Son incontables las veces que nos han recomendado visitar las islas Cíes. Y por fin, encontramos el momento de hacerlo en este (loco) verano de 2020. Veredicto: qué tontos hemos sido de no venir antes. ¡Menudo paraíso tienen en Galicia!
Las Cíes forman parte del Parque Nacional de las Illas Atlánticas junto a otros 3 archipiélagos: Ons, Sálvora y Cortegada. Nombrado Parque Nacional en 2002, ocupa más de 8.000 hectáreas de extensión, entre Pontevedra y A Coruña, de las que solo el 14% es terrestre. Es un Parque eminentemente marítimo y esto ya hace que conocerlo sea una experiencia muy distinta.
El archipiélago de las Cíes se ubica frente a la ría de Vigo (a tan solo 14 kilómetros de tierra firme) y lo componen varios islotes menores y 3 islas principales: la isla norte o de Monteagudo, la del medio o del Faro y la sur o de San Martiño. Las dos primeras están unidas por la impresionante playa de Rodas y son las que se pueden visitar de manera regular (en este post te explicamos cómo), mientras que la de San Martiño solo es accesible en barco privado.
Las Cíes, junto con Ons y Sálvora, salvaguardan la costa de las Rías Baixas gallegas, haciendo de frontera natural frente al salvaje océano. Por ello es increíble el contraste entre el área oeste, mirando al Atlántico, con abruptos acantilados, y el área este, orientada hacia Vigo, mucho más protegida y con paradisíacas playas de arena blanca. Entre medias, un paisaje de bosques y matorrales.
Nos llamó la atención que uno de los árboles predominantes es el eucalipto, originario de Australia y que no esperas encontrar en un Parque Nacional español. En los 70 y 80 se replantaron las Cíes con eucaliptos y acacias africanas, especies que se adaptaron bien y progresaron, pese a no ser las más recomendables para estas tierras. Desde hace unos años se lleva a cabo un proyecto de eliminación de estos árboles para sustituirlos por otros más adecuados: pinos, madroños y abedules. De hecho, ya hay áreas en la isla de Monteagudo en que puede observarse este proceso (si te interesa el tema, más información aquí).
Las reinas de las Cíes son las aves marinas: gaviotas sobre todo pero también cormoranes. De hecho constituyen una de las principales colonias de cría de estas especies: por ello verás en muchos puntos carteles advirtiendo de que no se las debe molestar ni traspasar ciertos puntos para salvaguardar sus nidos. También se pueden observar varios tipos de reptiles: si tienes suerte podrás ver al lagarto ocelado, de bonitos colores verdes y amarillos.
La única vía posible es el barco. En temporada alta (Semana Santa y del 15 de mayo al 15 de septiembre) existen servicios regulares por parte de varias navieras que unen las Cíes con Vigo y otras localidades costeras. El resto de año solo se puede acceder en embarcación privada, para lo cual tendrás que solicitar la correspondiente autorización de fondeo.
A nivel individual también para entrar a las Cíes necesitas contar con un permiso administrativo de la Xunta y el acceso está limitado a un máximo de 2.200 personas por jornada. Si tu plan es ir y regresar en el día, deberás solicitar tú mismo dicho permiso (puedes hacerlo online en este enlace). Si te quieres alojar allí la única alternativa es su camping y haciendo la reserva en él, gestionarán el trámite en tu nombre (en este post te contamos cómo fue nuestra estancia de dos noches aquí).
En un caso y otro, recibirás vía e-mail en unos días la pre-autorización para entrar al Parque con un código. Éste es imprescindible para adquirir los billetes del barco con cualquiera de las navieras existentes: el proceso de reserva requiere introducir dicho código. Tras la compra, te llegará otro correo con el permiso oficial de la Xunta, en formato QR, y un PDF con instrucciones sobre las normas a respetar en tu visita, información de las islas y un útil mapa como éste (clicando en la imagen accedes al folleto explicativo también).
Es importante resaltar que las Cíes son un Parque Nacional y como tal deben respetarse las medidas de protección establecidas. Allí no hay papeleras, con lo que tienes que traer tus residuos de vuelta de las islas. No debes molestar a los animales (recuerda: tú eres el que está de visita, ellos están en su casa) ni salirte de los caminos marcados ni coger piedras u otros elementos naturales como recuerdo. Por supuesto, está prohibida la pesca así como encender fuego o pernoctar fuera del camping oficial.
Hay varias navieras que operan distintas rutas a las Cíes y con diferentes horarios. La mayoría parten de Vigo, aunque también hay desde otros puertos como Baiona, Cangas, Portonovo… Los primeros servicios salen de la Península temprano (a partir de 9 de la mañana) y los últimos parten de las islas ya entrada la tarde (hasta las 20.30), con frecuencias cada 2 – 3 horas aproximadamente.
En cualquier caso, lo mejor es que compares la oferta concreta de cada naviera para encontrar la que más te interese. Nosotros elegimos la empresa Cruceros Rías Baixas porque eran los horarios que mejor nos cuadraban: ida desde Vigo a las 9.40 de la mañana y vuelta, dos días después, a las 10.30 (debíamos continuar viaje en coche así que preferíamos regresar temprano).
Aunque hagas la reserva online, debes recoger los billetes impresos en las taquillas del puerto 30 minutos antes de la salida. Para subir al ferry deberás presentar el QR con el permiso de acceso a las Cíes. El trayecto tiene una duración de media hora aproximadamente.
Todas las navieras atracan en el mismo embarcadero, en la isla del medio, directamente junto a la playa de Rodas (entrando por la puerta grande, que se dice). La visión según el barco se va aproximando es deslumbrante.
2020 no es un año que pueda servir de medida en cuanto a turismo y masificación, así que no tuvimos ningún problema para reservar ni camping ni barco con menos de un mes de antelación. De hecho, según leímos, la mayoría de trayectos de las navieras estaban disponibles de un día para otro. Sin embargo, en veranos anteriores no ha sido así y conseguir tanto el permiso de la Xunta como el ticket del barco requería de cierta previsión.
¿Y qué hacer una vez llegas a las Cíes? Fundamentalmente, disfrutar de sus playas y de sus rutas de senderismo.
En total hay 8 playas en las islas de Faro y Monteagudo. Nosotros te hablamos de las 3 principales más visitadas, pero hay otras más pequeñas y difíciles de acceder (aquí la lista completa). No decimos nada nuevo al confirmar lo sorprendente que es encontrarse con playas de aguas turquesa y arena blanca, como si estuvieses en pleno Caribe (aunque la temperatura del Atlántico te saca rápido de la confusión).
Las playas de las Cíes son de arena blanca y fina, formada por granos de cuarzo de miles de años de antigüedad. El cuarzo proviene de la erosión del granito, la roca más abundante en las islas. El cuarzo es muy resistente y por ello ha persistido hasta hoy en estas costas.
La playa de Rodas puso en el mapa las Cíes a nivel mundial cuando The Guardian la nombró “la mejor del mundo” en 1997. Tiene más de un kilómetro de extensión, forma de concha y está junto al embarcadero al que llegan los barcos. Es imposible no verla y, por tanto, es la que más bañistas concentra. Es innegablemente bella pero, por ponerle un pero, tener tan cerca, justo en frente, la ciudad de Vigo, le resta un poco de encanto.
Junto a la playa de Rodas está el Lago, un área de agua tranquila, protegida por un dique, formando una especie de piscina natural para disfrute de las especies marinas locales (no puedes bañarte). Atento cuando camines sobre el dique porque el agua es tan transparente que permite ver sin dificultad un montón de peces: nosotros incluso vimos una sepia y un centollo.
Caminando desde el embarcadero y pasando ya a la isla de Monteagudo se encuentra una zona de pinos y dunas que da acceso a la playa de Figueiras. Es más pequeña que la de Rodas, hay menos superficie de arena disponible, pero los árboles dan sombra por la tarde (impagable si el calor aprieta). Aviso a navegantes: en esta playa se practica nudismo.
Por último, la más pequeña de las 3 y nuestra favorita: Nosa Señora. Tendrás que caminar unos 20 minutos desde el embarcadero, dirección al Faro de Cíes, para encontrarla, pero merece la pena. Si no llegas temprano, quizá no quede sitio para poner la toalla, pero al menos no dejes de acercarte a observarla porque es realmente bonita. Además, es la playa en la que tuvimos más sensación de “paraíso remoto”, al estar orientada hacia la más aislada isla de San Martiño.
Tanto Figueiras como Nosa Señora son recomendables para hacer snorkel, sobre todo en las zonas próximas a las rocas, donde puedes ver muchos peces, alguna estrella de mar y, con suerte, incluso un pulpo.
¿Y cómo están las Cíes en cuanto a instalaciones y servicios? Hay tres restaurantes y un merendero, todos en la isla de Faro. El primer restaurante está justo en el embarcadero. En el área del camping hay un segundo, con dos tipos de oferta: la tradicional con camareros atendiendo en mesa y la de auto servicio en que tú mismo recoges los platos con tu bandeja. La comida es exactamente la misma, sale de la misma cocina, y simplemente hay una pequeña rebaja en el precio si optas por el self-service. Por último, pasando el camping en dirección al faro encuentras un tercer restaurante y un merendero con un pequeño local donde venden bocadillos y bebidas (aquí, a diferencia de los anteriores, solo puedes pagar en metálico). Los platos y precios de los 3 restaurantes son bastante similares: no son baratos pero tampoco excesivos y las raciones son abundantes. Por rapidez, siempre comimos en el restaurante del camping, opción auto servicio, y quedamos satisfechos. En el camping también encuentras aseos, duchas (solo para uso de los campistas), un bar con terraza para tomar algo (no comer) e incluso una tienda por si necesitas comprar bebida, comida o algún producto de primera necesidad.
¡No todo va a ser tumbarse al sol! No puedes irte de las Cíes sin recorrer al menos una de las 4 rutas propuestas. Todas parten de la caseta de información junto al embarcadero y todas son lineales (haces la ida y vuelta por el mismo camino). Cada una está identificada con un color y hay señalizaciones constantes con lo que es imposible perderse. Son sencillas, si bien requieren de ir con calzado cómodo (no te vayas en chanclas playeras).
Ruta al Faro de Cíes. Ruta amarilla, 3.5 km. Es la más frecuentada y eso que es la más difícil, dado que subes hasta el punto más alto que puedes visitar en las islas, el Faro principal de las Cíes. El premio son las espectaculares vistas de la isla San Martiño, a un lado, y de los acantilados golpeados por el mar, al otro. En el camino, merece la pena tomar el desvío a la Pedra da Campá, una roca horadada en forma de ventana por la erosión del viento y la sal.
Ruta al Faro da Porta. Ruta verde, 2.6 km. Comparte el camino inicial de la anterior, siendo mucho más sencilla al no presentar su desnivel. Permite disfrutar por tanto de una bonita panorámica también de la isla de San Martiño y, antes, de la playa de Nosa Señora.
Ruta al Alto do Príncipe. Ruta azul, 1.7 km. En nuestra opinión, las vistas más espectaculares de las Cíes las tienes desde este mirador natural de roca: se observa perfectamente la unión entre las islas norte y media con la playa de Rodas y el Lago. Además, nada más empezarla, pasas junto al área de dunas de Figueiras, para admirar otro tipo de paisaje.
Ruta de Monteagudo. Ruta roja, 2.5 km. El inicio de esta ruta coincide con la anterior, pasando también por la zona de Figueiras. Culmina en el Faro do Peito, pero lo más interesante, para nosotros, es el desvío al punto de observación de aves, con una panorámica bellísima de la ría de Pontevedra.
Hicimos las 4 rutas, cosa que nos pudimos permitir al pasar allí dos días. Pero si tuviésemos que elegir una, nos quedaríamos con la del Alto do Príncipe, sobre todo si puede ser coincidiendo con el atardecer (contradiciendo a todo el mundo dado que en realidad la más popular es la del Faro de Cíes).
El griego Ptolomeo las apodó “las islas de los dioses”. Los romanos también pasaron por ellas: cuenta la leyenda que incluso Julio César las conoció. Durante el medievo un par de monasterios se instalaron aquí y en siglos posteriores sufrieron los ataques de piratas, incluyendo el mítico Francis Drake. Las Cíes quedaron definitivamente deshabitadas a mediados del siglo XX. Hoy su actividad es eminentemente turística y se promueve su candidatura para ser nombradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Nostros vamos este domingo 👏👏👏👏 es un lugar que nos encanta aunque el fin de semana… se llena un poco 🤦🏻♂️ un abrazooo