¿Aficionado al turismo subterráneo? Nosotros, un poco. En los últimos años hemos tenido la suerte de visitar impresionantes cuevas como Postojna y Skocjan en Eslovenia, Valporquero en León, El Soplao en Cantabria o la Gruta de las Maravillas en Aracena, Huelva. Así que cada vez que llegamos a un destino con algún sitio de interés en su subsuelo, allá que vamos. Y en nuestro viaje de 5 días a Málaga, visitar la cueva de Nerja se volvió uno de los imperdibles para nosotros.

Y es que la de Nerja es una de las cuevas más espectaculares de España, declarada Bien de Interés Cultural, Monumento Histórico Artístico y Lugar de interés geológico español de relevancia internacional. Su importancia es doble: tanto por las formaciones que alberga de estalactitas y estalagmitas como por los restos arqueológicos que se han encontrado, prueba de la ocupación humana de esta cueva durante 30.000 años, desde el Paleolítico Superior hasta el Neolítico.
Está ubicada en Maro, pedanía del municipio de Nerja, a unos 5 kilómetros de éste. Se encuentra a 750 metros del litoral, a unos 200 metros sobre el nivel del mar. Visitarla desde Málaga capital es muy fácil, dado que se encuentra a menos de 60 kilómetros de ésta. Hay incluso un autobús ALSA que las une.

La cueva de Nerja fue descubierta en 1959 por 5 vecinos de la zona, aunque la gruta en realidad empezó a formarse hace nada menos que 5.000 años.
Tiene una superficie total de 35.000 metros cuadrados pero solo 9.000 son visitables, las llamadas galerías turísticas. Éstas se subdividen a su vez en varias salas: sala de los Fantasmas, sala del Belén, sala de las Cascadas, sala del Cataclismo y sala de la Torca.

La más llamativa es la sala del Cataclismo, con casi 100 metros de largo y techos que alcanzan los 30 metros. Aquí se encuentra además la columna más grande del mundo, según el libro Guinnes de los Récords, de 32 metros de alto por 18 de diámetro.
El resto de la cueva de Nerja no es visitable y la componen las galerías altas y las galerías nuevas. En éstas hay formaciones geológicas incluso más impresionantes pero a día de hoy aún no son accesibles para verlas en persona.

Pese a lo llamativo de las estalactitas y estalagmitas, más valioso aún es el arte rupestre que guarda en su interior la cueva de Nerja. Curiosamente la gran mayoría de estas representaciones artísticas se encuentran en las galerías turísticas pero apenas son visibles al estar en zonas de difícil acceso y poco iluminadas para impedir que se dañen.
Para compensarlo, justo en la entrada a la cueva hay una sala con grandes paneles y fotografías explicativas sobre ellas: pinturas rupestres de caballos, ciervos, cabras, peces y otras formas abstractas. Datan de dos etapas históricas diferentes: Paleolítico Superior y Prehistoria Reciente.
Una lástima que no se puedan ver directamente por motivos de conservación. No obstante, en el Museo de Nerja puedes observar recreaciones en detalle de las mismas, así como los hallazgos arqueológicos encontrados en la gruta: una pulsera, un depósito funerario, una pieza con forma de pato…

La cueva de Nerja se puede recorrer por libre. La visita te llevará unos 50 minutos y puedes seguir las explicaciones de la app de audioguía gratuita descargable en tu móvil. Hay varias modalidades de entrada, no obstante, algunas combinadas con otras visitas turísticas, como el tren turístico de Nerja o el ya mencionado Museo, así que mejor consulta en su web antes de ir. En noviembre de 2023 la entrada general con audioguía costaba 16 euros por adulto.
El recorrido por la cueva se hace a través de unas pasarelas habilitadas a tal fin que salvan los desniveles existentes en las salas. Ello implica unos 400 escalones que impiden consecuentemente el acceso con silla de rueda o carrito de bebé. Tampoco se admiten mascotas. La iluminación es tenue. Y es la única cueva en la que he entrado y no he sentido frío: está a 19 grados, una temperatura más que agradable, probablemente porque está muy cercana a la superficie, apenas desciendes unos pocos metros a la entrada.

Lógicamente no está permitido tocar las formaciones geológicas ni dejar basura u objetos en el interior de la cueva. Sin embargo, a diferencia de muchas otras grutas turísticas, sí se permite sacar fotografías sin flash y vídeos.
El ticket a la cueva incluye así mismo la entrada a una Sala de Realidad Virtual que muestra los espacios no visitables de las otras galerías y las pinturas rupestres.

El exterior de la cueva está perfectamente acondicionado para los turistas con un restaurante y cafetería (se come muy aceptable allí), un parque infantil, una zona de pícnic, un pequeño jardín botánico y bonitas zonas ajardinadas. Si llegas en coche puedes aparcar en su amplio parking por 2 euros al día.