Siempre volvemos a Portugal. De un modo u otro. Tenemos una suerte de vecino y nos encanta visitarlo y reafirmarlo. El destino esta vez ha sido Miranda do Douro, que pertenece al distrito de Braganza, en la región de Terras de Trás-os-Montes, al nordeste del país.
Nuestra primera vez en esta zona, frontera entre Portugal y España. Frontera administrativa que coincide con la natural marcada por el río Douro o Duero (depende del lado en que estés). “La Raya”, como la denominan en Miranda. Y no es sólo un nombre: esta circunstancia ha marcado el devenir histórico y cultural de esta región y ha forjado el carácter de sus habitantes. También a ello ha contribuido el paraje natural donde se ubica.
Las Terras de Trás-os-Montes se extienden por una superficie de 5.500 kilómetros cuadrados y comprenden 9 municipios: Alfândega da Fé, Bragança, Macedo de Cavaleiros, Mirandela, Mogadouro, Vila Flor, Vimioso, Vinhais y el propio Miranda do Douro. Se divide climáticamente en dos subregiones: la Terra Fria, a partir de los 600 metros de altitud y con mayoría de días fríos, y la Terra Quente, con una media de 400 metros y clima más suave. Trás-os-Montes cuenta con numerosos espacios naturales protegidos, como tres Parques Naturales (Montesinho, Douro Internacional y Valle de Tua), la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Meseta Ibérica y el Geoparque Tierras de los caballeros. Con esta base no es de extrañar que sea una región rica en recursos forestales y agrícolas: especialmente reseñables son los cultivos de hortalizas, frutos, vid y oliva, a lo que hay que sumar la importancia de la ganadería, especialmente la bovina. Y no menos digno de meción es que el carácter fronterizo de este área ha marcado sus tradiciones culturales muy particulares, preservadas con ahínco desde hace siglos. Con todos estos ingredientes un viaje a Trás-os-Montes cubre perfectamente las aspiraciones de cualquier tipo de viajero, busque un destino de naturaleza, de cultura o de gastronomía.
Miranda se encuentra en la Tierra Fría de Trás-os-Montes y forma parte del Parque Natural do Douro Internacional, la continuación portuguesa de los españoles Arribes del Duero. Ocupa un punto elevado sobre un acantilado con grandes vistas al río, al paraje alrededor y al territorio español en la orilla contraria.
Pese a ser un municipio portugés, está en consecuencia a tiro de piedra de Castilla y León: 100 kilómetros desde Zamora, 169 desde Salamanca y 200 desde León. Incluso solo 350 kilómetros lo separan de Madrid. Mas vecinos no podemos ser. Buenos vecinos. A los mirandeses les gustamos mucho los españoles y a los españoles nos gusta mucho venir a Miranda.
Tuvimos un fin de semana magnífico en Miranda do Douro combinando recorridos naturales en el Parque Natural do Douro con visitas culturales en el casco histórico y, sobre todo, conociendo y catando la estupenda gastronomía local. ¿Te vienes con nosotros a descubrirlo? De entrada, te situamos en el mapa:
Pasamos dos noches en el alojamiento rural Puial de l Douro, en Aldeia Nova: a 7 kilómetros del centro de Miranda y solo 1 kilómetro del Mirador de São João das Arribas (del que hablaremos más adelante). Es un hotel rural pequeño, precioso, decorado bien hasta el último detalle, de solo 6 habitaciones, aunque todas ellas amplias y muy bien equipadas.
El trato es cien por cien familiar y te sientes como en casa nada más poner un pie allí. Las zonas comunes incluyen salón, biblioteca y bar. Mención especial para su delicioso desayuno casero y para la amabilidad de sus dueños, perfectos anfitriones.
El Douro (o Duero) es el principal protagonista de cualquier actividad de naturaleza en Miranda. No en vano en torno a él se creó en 1988 el ya mencionado Parque Natural do Douro Internacional que abarca los municipios de Miranda y Mogadouro. El lento e imparable transcurrir durante siglos del río Douro a su paso por esta región ha creado acantilados rocosos de hasta 200 metros de altura y bellísimos paisajes que sirven de nido a muchas aves: águilas reales, alimoches, buitres, cigüeñas, cormoranes… Más de 150 especies se han catalogado.
El Parque abarca un área extensa pero tuvimos la suerte de recorrerlo en un paseo en 4×4 de casi un día completo de la mano de la empresa de ecoturismo Douro Pula Canhada. Gracias a nuestro guía, Pedro, descubrimos el altiplano mirandés, como denominan a este territorio de meseta a gran altura en que tradicionalmente se ha cultivado cereal y se ha desarrollado una ganadería excelente. Gracias a especies autóctonas como la vaca mirandesa, la churra galega mirandesa y el cerdo bísaro. Y para cuidar de todos ellos, el perro de ganado transmontano, también criado en estas tierras. ¡Todo un safari fotográfico puedes hacer así!
Por si fuera poco, en Miranda hay además ¡una especie de burro propia! El burro mirandés es autóctono de esta zona y está en peligro de extinción, apenas quedan 1.000 ejemplares. Es muy manso y sociable, de color marrón, tamaño superior a la media y con orejas grandes y peludas. Puedes verlos, aprender sobre ellos e incluso adoptar uno en el Centro de Valorización del Burro de Miranda, una visita realmente recomendable que disfrutamos muchísimo.
Durante el paseo en jeep también hicimos parada en los principales miradores desde los que disfrutar de las vistas de los cañones del Douro:
Estos 3 son accesibles en coche, aunque un cuarto, que no tuvimos tiempo de ver pero nos recomendaron, requiere de 4×4 o bien de una caminata: el mirador do Chapéu (del Sombrero), en Freixiosa.
A pesar de que disfrutamos muchísimo del recorrido en jeep, somos de la opinión de que es imprescindible conocer un espacio natural a pie. Y no somos los únicos. Por ello se ha creado el Proyecto “Nove passos”: nueve pasos que son nueve rutas temáticas, cada una pensada para descubrir en profundidad una de las características naturales de este espacio, desde cada uno de los nueve municipios que conforman este territorio.
Desde Miranda es el Percurso de São João das Arribas: un sendero que parte del pueblo de Aldeia Nova y finaliza en el mirador del mismo nombre. Son solo 3 kilómetros, facilísimos, que culminan en São João das Arribas con vistazas al Douro y la posibilidad de avistar buitres.
Otra forma de descubrir el Parque Natural es surcando las aguas del Douro, bien en crucero, bien en kayak, observando así los escarpados paisajes desde la perspectiva del propio río. Los barcos salen de la Estación Biológica Internacional y generalmente el trayecto dura 1 hora y media, se realiza todo el año. El piragüismo puede realizarse en diferentes tramos del río pero no está permitido entre el 15 de marzo y el 19 de julio (aunque la ya mencionada agencia Douro Pula Canhada empieza su actividad el 1 de julio).
La ubicación de Miranda, en zona alta, climatológicamente dura y fronteriza, provocó su aislamiento geográfico durante tiempo y forjó su carácter dando lugar a curiosas tradiciones, muchas de las cuales han persistido hasta nuestros días. El mejor lugar para conocerlas es el Museo etnográfico Terras de Miranda, en pleno centro histórico. Aquí puedes ver representaciones de cómo eran las casas, las telas, los muebles…
Y descubrir curiosidades como la capa de honra mirandesa: una vestimenta de gruesa lana parda que sirve como signo de honor a quien la lleva y forma parte no solo de la tradición portuguesa sino también de la española, puesto que este tipo de capas también existen en Castilla y León.
O los Pauliteiros de Miranda, un grupo de baile folclórico que, con sus trajes típicos, realiza la denominada “danza del palo” acompañados de música de gaita.
Precisamente la gaita de fuelles es otro de los símbolos culturales de Miranda: es un tipo de gaita particular, distinto a la gallega por ejemplo, que conocemos más, y con ella se realiza la música tradicional folclórica mirandesa. Música que tuvimos la suerte de escuchar en el Mirador de São João das Arribas.
Y es que en Miranda tienen incluso su propio idioma, el mirandés, que es lengua oficial en Portugal (la única junto con el portugués). No te extrañe por tanto que los carteles que ves en la ciudad estén escritos en ambas lenguas.
Cuando te hayas empapado de toda esta cultura en el Museo, debes a continuación caminar por el casco histórico para descubrir su pasado a través de unos cuantos edificios emblemáticos. Porque Miranda do Douro fue un importante enclave durante la Edad Media. Herencia de este pasado han llegado hasta nuestro días algunas joyas arquitectónicas, como el Castillo, la Muralla, el Palacio Episcopal y la Catedral. También algunas casas señoriales y las calles empedradas típicas medievales por las que pasear en el centro.
La Catedral Vieja de Miranda do Douro, del siglo XVI, hoy es solo Concatedral, dado que la sede catedralicia se trasladó a Bragança en el siglo XVIII. Es de gran tamaño, visible casi desde cualquier punto, prueba de la importancia de este municipio en época medieval. En su interior debes ver el retablo del Altar Mayor, una de las obras maestras del escultor vallisoletano Gregorio Fernández, y la imagen del Menino Jesús da Cartolinha, una estatua en recuerdo de una victoria de los portugueses sobre los españoles a la que contribuyó supuestamente.
Frente a la Catedral está el Palacio Episcopal, que no ha llegado completo a nuestros días. Pero el Claustro y otras antiguas estancias se han reconvertido en un tranquilo espacio público que puedes recorrer libremente en un agradable paseo.
El Castillo, del siglo XIII, fue casi totalmente destruido en el XVIII. Los restos visibles hoy incluyen la alcazaba y varias torres que puedes ver en una transformada área ajardinada.
Por último, la Muralla, originaria de los siglos X y XI y que se fundía con el castillo y con la parte posterior de la catedral, sí es más visible que las dos construcciones anteriores y desde ella puedes disfrutar además de muy buenas vistas sobre el Douro.
Para saber todo lo que puedes ver y hacer en Miranda do Douro, ir a tiro hecho sin perderte nada y estar al tanto de su agenda cultural, lo mejor es que te descargues su aplicación “Yportal”.
Qué importante es comer bien cuando se va uno de viaje, ¿verdad? En Miranda esto es uno de los puntos fuertes de cualquier visita, puesto que su gastronomía es una de las más reconocidas de Portugal.
Terras de Trás-os-Montes cuenta con hasta 23 productos con Denominación de Origen (DOP) e Indicación Geográfica Protegida (IGP) que incluyen carne, vinos, frutos secos, ahumados, quesos, miel y aceite de oliva. No es de extrañar así que la gastronomía de estas tierra sea una de sus principales señas de identidad y, en consecuencia, uno de sus más importantes atractivos turísticos.
¿Y qué comer en Miranda? La alheira, una salchicha sin cerdo, pues su origen es judío, a base de carne de ave, pan, aceite de oliva, manteca de cerdo, ajo y pimentón. Especialmente valorada es la carne de ternera local: tanto que lo mejor es tomarla simplemente a la parrilla con un poco de sal, lo que denominan posta mirandesa. También el cordero, dado que la churra galega mirandesa es raza autóctona de Miranda.
El fular de Pascua es una especie de pastel de carne relleno de embutidos locales: nos enseñaron cómo se elaboraba de manera tradicional en horno de leña en la Paderia Lucas, en Malhadas (y nos llevamos uno incluso de regalo). Por supuesto, todo bien regado con vinos de la región pues Tras-Os-Montes cuenta con su propia Denominación de Origen vinícola. Y de postre, una bola doce de Miranda: ojo que es contundente, pero deliciosa, con harina, mantequilla, azúcar, huevos, aceite de oliva y canela. ¡Ya tenemos el menú completo!
¿Te ha entrado hambre? Te sugerimos algunos restaurantes donde probar estos platos mirandeses.
Nuestro agradecimiento a la Comunidad Intermunicipal Terras de Trás-os-Montes y al Municipio de Miranda do Douro que nos invitaron a pasar un fin de semana allí para descubrir su naturaleza, patrimonio y gastronomía, experiencia de la que obtuvimos la información para publicar este artículo.
Miranda s una ciudad fronteriza muy amable con los españoles, ellos hablan español, nosotros el portugués no. Algunos españoles se sienten «superiores».os quiero vecinos.
Gracias por tu comentario! Nosotros sentimos lo mismo. Y en nuestra opinión, portugueses y españoles somos como primos hermanos. En Portugal siempre nos sentimos como en casa.