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Tapa, media o ración. La comida en Sevilla tiene esas 3 medidas: de menor a mayor tamaño. ¡Tú eliges! En función del hambre, del número de comensales, de las ganas de probar más o menos platos… ¡Siempre compartiendo! Si los pintxos en Bilbao o Vitoria nos hacen salivar (y dedicarles rutas y posts) el tapeo por los bares hispalenses no iba a ser menos.
Cuenta la historia (o la Historia) que fue el rey Alfonso X “El Sabio” quien obligó a que los mesones sirviesen el vino siempre acompañado de algo de comida. Este platillo se depositaba sobre la boca de la jarra o vaso, por lo que “tapaba” el recipiente: de ahí el origen de la “tapa”.
En la capital andaluza hay mucho que ver (por eso hicimos un post contándotelo), pero también, ¡tanto que comer! Por eso te sugerimos esta ruta en la que podrás alternar visitas culturales y gastronómicas. Así que, si nuestra propuesta te seduce, elige entre las opciones de hoteles en Sevilla, reserva y ¡pon rumbo a la capital andaluza!
Catedral
Catedral, Alcázar y Archivo de Indias se ubican muy próximos y puedes saltar de uno a otro casi sin darte cuenta. Y en las cercanías, tienes todas estas opciones para tapear:
Taberna Álvaro Perejil. Abrió sus puertas como despacho de vinos del Condado de Huelva en 1904 e introdujo en Sevilla el vino de naranja: una denominación de origen onubense creada a partir de vino blanco aromatizado con cortezas de naranja. Hoy se puede tomar en muchos otros bares sevillanos pero esta taberna presume de haber sido la pionera. Por si acaso, tiene una nueva bala en la recámara: el vino de fresa. Merece la pena probar ambos. En cuanto a las tapas, destacan el chicharrón, el potaje de garbanzos y la tortilla con hierbabuena. Que su reducidísimo espacio no te haga desistir de probarlas.
Casa Morales. Justo al contrario que la anterior, esta taberna castiza sirviendo desde 1850, es muy muy amplia, con dos puertas de acceso en distintas calles, dos barras y una decoración a base de enormes tinajas. Tienen una extensa carta de vinos y su cocina nos gustó mucho: probamos lagarto de cerdo y san jacobo ibérico. También tienen vino de naranja, por si se quiere comparar.
Bodeguita Romero. Otro clásico con 70 años de trabajo a sus espaldas y varios premios. Pese a estar lleno a reventar nos atendieron rapidísimo en las dos ocasiones que pedimos: alcachofas con jamón y berenjenas con miel de caña. A la postre hemos visto que su montadito de pringá y sus papas aliñadas son lo más recomendado. ¡Habrá que volver!
Ovejas Negras. La antítesis de los 3 restaurantes anteriores: tapas creativas mezclando gastronomías internacionales y hamburguesas destacan en su carta. Aunque nosotros probamos un salmorejo de lo más tradicional y muy rico. Es un sitio nuevo, modernísimo, con decoración industrial y lemas como“A Dios rogando y con perejil cocinando” o “Que bueno que viniste”. ¡En la variedad está el gusto!
Terraza del Hotel EME. Antes o después de comer, puedes disfrutar del aperitivo en esta azotea con unas estupendas vistas a La Giralda y a los tejados de la Catedral. Los precios son tan desorbitados como bella su panorámica: de ahí que lo propongamos solo “para tomar algo” y hacer fotos.
Triana
Del centro monumental pasamos al barrio más famoso de Sevilla: Triana ¡y olé! (nos sale solo lo de añadir “¡olé!”). Es para pasearlo con calma, admirar sus fachadas tradicionales, fijarse en sus carteles cachondos… y seguir tapeando ¡y olé!
Patio San Eloy Las Columnas. No sabemos si hay que ir por probar sus tapas o por ver a sus camareros en acción. Sentarse en la barra es un espectáculo: tocan la campana y hacen cánticos y bromas con cada propina recibida. Nuestra recomendación: la tapa de secreto ibérico con jamón (o incluso la ración, para no quedarte con ganas de más).
Mercado de Triana. Se mezclan los puestos tradicionales donde comprar todo tipo de alimentos: pescadería, carnicería, pastelería… Con los bares y restaurantes donde probarlos ya cocinados. Si pudiésemos, iríamos a hacer la compra allí, todo tenía una pinta gloriosa.
Bar Las Golondrinas. Paredes de azulejos, sillas de mimbre y comida tradicional a muy buen precio: la definición de una taberna andaluza por excelencia. La puntillita de solomillo y los chipirones son sus tapas más celebres.
El Embarcadero. La orilla del lado de Triana al Guadalquivir es una sucesión de bares, restaurantes y terrazas que compiten por “la mejor vista”. Una imagen vale más que mil palabras: el Embarcadero está justo frente la Torre del Oro y encima ¡preparan las copas con mucho arte!
Bares dentro del Mercado de Triana, Sevilla
Vistas al Guadalquivir y la Torre del Oro desde el Embarcadero en Sevilla
Barrio de Triana en Sevilla
Setas
Nos movemos de nuevo, hacia una de las novedades de la ciudad: Metropol Parasol, obra del arquitecto Jürgen Mayer, o popularmente conocido como Setas de Sevilla. En la propia pasarela – mirador hay un bar, pero en las inmediaciones puedes encontrar más ofertas:
Bar Santa Marta. El único de este post al que llegamos por casualidad, sin recomendación previa: nos llamó la atención su enorme terraza aunque solo en el interior del restaurante pudimos encontrar hueco. Las raciones son grandes y tradicionales: flamenquín, papas aliñadas, pescaíto frito… Por lo visto es archiconocido por la tortilla de patata, pero no lo sabíamos cuando fuimos y no la pedimos.
Perro Viejo. Nos vamos a saltar la máxima del blog por la cual nunca hablamos de algo que no hayamos probado. Nos aconsejaron este restaurante pero estaban tan lleno que nos quedamos con las ganas. Su lista de tapas, solo por el nombre, creemos que pueden convencer a cualquiera de que debe intentar ir: ceviche cítrico de atún; sardinas marinadas con portobello, dashi y crujiente de parmesano o pollo yakitorio con trigo bulgur salteado y salsa de ají.
Alameda de Hércules
Este paseo construido en el siglo XVI para el recreo de la aristocracia es el jardín público más antiguo de Europa y una de las zonas de terrazas y restaurantes más animadas de Sevilla a cualquier hora del día o de la noche. Suele haber fiestas y conciertos en la plaza y es frecuentada tanto por locales como por foráneos. Estuvimos de bares a la hora del vermut, a media tarde y de noche: no recordamos el nombre de ninguno de ellos, pero ¿acaso importa? Cuando volvamos a Sevilla, volveremos a vagar por la Alameda.
¿Y tú, has estado de tapas por Sevilla? ¿Sumas alguna recomendación? ¡Cuéntanos!
Para finalizar, te dejamos el podcast de “Viajar del cuento” en que hablamos de muchos más planes para hacer en Sevilla:
Aun estamos por la mañana y ya nos ha entrado hambre sólo de ver cómo nos habéis paseado por la gastronomía Sevillana. Gracias por el aporte chicos!
Gracias a vosotr@s por vuestro comentario!!!