Para unas cuantas generaciones en España los documentales de naturaleza llegaron por primera vez en formato nacional con el titulazo de “El hombre y la Tierra” (ahí es nada) y la voz de Félix Rodríguez de la Fuente. En mis recuerdos de infancia se entremezclan imágenes de Barrio Sésamo o La Bruja Avería y las de Félix con animales. Bien es cierto que falleció un año antes de que yo naciese, pero las reposiciones no son un invento moderno y yo también crecí viendo su serie.
Puede que el animal nacional más reivindicado por Félix fuese el lobo ibérico. En un país en que matarlo siempre ha estado justificado, esto le acarreó no pocos problemas. Por desgracia, 40 años después las cosas no han mejorado mucho. No hay datos fiables sobre su censo: oficialmente hay en España hasta 360 manadas, lo que equivaldría a 3.000 individuos. Es una especie amenazada, siempre cercana a recibir la categoría “en peligro de extinción”, pero nunca obteniéndola, lo que permite que su caza en nuestro país siga siendo legal. En definitiva, los lobos no lo tienen fácil aquí…
Por todo esto, lograr verlos es tarea complicada. Pero si hay un buen lugar para ello éste es la Sierra de la Culebra en el noroeste de la provincia de Zamora, limítrofe con Portugal. Este Espacio Natural Protegido (ENP), Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Reserva de la Biosfera (toma ya títulos) es también Reserva de Caza (toma ya contradicción). Esto significa que en el mismo lugar se concentran tanto actividades de ecoturismo como de caza, lo que a priori parece difícil de casar…
Además de lobos, la sierra de la Culebra alberga otras especies animales que también es posible ver, como corzos, zorros, jabalíes, muchísimas aves y ciervos (de los ejemplares más grandes y saludables de la Península, lo que convierte a este lugar en uno de los mejores para ver la berrea en otoño, por cierto). Pero la estrella aquí es el lobo, claro, y con el objetivo de ver uno fuimos. Para lograrlo puedes contratar los servicios de alguna de las empresas que ofertan avistamientos. Nosotros lo hicimos con Lobisome: primero, porque las chicas del blog La Gran Escapada ya habían participado de esta actividad con ellos y segundo, porque tienen un gran compromiso ecológico con la zona y con la protección del lobo ibérico (solo tienes que mirar sus redes sociales). Y es que, como siempre que se trata de animales, hay que ser consciente de en qué condiciones debe llevarse a cabo la actividad para no dañar a la especie.
¿Y cómo se realiza (o se intenta) el avistamiento del lobo? Primero, no puedes inmiscuirte en su entorno, debes situarte a una distancia de kilómetro y medio o dos kilómetros. Esto es así porque si detecta a un humano, se alejará. Y con viento a favor, su olfato te detectará a menos de esa distancia seguro. Lo que significa que necesitas un telescopio para poder verlo en realidad, claro.
Segundo, el mejor horario es al amanecer y al atardecer, cuando hay más movimiento en general de todos los animales. Durante el día con las horas de más luz suelen descansar y estar ocultos. ¿Hay una estación más o menos propicia? En principio, los lobos están todo el año en la Sierra de la Culebra, no migran, luego cualquier época es igual de buena (o mala). No obstante, un pequeño consejo que nos dieron: en mayo las lobas paren, con lo que en julio, agosto, los pequeños lobeznos están ya juguetones y suelen ser más visibles.
Y por último, y lo más importante, el lobo aparecerá solo si quiere y si tienes la suerte de que así sea. No hay nada garantizado (y no creas a quien te oferte lo contrario). De hecho, nosotros no logramos avistarlo 🙁 Pasamos 3 horas al amanecer (con madrugón y frío incluidos) y otras 3 al anochecer a su espera, pero se hizo de rogar. Al menos, aprendimos mucho, disfrutamos de las vistas de la sierra y nos hartamos de ver hermosos ciervos e incluso una curiosa persecución de un corzo a un zorro (sí, lo hemos escrito bien: el corzo perseguía al zorro).
¿Dónde alojarse en la sierra de la Culebra? El municipio más grande de la zona es Villardeciervos, con varias opciones de hostales y restaurantes y donde suele ser habitual quedarse, pero nosotros recomendamos el complejo rural Veniata en San Pedro de las Herrerías: un pueblo pequeñísimo y tranquilo, a escasos metros del lugar desde el que se avistan los lobos. El hotel es una casa tradicional de piedra y madera, rediseñada por dentro, con unas pocas habitaciones cómodas y bonitas y su dueño es amabilísimo. Eso sí, ningún bar ni servicio aquí, imprescindible coger el coche. Para comer, Restaurante Fidel, en otro pueblo cercano, San Vitero, con gastronomía y vinos locales, o el restaurante del Hotel Remesal en Villardeciervos: en ambos atienden bien y sirven cenas hasta tarde (el avistamiento de lobo al atardecer termina a las 10 de la noche en días de primavera, verano).
Si seguís nuestro blog ya sabéis que somos unos enamorados de los los animales y disfrutamos enormemente de verlos en libertad: sea avistando linces en Jaén, mareándonos hasta la muerte por ver ballenas en Nueva Zelanda o gozando como enanos en un safari en Sri Lanka. Creemos firmemente que una de las formas (por supuesto hay otras) de conseguir que se respete a los animales es precisamente realizar este tipo de actividades: por eso las practicamos y fomentamos. Y como siempre decimos, no hace falta irse lejos para vivir experiencias así. ¡Repetiremos hasta lograr ver al esquivo lobo ibérico!
Y para entretener el tiempo entre intento e intento de avistamiento, varias opciones. La sierra de la Culebra se sitúa en la zona de Sanabria, con lo que puedes acercarte fácilmente hasta su lago, el más grande de España y de origen glaciar. Puedes realizar rutas, rodear su perímetro en coche parando en los miradores o disfrutar de un baño en sus “playas”. No desaproveches la ocasión tampoco de visitar Puebla de Sanabria, uno de los municipios más bonitos del país con un centro histórico precioso y muy fácil de pasear.
Zamora es uno de los lugares de los que, desgraciadamente, no guardo buen recuerdo. Pero, después de ver el post, creo que le voy a dar una segunda oportunidad! 🙂
Y eso? Qué te pasó en Zamora, reina? Nosotros estamos descubriéndolo ahora, la verdad, nunca habíamos estado… Tienes que darle otra oportunidad!