¡Vaya ganas teníamos de conocer Frigiliana! Y no nos ha defraudado, al contrario, nos ha parecido incluso más maravilloso de lo esperado. ¿Y por qué ibamos con las expectativas tan altas? Frigiliana forma parte de la Asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España y no es para menos. Se le suele nombrar además como el municipio más bello de toda la provincia de Málaga. Bien es cierto que no hemos estado en todas y cada una de las localidades malagueñas, pero damos fe de que Frigiliana sí es el más encantador de los que conocemos. Por si fuera poco, su casco histórico es de los mejor conservados de la provincia y ostenta el título de Conjunto Histórico Artístico.

Los primeros asentamientos en Frigiliana datan de la época del Imperio romano pero adquirió importancia en los siglos de dominación musulmana. En ese momento se llamaba “Sulis” y la agriculutra y la producción de seda eran los fuertes de su economía.
En el siglo XV en Frigiliana convivieron en paz cristianos, judíos y musulmanes, hecho que marcó la arquitectura y la cultura del pueblo, y que a la postre sirvió para darle el sobrenombre actual de “Villa de las Tres Culturas”. Pese a la Reconquista cristiana de Frigiliana en 1485, la influencia árabe se mantuvo hasta nuestros días en la arquitectura de sus calles y casas.
Durante los siglos posteriores, lo más destacable de Frigiliana fue su producción de miel de caña, que le dio un papel comercial muy importante. Hoy en día se mantiene ésta, conservando de hecho la única fábrica de miel de caña en Europa, y se ha sumado el turismo como factor clave de la economía local.
El clima en Frigiliana es una gozada, con una media anual de 320 días de sol y temperaturas suaves en invierno. No en vano pertenece a la famosa Costa del Sol malagueña. Damos fe de que se puede visitar por tanto en cualquier época del año puesto que fuimos a finales de noviembre y pillamos un tiempo estupendo.
Nosotros fuimos a Frigiliana en coche desde Málaga, como parte de un viaje de 5 días por la provincia, y allí pasamos la mañana visitándola. Hay muchas plazas de aparcamiento justo antes de llegar a la Plaza de las Tres Culturas. Es imposible acceder al centro histórico en vehículo de motor. Si no dispones de medio de transporte propio siempre puedes unirte a esta excursión organizada desde Málaga a Nerja, Frigiliana y El Acebuchal.
¿Y qué hacer en Frigiliana? Sin duda, recorrer las calles empedradas de su centro histórico, repletas de flores y macetas. Eso sí, te esperan buenas cuestas y escalones. Si vas con bebé y quieres verlo a fondo, mejor portea. Otra opción es subirse al tren turístico o disfrutar de un paseo en tuk tuk. Ambos se cogen en la Plaza de las Tres Culturas. Y ésta es precisamente el punto de partida para el itinerario a pie que te proponemos.
La Plaza de las Tres Culturas es amplísima, con área de parking, varias tiendas y restaurantes y una especie de balcón con vistas al estupendo paisaje que circunda al pueblo. También es el primer y último sitio llano de Frigiliana, a partir de ahí todo son cuestas. La primera pendiente lleva al Palacio de los Condes, del siglo XVI, hoy sede de la única fábrica de miel de caña de Europa, la de Nuestra Señora del Carmen, todo un icono de Frigiliana.
Justo al girar para ir de la plaza al palacio, una curiosidad: un pequeño quiosco redondo y blanco con un escaparate donde ver un teatro mecánico de marionetas. A cambio de un euro te cuentan la historia de Frigiliana. También aquí es donde puedes subirte al tren turístico o al tuk tuk antes mencionados para recorrer el centro.
Desde el Palacio tomas directamente la calle Real que te lleva al Barribarto, el barrio morisco, el más encantador de Frigiliana. A partir de esta calle vas encontrando otras callecitas o callejones en los que querrás detenerte a hacer fotos sin parar. Lo bueno de la calle Real, a diferencia de otras, es que no hay escalones y es transitable con silla de bebé; si no quieres o puedes portear, de hecho, recorrer esta vía ida y vuelta sería tu mejor opción.

¿Sabías que puedes descubrir la historia y cultura de Frigiliana a través de 12 paneles de cerámica dispuestos en las calles de su centro histórico? Cuando se remodeló el Barribarto a mediados de los 60 del sigo pasado se colocaron estos paneles con textos del libro “Vida y diáspora morisca en la Axarquía Veleña”, de D. Antonio Navas Acosta. Las imágenes de los azulejos emplean solo cuatro colores, blanco, negro, verde y marrón, siguiendo la técnica tradicional de los moriscos en sus cerámicas.
Nada más acceder a la calle Real a la izquierda encuentras los Reales Pósitos, o más bien lo que queda de ellos. Eran los depósitos donde se almacenaban los cereales pero hoy en día solo se conservan los arcos rojos de su planta baja, visibles desde el exterior, y el espacio lo ocupan viviendas y tiendas.
Un poco más adelante aparece un desvío a la derecha escaleras arriba hacia la Calle Hernando el Darra, una de las más conocidas de Frigiliana (y la que ilustra de hecho este post). Aquí puedes o bien irte por ésta o bien continuar por la calle Real. Sea como sea, el resto del trayecto debería ser circular aunque con pequeños desvíos para paradas concretas.

Nosotros seguimos por la calle Real deteniéndonos brevemente en primer lugar en el Jardín botánico de Santa Fiora: un pequeño parque abierto al público con bonitas vistas y con una muestra de árboles y plantas, bien etiquetadas para identificarlas. De vuelta en la calle Real, merecen la pena especialmente el callejón del Estanco y, sobre todo, la calle Zacatin, repleta de macetas y flores. Justo tras ésta llegas a la Iglesia de San Antonio de Padua, ubicada en una bonita plaza y construida allá por el siglo XVI sobre una antigua Mezquita.

Caminamos hasta terminar la calle Real en la moderna Estatua de las Tres Culturas, que representa los símbolos principales de las religiones judía, cristina e islámica, es decir, la Estrella de David, la Cruz y la Media Luna. Aquí giramos casi 360 grados para tomar la empinadísima y repleta de escalones calle Santa Teresa de Ávila.
Sin apenas transición, simplemente avanzando entre bonitas casas bajas, muchas destinadas a alquileres turísticos, y tiendas de artesanía local bellamente decoradas, pasamos a la calle Alta, una de las más bonitas de Frigiliana.
En caso de continuar recto, casi sin darte cuenta tomas la calle Santo Cristo, donde te sorprende una estupenda panorámica del pueblo desde el homónimo mirador de Santo Cristo. En realidad toda esta calle es una sucesión de buenos miradores, directamente desde el espacio público o desde varios restaurantes con sus terrazas bien encaradas. Igualmente la siguiente vía a la que llegas caminando desde ésta, el callejón del Peñón. Su nombre no es azaroso y a la vista salta el motivo: el Peñón de la Sabina, una enorme roca que el 27 de enero de 1936 se desplazó por las lluvias, causando un gran peligro, que se contuvo sujetándola a la base con cables de acero. Y justo desde este Peñón hay también buenas vistas a la Plaza de las Tres Culturas y alrededores.

Otra panorámica recomendable, aunque fuera del centro histórico de Frigiliana y que personalmente no pudimos observar, es la del Mirador del Castillo. El Castillo de Frigiliana o de Lízar fue construido entre los siglos IX y XI en el cerro de la Sabina. Después de que Granada fuera conquistada por los Reyes Católicos en 1485, en Frigiliana se refugiaron los moriscos rebeldes procedentes tanto de Granada como de Málaga. Tuvo lugar entonces la batalla del Peñón de Frigiliana y, tras la victoria de los cristianos, la fortaleza fue destruida. Por ello hoy solo se conservan restos de los cimientos y muros, además de las buenas vistas.
Descendiendo desde el callejón del Peñón podrías tomar la ya mencionada calle Hernando el Darra y volver así al punto de inicio de esta ruta, pero antes conviene que te desvíes a la derecha hacia la calle Amargura, otra de las más famosas por su belleza en la localidad. Vista ésta, ahora sí, solo queda dirigirte a la calle Real primero y a la Plaza de las Tres Culturas después para cerrar este recorrido circular por Frigiliana.
Aunque varios restaurantes nos recomendaron, como La Bodeguilla, El Adarve, El Mirador o La taberna del Sacristán, no nos dio tiempo a comer en Frigiliana, aunque al menos sí pudimos probar el queso de cabra y el vino dulce, ambos productos típicos de la gastronomía local, en el Bar Vinos El Lagar.

Por último, te dejamos este resumen en vídeo de nuestra visita a Frigiliana. ¿Te hemos dado ganas de conocer este pueblo malagueño?