Lo llamaron el “Rey Loco” aunque su locura nos ha dejado para la posteridad algunos de los castillos más bellos del mundo. Luis II de Baviera mandó construir Neuschwanstein a finales del siglo XIX inspirándose en fortalezas medievales que visitó en su infancia y recreando en su interior las principales obras de su admirado Wagner.

Si su exterior evoca a un castillo “de cuento” (Walt Disney lo supo ver bien cuando lo tomó como imagen para su logo) su ubicación en un desfiladero, rodeado de grandes lagos y de los nevados Alpes, es épica. Luis II conocía bien esta zona y no la eligió en balde. Por si fuera poco, exigió que materiales y trabajadores fuesen exclusivamente bávaros, lo que dio lugar al nacimiento de una fuerte industria artesanal aquí que aún hoy perdura. ¿Qué locura, eh?

Fachada principal del castilo Neuschwanstein, en obras
Fachada principal del castilo Neuschwanstein, en obras

¿Y cómo se llega a Neuschwanstein? Aunque por las fotos pueda parecer un lugar remoto, no lo es en absoluto (gracias a las comunicaciones modernas alemanas). De hecho, desde Munich y por libre es un traslado relativamente sencillo.

En primer lugar, debes coger un tren desde la Estación Central de Munich hasta Füssen. El trayecto es de 2 horas y 15 minutos aproximadamente y puedes consultar aquí los horarios introduciendo la fecha deseada. Revisa con atención los itinerarios porque en algunos casos no hay tren directo y tienes que hacer tansbordo por tanto. Nosotros lo cogimos un sábado a las 7.50 de la mañana y nos sorprendió la cantidad de turistas que hacían lo mismo.

Fachada trasera del castillo Neuschwanstein
Fachada trasera del castillo Neuschwanstein

Tras llegar a Füssen, desde la misma estación donde te deja el tren, debes coger un autobús hacia Schwangau, el municipio desde el que se accede al castillo. Te sirven dos líneas: el 73 y el 78. Tanto por lo que habíamos leído previamente como por nuestra experiencia, creemos que estos autobuses se adaptan a los horarios del tren, con lo que siempre que llegues a la estación, los encontrarás. En cualquiera de los dos casos, el trayecto es de unos 10 minutos y debes detenerte en la parada “Hohenschwangau Neuschwanstein Castles”. Como decimos, íbamos muchísimas personas haciendo el mismo viaje, con lo que es prácticamente imposible perderse.

Lo más económico si vas a hacer este recorrido combinando tren y bus, ida y vuelta en el mismo día, es adquirir el billete regional de 24 horas por Baviera por 25 euros y 7 euros más por cada acompañante hasta un máximo de 5. Es decir, en nuestro caso fueron 32 euros ambos por todos los trayectos. Se puede adquirir en la estación de Munich o bien online.

El autobús te deja en el Ticket Center donde puedes adquirir las entradas para Neuschwanstein o bien recogerlas si las reservaste (más adelante explicamos cómo funciona esto). Atento a los horarios de este centro. En nuestro caso, habiendo partido de Munich a las 7.20, llegamos aquí hacia las 10.15.

Desde el Ticket Center hasta el castillo aún queda un tramo que puedes recorrer de 3 formas alternativas:

  • A pie: unos 20 – 30 minutos de subida, cuesta arriba, pero liviano, salvo impedimento físico.
  • En bus: sale de Schlosshotel Lisl, el ticket solo puede comprarse a bordo y cuesta 1,8 euros (2,6 si adquieres ida y vuelta).
  • En carruaje de caballos, desde el Hotel Müller (Alpseestraße 14), por 5 euros.

No te agobies con las direcciones porque el pueblo es muy muy pequeño y te irás encontrando todo caminando simplemente.

Coche de caballos para subir al castillo Neuschwanstein desde Hohenschwangau
Coche de caballos para subir al castillo Neuschwanstein desde Hohenschwangau

Si todo este trayecto te ha parecido demasiado engorroso y te ha desanimado, no te preocupes: también puedes visitar el castillo Neuschwanstein desde Munich en una excursión organizada de un día, facilitándote los traslados y de la mano de un guía local. Suelen llegar al castillo sobre las 12 de la mañana. Si vas por libre, en consecuencia, lo recomendable es llegar antes para evitar encontrarte con los grupos precisamente.

¡Y por fin llegas a las puertas del castillo Neuschwanstein! En nuestro caso, tras tren, bus y caminata, eran ya las 11.00. Y una vez aquí, querrás visitarlo, ¿no? Solo se puede acceder en un tour guiado de 30 minutos de duración y para el que habrás debido adquirir el billete en el Ticket Center del que hablábamos antes, por 15 euros. Con guías está solo disponible en alemán o inglés; para el resto de idiomas, español incluido, proporcionan una audio guía. Consulta aquí los horarios de las visitas en función de la fecha (y que son distintos a los del Ticket Center antes indicados).

Patio de entrada al castillo Neuschwanstein
Patio de entrada al castillo Neuschwanstein

Dada la gran afluencia de visitantes, para garantizarte el acceso, lo más recomendable es reservar la entrada online. Debes elegir la fecha y hora de recogida de las entradas deseada, con al menos 48 horas de antelación, y consignar un número de tarjeta de crédito. Tras rellenar el formulario, recibirás un e-mail confirmando tu billete, que deberás recoger en el Ticket Center el día señalado, no más tarde de la hora indicada en el correo. Si no te presentas, cargan el doble del importe en la tarjeta de crédito con la que es imprescindibe realizar la reserva a través de la web.

El castillo Neuschwanstein es la mayor celebridad de la zona, pero no la única, como puede verse en el mapa de más arriba. Desde Schwangau es posible visitar además el Museo de los Reyes Bávaros y el castillo Hohenschwangau. Las entradas para estos también se pueden adquirir online e incluso hay tickets combinados para abaratar.

Las estancias de Neuschwanstein son dignas de admirar. Las pinturas y la decoración están inspiradas en las óperas wagnerianas de “Tristán e Isolda”, “El anillo de los nibelungos” o “Parsifal” (Luis II fue mecenas del compositor). Los ornamentados muebles se mantienen casi intactos. Las salas del Trono y del Baile son realmente impresionantes. El castillo contaba con grandes avances para la época como calefacción, electricidad e invernaderos. Incluso hay una pequeña gruta artificial que el rey se hizo construir para sentirse como en la obra “Tannhäuser”. Aunque corta y quizá algo impersonal al ir en grandes grupos con poca libertad de movimiento, creemos que la visita vale la pena. Está prohibido tomar fotos o vídeos.

Pero si Neuschwanstein es una construcción maravillosa, no menos aún lo es el entorno donde se encuentra. Por ello es más que recomendable recorrer los alrededores para disfrutar de los paisajes y del castillo con perspectiva. La parada obligada es el puente colgante de Marienbrücke, a solo 15 minutos de la entrada a Neuschwanstein por un camino perfectamente señalizado, no hay pérdida. La vista es fabulosa, permitiendo observar su asombrosa ubicación en el acantilado Pöllat.

El castillo Neuschwanstein visto desde el puente Marienbrücke, en Baviera, Alemania
El castillo Neuschwanstein visto desde el puente Marienbrücke, en Baviera, Alemania

Cruzando el puente y continuando el camino te adentras en un sendero de montaña sin asfaltar, visible su trazado, pero de tierra y rodeado de árboles (algunos caídos): con lluvia debe de ser un barrizal interesante, con lo que tenlo en cuenta. Montaña arriba vas pasando por distintos miradores: cuanto más elevado, mayor es la perspectiva de conjunto, sumando a la visión del castillo y el desfiladero los lagos y los picos nevados de los Alpes. Llegamos así hasta dos miradores; había otro más adelante (en Google Maps viene indicado) pero ya no nos daba tiempo.

Mirador al castillo Neuschwanstein
Mirador al castillo Neuschwanstein

Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0

6 Comment on “Cómo visitar el castilo Neuschwanstein desde Munich

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