Estrenarse con el surf en Nazaré es como empezar a escalar en el Himalaya. Y sin embargo, es lo que hicimos. Así dicho suena a hazaña valiente, pero expliquémoslo todo mejor.
Nazaré se encuentra a 120 kilómetros, una hora en coche, de Lisboa y a unas dos horas de Oporto. Nosotros llegamos conduciendo desde Madrid (unas 6 horas) y pasamos tres fantásticos días allí, alojados en el resort Ohai Nazaré, del que te hablamos en más profundidad en este post.
El sobrenombre de esta ciudad portuguesa como “capital de las olas gigantes” impresiona tanto como las propias olas de hasta 30 metros de altura que se originan frente a su litoral. Este fenómeno se debe al Cañón de Nazaré: un valle submarino de 5.000 metros de profundidad y 230 kilómetros de extensión que, con su forma de embudo, favorece la formación de esas gigantescas olas.
Nazaré se ha convertido así en una de las capitales surferas del mundo, donde acuden los grandes campeones a cabalgar una ola aún más alta. En 2018 el surfista portugués Hugo Vau entró en el Libro Guinness de los Récords tras surfear aquí una ola de 35 metros, la más grande jamás lograda.
Más llamativo aún que las olas y los récords es que, pese a su nueva condición de meca del surf, este pequeño pueblo pesquero conserva sus antiguas tradiciones: los pescados capturados se secan al sol, muchas mujeres visten las siete faldas típicas de franela bordadas en diferentes colores, se venden los dulces de siempre y en las casas de los barrios turísticos viven los vecinos de toda la vida.
Llama la atención que muchas mujeres mayores en Nazaré están en la calle ocupadas con la venta ambulante de frutos secos u ofreciendo sus casas para alquileres turísticos. Y si te fijas, la gran mayoría de ellas van vestidas con varias faldas. Es el vestido típico nazareno de “As sete Saias” (7 faldas) que originariamente llevaban las mujeres de los pescadores. ¿Por qué siete? Porque representan las 7 virtudes o los 7 días de la semana o los 7 colores del arco iris o las 7 olas del mar (puedes elegir la versión que más te guste). En algunos casos son faldas muy vistosas, con bordados muy coloridos y encajes.
¿Y qué hacer en Nazaré además de disfrutar de la playa, del surf y del pescado? Sorprende saber que el origen de Nazaré no está a orillas del mar (esta zona del pueblo es más moderna, del siglo XVII) sino 318 metros más arriba, en lo alto de una roca junto a la playa. El barrio de Sitio se puede alcanzar en funicular (1,5 euros el trayecto), en coche (junto a la plaza de toros hay un parking gratuito donde no tuvimos problema para aparcar) o a pie, a través de unas escaleras que conectan con la parte baja de la ciudad.
La roca donde se ubica Sitio separa las dos playas de Nazaré: tan próximas y tan opuestas. La playa urbana a la que se abre la ciudad es extensa, de arena fina, con aguas más tranquilas y en verano llena de toldos de colores. Al otro extremo, la praia do Norte es salvaje, con las enormes olas que han dado fama a esta zona, entregada al océano Atlántico. Una curiosidad: aunque las olas gigantes se producen en la praia do Norte, el foso submarino que las provoca está en la bahía de la playa de Nazaré. Y una advertencia: la temperatura del agua en esta costa es para valientes, de las más frías que hemos probado.
En este barrio tienes una fantástica panorámica de Nazaré y su costa, imprescindible de observar desde el Mirador de Suberco, preferentemente al atardecer. Junto a éste se encuentra la pequeña Ermita de la Memoria.
La leyenda cuenta que la Virgen impidió que el caballo de un hidalgo, Don Fuas Roupinho, cayese al vacío un día de niebla de 1182 mientras cazaba ciervos, abundantes en la zona en aquella época. En agradecimiento el noble ordenó construir la ermita que dio origen a Nazaré y que fue ademas lugar de peregrinación hasta que la vecina Fátima con sus apariciones le robó el protagonismo. Paseando por el barrio de Sitio, fíjate en las fachadas de sus casas pues en muchas hay azulejos ilustrando esta historia.
También desde el mirador, yendo hacia el teleférico, hay un paseo muy recomendable, por la rua do Horizonte, con constantes buenas vistas de Nazaré y con varias terrazas agradables. Si continúas por él, llegas hasta las escaleras que conectan con la parte nueva de la ciudad: bajarlas es muy fácil, puedes ahorrarte así el viaje de descenso en teleférico.
El último punto de interés en Sitio es la Basílica de Nossa Senhora de Nazaré, ubicada en la plaza principal (y muy amplia) del barrio. Es una iglesia barroca construida en el siglo XVII para guardar la estatua de la virgen tras la creciente afluencia de peregrinos a la pequeñísima Ermita de la Memoria.
Desde Sitio, aún sobre la roca, en una corta caminata llegas al Faro y al Fuerte de San Miguel Arcángel, el mejor lugar desde el que admirar las famosas olas que se forman en la Praia do Norte. El Fuerte se construyó en el siglo XVI para defender la costa de Nazaré de los ataques de piratas y a principios del XX se añadió el Faro.
En su interior, además del acceso a la terraza superior con unas fantásticas vistas marinas, hay dos exposiciones interesantes (5 euros la entrada). Una, científica, explicando cómo se forman las famosas olas. Y otra, deportiva, con unas 40 tablas donadas por famosos surfistas y fotografías y vídeos de sus hazañas.
Desde el Fuerte hay también un camino, sencillo y corto, para bajar directamente a la Praia do Norte y a un área de bonitas cuevas.
En el trayecto desde el Mirador de Suberco hasta el Fuerte es imposible no ver una enorme estatua de un ciervo surfero: una escultura con cuerpo de hombre sosteniendo una tabla de surf y con cabeza de ciervo. Es un curioso homenaje al origen de Nazaré (la leyenda del noble que casi cae al vacío cazando los ciervos que solían vivir en esta zona) y a su presente marcado por el surf.
¿Y no hay nada que ver en la parte más nueva de Nazaré? ¡Por supuesto que sí! Nos sorprendió la escasa información y pocas imágenes que encontramos sobre esta parte de la ciudad antes de nuestra visita, cuando nos pareció encantadora. De entrada, por supuesto, debes ver su enorme playa con su correspondientes paseo. Caminando por él, desde el extremo donde está la roca de Sitio, encontramos:
Alejándonos de la playa, hacia el interior de Nazaré, repleto de restaurantes, terrazas y plazas, merece la pena visitar su Mercado Municipal. Muy amplio y con montones de puestos y tiendas de diversos tipos de productos: frutas, verduras, carnes, pescados, dulces… Todo fresco y con muy buena pinta.
Las Bolas de Berlim son unos deliciosos buñuelos de crema (aunque hoy en día hay muchas más variedades de relleno, desde chocolate a dulce de leche) típicos en Nazaré y que eran vendidos antiguamente por las mujeres mayores en la playa. Ahora puedes encontrarlas en numerosos puestos callejeros y en las cafeterías y restaurantes como postre.
Nazaré es muy turístico, sobre todo en verano. Y no solo recibe a portugueses: encontramos bastantes franceses y españoles. En invierno es cuando se realizan las grandes competiciones de surf, pues es la época en que se dan las grandes olas (de octubre a marzo), con lo que también en esteos meses llegan bastantes aficionados a este deporte.
Si tu intención es ver con tus propios ojos esas olas gigantes, deberás planear tu visita a Nazaré para los meses indicados, pero, lógicamente, como ocurre con los fenómenos que dependen de la meteorología, no hay fechas garantizadas. Lo recomendable es pasar dos semanas allí para intentar asegurarlo o bien estar pendiente de las alertas meteorológicas para partir hacia Nazaré cuando se prevea que van a suceder (generalmente a una semana vista). Para que te hagas una idea, la competición oficial de surf WSL Nazare Challenge confirma sus fechas solo 48 horas antes, para, en base a los pronósticos meteorológicos más precisos, garantizar que los competidores tendrán las mejores olas.
Para que no te pierdas nada en tu visita a Nazaré, te dejamos un mapa con la ubicación señalada de todos los lugares que conocimos (incluyendo un par de restaurantes donde comimos fenomenal).