Teníamos muchísimas ganas de conocer Matera, la tercera ciudad habitada más antigua del planeta, Capital Europea de la Cultura en 2019 y una de las más bellas de Italia. Por ello aprovechamos el viaje a Puglia, Apulia en castellano, para acercarnos a conocerla. Matera pertenece a la región de Basilicata pero está a solo 50 minutos en coche del aeropuerto de Bari en el que aterrizamos. Por ello acercarse a Matera cuando planeas un viaje por Puglia es muy frecuente, como vimos en la web amiga Un blog de Palo.
Matera es especial por muchos motivos. En primer lugar ha estado habitada ininterrumpidamente desde el Paleolítico hasta hoy, ¡10.000 años de existencia! Por eso es de las ciudades más antiguas del mundo. En segundo lugar, tiene una ubicación privilegiada, en altura y rodeada de un parque natural (la Murgia). Por último, su centro histórico es bellísimo, para perderse en él de día y de noche. Precisamente para comprobarlo aconsejamos muy mucho pasar al menos una noche en Matera.
Por todas estas razones a lo largo de su historia ha sido lugar de rodaje de grandes superproducciones, como “Ben Hur” o “La Pasión de Cristo” de Mel Gibson. Pero ha sido la última película de la saga 007 la que la ha lanzado más aún a la fama internacional. Incluso hay tours para visitar las localizaciones concretas que aparecen en el filme de James Bond.
Sin embargo, la mayor atracción turística, con permiso de 007, son los “sassi di Matera”. Se trata de las cuevas excavadas en las colinas rocosas del centro de la ciudad, auténticas casas cueva situadas en un laberinto de calles, con un complejo entramado hidraúlico de cisternas, que han sobrevivido desde el siglo VI hasta nuestros días. Y es que todas estas estructuras, construidas básicamente por campesinos y pastores, estaban inteligentemente dispuestas para recoger todo el agua posible. Una proeza de ingenieria.
Lamentablemente en pleno siglo XX unas 50.000 personas seguían viviendo en los sassi prácticamente como en época medieval, sin las medidas mínimas de salubridad, lo que convirtió a Matera en la vergüenza de Italia por sus condiciones poco higiénicas y salubres. Los sassi fueron desalojados entonces pero poco a poco se fueron rehabilitando y mejorando sus infraestructuras y así, desde 1993, los sassi de Matera son Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Pero no solo las cuevas se usaron como viviendas. Aquí se construyeron en la Edad Media numerosas iglesias y capillas excavadas también en la roca y decoradas con frescos bizantinos, tanto en los sassi como en el cercano Parque de la Murgia Materana. Se las conoce popularmente en conjunto como “las iglesias rupestres de Matera”: hay unas 150, algunas se remontan al siglo VIII y merece la pena entrar en alguna al menos. Lógicamente son más accesibles las que están en el núcleo urbano de Matera que las de la Murgia y por eso solo visitamos de las primeras.
Antes de seguir, situémonos en el mapa. La Civita es la parte más antigua de Matera, construida en el siglo VI y situada en el punto más elevado de la ciudad, con la Catedral como edificio más destacado. En torno a ella, ocupando sendos valles en una posición más baja están los dos sassis: el Sasso Caveoso, el más antiguo con más cuevas e iglesias, y el Sasso Barisano, al otro lado de la ciudad, orientado al norte, hacia Bari (de ahí su nombre). Ambos se crearon entre los siglos VI y XII. Y completa el centro histórico de Matera el Piano, desarrollado durante los siglos XVII y XVIII en torno a la Piazza Vittorio Veneto con palacios e iglesias barrocas. Más alla de esto se extiende la ciudad moderna materana, desde el reciente siglo XX, y el ya mencionado Parque de la Murgia.
Nosotros limitamos nuestro recorrido al centro histórico: ambos Sassi, Civita y Piano. Aunque nos quedamos con muchas ganas de descubrir la Murgia, ideal para realizar rutas de senderismo mientras conoces iglesias rupestres y disfrutas de las vistas sobre Matera. Como primera toma de contacto contratamos una estupenda visita guiada de 2 horas y media para conocer lo esencial de la ciudad (recomendamos hacerlo para entender mejor lo que ves) y a partir de ahí ya movernos a nuestro aire.
Algunas de sus cuevas están deshabitadas y prácticamente tal y como quedaron cuando se abandonaron, aún se ven obras y grúas trabajando, sobre todo en el Caveoso. Pero la gran mayoría han sido rehabilitadas como alojamientos, restaurantes, tiendas… e incluso casas museo. En ellas, a cambio de un módico precio, puedes conocer in situ la historia de los sassi y comprobar cómo se vivía en ellos: Casa Grotta del Casalnuovo, Casa Grotta di Vico Solitario, Casa Cisterna, Casa Noha, Casa Cava… Nosotros estuvimos en Casa Grotta Narrante como parte del tour guiado que hicimos.
Como ya mencionamos antes, también hay numerosas iglesias rupestres:
Para las 3 primeras iglesias rupestres de la lista (Santa Maria d’Idris, Santa Lucia alle Malve y San Pietro Barisano) existen entradas combinadas con descuento. Si solo visitas una de ellas el precio individual es de 4 euros; si compras el ticket para dos, cuesta 7 euros; y si adquieres el combinado de las 3, el coste es 8 euros. También hay una city card, válida durante 48 horas por 18 euros que permite el acceso a las iglesias rupestres Sant’ Antonio Abate y Madonna delle Grazie, a los Museos della Bruna y Raconti en Pietra, a la Casa Grotta Narrante y a la Casa Cava.
También iglesia, pero no rupestre, es la de San Pietro Caveoso, una de las más antiguas de Matera, construida en el año 1218 en la plaza principal del barrio, justo sobre el precipicio del barranco. Desde ella hay una bonita panorámica (vimos un atardecer glorioso) y puedes entrar gratis.
Por último, no dejes de pasear por la Via Madonna delle Virtú, que recorre el perímetro del Sasso Caveoso con estupendas vistas, y la Via Bruno Buozzi, que atraviesa este barrio y cuenta con numerosas terrazas.
Es inevitabla pasar por esta parte del centro histórico, te lo aseguramos, pero te indicamos los lugares imprescindibles:
El epicentro de este barrio es la Piazza Vittorio Véneto. Aquí se encuentra el Palombaro Lungo, una antigua cisterna natural de piedra que servía de depósito para almacenar las aguas fluviales. Tiene 18 metros de altura y capacidad para 5 millones de litros. Se puede visitar su interior (unos 30 minutos) por 3 euros.
También en Piano se sitúan el Museo Nazionale di Matera – Sede Ridola y el Museo Nacional de Arte Medieval que ocupa el bonito Palazzo Lanfranchi, del siglo XVII (lástima que justo lo pillamos en obras con bonitos andamios ocultando su fachada).
En 2019, dentro de las actividades promovidas con motivo del nombramiento de Matera como Capital de la Cultura Europea, se montó en el complejo rupestre Madonna delle Virtu e San Nicola dei Greci una exposición sobre Salvador Dalí titulada “La persistencia de los opuestos. Adicionalmente a esta muestra se colocoran por las calles de la ciudad esculturas creadas basándose en dibujos de Dalí. Aún hoy puedes ver ambas, esculturas y exposición, si visitas Matera.
Al estar situada en un relieve tan abrupto e irregular, buscar los puntos con las mejores vistas de Matera es otra atracción turística en sí misma. Los miradores más recomendables son:
Nos alojamos una noche en Stone Rooms, a escasos metros de la Catedral y literalmente al lado del Museo de las Cuevas de Matera. De hecho los dueños son los mismos y por alojarte con ellos te regalan la entrada al museo. Estuvimos una noche en habitación doble por 80 euros.
Cuentan solo con 3 habitaciones disponibles y son subterráneas, ocupan lo que era una antigua cisterna, muy originales. No tienen opción a desayuno pero hay una pequeña cocina compartida con nevera y máquina de café. Tampoco cuentan con parking privado. Es fácil encontrar aparcamiento en las calles de alrededor pero de pago (0,70 euros la hora).
En Matera empezamos a disfrutar de la estupenda gastronomía pullesa, de la que te hablamos largo y tendido en este post, goce que continuaríamos durante el resto del viaje por Puglia, a la vez que pudimos catar algunos productos específicos materanos, como su famoso pan. En general fue una gran sorpresa lo bien que comimos. Te dejamos la lista de bares y restaurantes donde estuvimos.
El pan de Matera es famoso en toda Italia, tanto por su estupendo sabor como por su resistencia, pues aguanta mas de 10 dias. La receta es simple: trigo duro, levadura, agua y sal. Hasta los años 60 cada familia materana lo hacía en su casa y lo llevaba a hornos comunes. En la actualidad puedes comprarlo en las numerosas panaderías de la ciudad o catarlo en sus restaurantes. Damos fe de que está realmente bueno.
Por último, te dejamos las direcciones exactas de todos los sitios mencionados en el post en este mapa.