España es mucho más que turismo de playa y ya todo el mundo lo sabe: historia, gastronomía, cultura, arquitectura, naturaleza… Muchísimos atractivos que nosotros mismos vamos descubriendo poco a poco y procuramos contarte en el blog. Pero quizás no sepas que también es una potencia en turismo subterráneo: nuestro territorio nacional cuenta con grutas y cuevas maravillosas de gran valor geológico además de una belleza sorprendente, de ésa que no estás tan acostumbrado a ver. Pudimos comprobarlo en la cueva del Soplao en Cantabria, en la Cueva de los Verdes en Lanzarote y más recientemente, en León.
La cueva de Valporquero es la más joven de Castilla y León con “solo” 1 millón de años (sí, las cifras en términos geológicos son una locura). Se ha formado por la acción de las aguas del arroyo Valporquero sobre la roca caliza de la montaña leonesa (sí, de nuevo la caliza, esa hacedora de milagros). El resultado de esta labor lenta y paciente es la maravilla que se puede visitar hoy.
En su interior se observan formaciones geológicas como coladas, estalactitas, estalagmitas, columnas, banderas, incluso alguna excéntrica, repartidas en 7 salas en el nivel superior, accesible a pie. El nivel inferior, por donde el agua transcurre con más fuerza, también se puede recorrer pero requiere de mayor preparación, ciertos requisitos y solo puede hacerse con empresas de multi aventura.
La cueva de Valporquero se encuentra a 47 kilómetros de la capital leonesa, a 1.300 metros de altura, bajo el pueblo del mismo nombre. El camino desde León, de apenas una hora en coche, atraviesa las Hoces de Vegacervera y asciende después hacia Valporquero por una estrecha carretera. Las vistas durante este trayecto no dejan indiferente: disfrútalas porque son el inicio perfecto para lo que luego te espera en el interior de la cueva.
La cueva se mantiene a una temperatura constante durante todo el año de 7 grados, pero con mucha humedad, conviene abrigarse. Es visitable únicamente de marzo a diciembre, siendo las épocas más recomendables la primavera y el otoño, con las lluvias, cuando más agua puede haber en el interior.
Tienes tres opciones para conocerla:
En todos los casos, está prohibido tocar las formaciones, salirse del camino marcado y hacer fotos con flash. Lo que el agua ha tardado un millón de años en crear, no lo destruyamos nosotros en un segundo de mala cabeza.
Y si tras la visita a la cueva te entra hambre, vuelve a descender la carretera por la que llegaste hasta encontrar el restaurante Las Cuevas: cocina tradicional de esta zona de León, con los productos típicos que se han consumido siempre aquí, en un local precioso, decorado moderno y con vistas a la montaña. ¿Apetece una ración de cecina? Y si te quedas con hambre, no te pierdas nuestro post más gastronómico sobre León.
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