Pasear por Córdoba es pasear por la historia de España y su pasado marcado por el cruce de distintas culturas. Romanos y árabes dejaron su impronta en esta ciudad que llegó a ser la más grande y culta del mundo en el siglo X, durante la época musulmana, como el Gran Califato de Córdoba. Su impresionante mezquita – catedral, el puente romano que ha sido escenario de la serie Juego de Tronos y sus famosos patios justifican la visita, ¡pero hay más! ¿Te vienes con nosotros de fin de semana?

La visita imprescindible es por supuesto la Mezquita. Si has estado en Estambul o alguna otra ciudad con mezquitas islámicas, la de Córdoba te sorprenderá en extremo: no tiene nada que ver. La mezcla resultante de lo que se conserva de la mezquita construida en el siglo VII más la basílica cristiana que se construyó a partir del siglo XIII, tras la expulsión de los árabes, resulta sorprendente. No en vano es junto con la Alhambra el monumento más importante que se conserva del Al-Andalus y es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco (igual que el resto del centro histórico cordobés). Se puede visitar de día (10 euros la entrada), de noche y también es posible subir a su torre. Si es cuestión de elegir, nos quedamos con su Patio de Naranjos y con el bosque interior de 1.300 columnas y arcos en forma de herradura, multicolores, de mármol, jaspe y granito.

Sala con los arcos de herradura en el interior de la Mezquita - Catedral de Córdoba

Probablemente el segundo monumento más popular de la ciudad, sobre todo tras convertirse en Volantis para la archiconocida serie Juego de Tronos, es su puente romano. Data nada menos que del siglo I y durante 20 siglos fue el único puente sobre el Guadalquivir a su paso por Córdoba. Pasear por él desde la torre de Calahorra hacia el barrio de la Catedral, con la vista de la Mezquita al frente es un placer.

Vista del barrio de la Judería y la Mezquita de Córdoba desde el puente romano sobre el río Guadalquivir

El Alcázar de los Reyes Cristianos está edificado sobre una fortaleza militar andalusí. Como construcción de origen militar, por tanto, su aspecto exterior es sobrio y contundente con sus torres y murallas. Sin embargo, el interior alberga unos preciosos jardines y patios, ya más propios de un palacio del que disfrutaron, entre otros, los Reyes Católicos durante los 10 años que residieron en Córdoba mientras preparaban el asedio al Reino de Granada. El Alcázar es accesible al público, incluidos los salones interiores, y los jardines también se pueden visitar de noche, gracias a su iluminación nocturna.

En el barrio de San Basilio de Córdoba todas las ventanas están llenas de flores y macetas

Otros lugares por los que no debes dejar de pasar son la Plaza de los Capuchinos, con el Cristo de los Faroles, preferentemente al anochecer para verlos encendidos; la Calleja de las Flores, bellamente adornada con macetas y desde donde se puede obtener la tipiquísima foto de la torre de la Mezquita entre flores; la Plaza de la Corredera, única Plaza Mayor cuadrada (muy del estilo castellano) en Andalucía; o la Calleja del Pañuelo, tan estrecha que en su parte más angosta mide lo mismo que un pañuelo extendido (50 centímetros). ¡Todos están indicados en nuestro mapa para que no te pierdas!

La torre de la Mezquita, vista entre flores y macetas desde la Calleja de las Flores, Córdoba

Pero si hay un momento idóneo para ir a Córdoba es en mayo, en plena primavera, cuando se celebra la Fiesta de los Patios. Se trata de un concurso en el que los participantes abren a los visitantes sus patios, adornados con flores y convertidos en auténticos jardines multicolores para que todos podamos disfrutarlos y tomar conciencia de su importancia, pues son Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco. ¡Aquí te contamos nuestra experiencia durante el Concurso de Patios! Y si no puedes cuadrar tu estancia con este evento, algunos patios permanecen abiertos todo el año y por tanto se pueden visitar fuera de las semanas del concurso.

Estatua de un hombre y un niño colocando macetas de flores en una pared en las calles de Córdoba

Si buscas alojamiento, el Mayflowers Hostel, en la calle paralela a San Basilio, es un albergue en una casa tradicional cordobesa reformada con una decoración sobria y elegante (predomina el color blanco). Cuenta con dormitorios compartidos pero también con habitaciones privadas. Muy tranquilo, con muchos huéspedes internacionales y recomendable.

Otro motivo para visitar Córdoba, sin duda, es su gastronomía: flamenquines, salmorejo, ajoblanco, rabo de toro… ¡Ir de bares  es un gustazo! Además, en todos tienen para elegir cada plato entre ración, media ración y tapa, para que no haga falta ser un grupo grande de comensales si quieres probar un poco de todo. Nuestras recomendaciones:

  • Taberna Bar Santos. Las mejores tortillas de Córdoba. O al menos las más grandes. O quizá las más famosas. Este bar-de-toda-la-vida ocupa un local estrechísimo junto a los muros de la Mezquita, está siempre a rebosar y la gente toma en la propia calle la bebida y, siempre, el pincho de tortilla.
  • Bodegas Mezquita. Muchos y buenos vinos (el negocio empezó en realidad como distribuidor de vinos y licores) y comida tradicional cordobesa, en un local muy grande y muy andaluz.
  • Casa Mazal. Está en la Judería y su cocina es sefardí (judeo-española) y andalusí (arábigo-andaluza): ¡no perderse las berenjenas con miel! El espacio que ocupa es precioso, con un patio interior muy cuidado y salones decorados al detalle. Y por si fuera poco, suele haber música en directo: cenamos escuchando un concierto de violín.
  • Taberna La Viuda. En San Basilio, el barrio tradicional de los patios, está este restaurante de gastronomía cordobesa que nos recomendaron los compis del blog TragaViajes. Aconsejable probar la mazamorra y el flamenquín de rabo de toro. Y si te gusta el gin tonic, tienen su propia ginebra.
  • Taberna Casa el Viejo. Muy cerca del anterior, también en San Basilio y también con platos típicos locales. Si quieres probarlos, tendrás que sentarte en mesa (no sirven comida en la barra).
  • Taberna Luque. Próximo a la calleja de las Flores, en un local muy pequeño con las mesas contadas, se encuentra esta joya: necesitarás reservar pero merecerá la pena. La cocina es fabulosa y la atención, de reyes. Tienen su propio aceite, cualquier plato está delicioso, pero recuerda dejar un hueco para probar sus postres.

¿Te hemos convencido ya para visitar Córdoba? ¿O quizá para regresar? Desde luego, nosotros ya estamos deseando volver…

Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0

7 Comment on “Un fin de semana en Córdoba

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