvío hacia un mirador que merece totalmente la pena, por las vistas del río y de la ermita. De vuelta al camino principal, hay que cruzar un pequeño puente para adentrarse ya en el conjunto arquitectónico, mirarlo con detenimiento, entrar en la ermita si está abierta y, superándola, aproximándose al corte en la roca, es posible ver a los buitres volando y en sus nidos.
Justo antes de tomar el desvío hacia la Ermita desde el municipio de Villaseca encuentras el Asador El Alcaudón: entramos de casualidad porque se nos echó el tiempo encima y no teníamos donde comer y fue un acierto. Tienen menús cerrados de cordero o cochinillo, los dos asados más típicos de la gastronomía segoviana.
El Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz (abreviando, Monasterio de la Hoz) es otra construcción religiosa, ésta del siglo XIII y fundada por la orden de los franciscanos, también situada en un meandro del Duratón. Su ubicación es incluso más llamativa que la de la Ermita, pues el terreno sobre el que se sitúa es mucho más estrecho y escarpado. De hecho, solo se puede llegar hasta él cuando el cauce del río está bajo o bien en piragua. En cualquier caso, observarlo desde la parte alta es impresionante.
Acceder a este mirador sobre el Monasterio de la Hoz es posible desde Sebúlcor: cogiendo en coche un desvío de unos 4 kilómetros se llegará hasta una zona entre pinares que sirve de aparcamiento. El resto del camino, siguiendo las señales que indican la ruta hacia el Monasterio, debe realizarse a pie.
Sepúlveda es el punto de entrada más habitual desde el que hacer tu incursión en las Hoces. Es una villa medieval de gran riqueza artística y cultural, enclavada entre las barrancas que forma el Duratón. Nos alojamos aquí una noche para poder hacer cómodamente la excursión al Parque Natural, pero no pudimos verlo con detenimiento: solo su Plaza Mayor con el Palacio del Conde de Sepúlveda y la iglesia románica de San Bartolomé (con un espectacular nido de cigüeña en su torre). Es uno de los pueblos más bonitos de España y sus calles parecen como detenidas en el tiempo. Muy aconsejable la panorámica desde el Mirador Lope Tablada de Diego.
¿No te parece un planazo para un fin de semana? ¿Ya conoces esta zona? ¡Cuéntanoslo en los comentarios! Y como siempre, te dejamos un mapa para ubicar todos los sitios de interés.
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