Visitamos Bosnia como parte de nuestro road trip de un mes desde España por el norte de los Balcanes. Un viaje en el que pisamos muchos países y recorrimos muchos kilómetros. Pero como el tiempo es finito, en cada lugar tuvimos que elegir. Así pues solo planificamos 3 días en Bosnia y decidimos concentrarlos en la ciudad de Mostar y alrededores. Creemos que fue tiempo suficiente para ver lo mejor de esta zona, pero, lógicamente, nos quedó pendiente el resto del país, que es mucho. Tomamos como referencia para organizarnos el blog amigo Nada incluido, que es un auténtico experto en Bosnia y Herzegovina.

Vista nocturna del Puente Viejo de Móstar
Vista nocturna del Puente Viejo de Móstar

Para cruzar de Croacia a Bosnia y viceversa hay que pasar 2 controles fronterizos, en cada sentido, uno por cada país. Solo hay que enseñar los documentos de identidad o pasaportes de los pasajeros, sin necesidad de bajarse del coche, pero en ocasiones se forman grandes colas con sus correspondientes largas esperas por la gran afluencia de automóviles, sobre todo en los controles más transitados. En Bosnia no aplica el roaming de la Unión Europea con lo que el coste de llamadas y datos móviles es alto. Recuerda por tanto desactivar la conexión a Internet en tu teléfono salvo que compres una SIM local (nosotros lo hicimos en la primera gasolinera que encontramos tras cruzar la frontera: 4 Gigas por 3,5 euros).

Llegamos a Mostar desde Zagreb en coche, en nuestro coche, como nos movimos todo este road trip balcánico. El camino más rápido entre estas dos ciudades, el que te aconseja Google Maps, es de 5 horas y media de conducción, yendo por Croacia. Dado que ya conocíamos esta zona, elegimos la vía más larga que atraviesa Bosnia desde el norte, de 7 horas y media (en base a esto creemos que en este país no existen las autovías o al menos no vimos ninguna en nuestro trayecto). Esto nos permitió disfrutar de los paisajes bosnios desde el automóvil, cien por cien recomendables, y hacer una parada rápida en Jajce, ciudad que se sumó por tanto a nuestro itinerario.

Jajce es una ciudad medieval bien conservada con una importante fortaleza del siglo XIII – XIV. Recorrer el centro amurallado es un bonito paseo. Aunque lo más destacado de Jajce está fuera de sus murallas y es la cascada Pliva, de 17 metros de altura, situada junto a una de las puertas de acceso al centro histórico. No obstante, lo que más nos gustó de Jajce está incluso más lejos y son sus molinos de agua, ubicados a unos kilómetros de la ciudad. El río Pliva forma un lago antes de llegar a la ciudad de Jajce y dar lugar a la cascada antes mencionada y justo en ese punto se encuentran 20 antiguos molinos de agua, construidos en la época de la ocupación otomana. La estampa de estos en el paraje natural de cascaditas a su alrededor es realmente bonita.

Mostar

Dedicamos los dos primeros días a Mostar y el tercero a excursiones varias a lugares cercanos (esta actividad guiada es ideal para combinar todas estas visitas que mencionaremos, por cierto). En Mostar todo gira en torno a su Puente Viejo (Stari Most). Levantado en el siglo XVI por orden del sultán otomano Sulimán El Magnífico, para reemplazar al de madera que había en el mismo lugar, fue volado en 1993 durante la Guerra de los Balcanes y reconstruido bajo la supervisión de la Unesco.

El Puente Viejo de Mostar visto desde la orilla del río Neretva
El Puente Viejo de Mostar visto desde la orilla del río Neretva

No es de extrañar, por tanto, que media ciudad esté llena de miradores desde los que observar al icónico puente:

  • El puente Lucki, sobre el río Neretva como el puente Viejo, pero a unos cientos de metros de él, proporciona una muy buena panorámica, casi frontal, aunque algo alejada, que abarca tanto el famoso puente como el resto de la ciudad.
  • La explanada situada al final de la calle Ibrahima Kresse permite ver el puente desde una mayor proximidad, desde la orilla izquierda del Neretva.
  • La llamada playa de Mostar está justo a los pies del puente Viejo, en el lado izquierdo, con lo que lo ves desde muy cerca. Es además una zona muy animada con mucha gente bañándose, tomando algo o cogiendo embarcaciones que llevan río arriba y río abajo.
  • En la orilla contraria a la playa está el trampolín de los saltadores, una estructura sobre el Neretva desde la que se lanzan a sus aguas los más valientes. No logramos encontrar el camino para acceder a él así que no sabemos si es realmente un mirador que valga la pena.
  • No sólo desde la playa hay buenas vistas: desde muchos otros sitios en ambas orillas del río Neretva puedes encontrar buenas panorámicas y en soledad.
  • Igualmente a la largo del curso del Neretva, en ambas riberas de río, hay numerosísimas terrazas de bares y restaurantes que se venden como poseedoras de las mejores vistas del Puente Viejo. Obviamente no las comprobamos todas pero damos fé de que sí merece la pena la del Seccer Look Caffe.
  • El Minarete de la mezquita Koski Mehmed Pasha es el mejor mirador, en nuestra opinión. La entrada a la mezquita y a su jardín (desde el que también hay una buena panorámica) cuesta 4 euros, 7 euros con la subida al minarete. No hay que recorrer muchos peldaños para alcanzarlo pero es muy muy estrecho y te cruzas otros visitantes subiendo y bajando sin apenas espacio. Pese a ello, recomendamos subir y disfrutar de las vistazas.
Vista de Móstar desde el minarete de la Mezquita Koski Mehmed Pasha
Vista de Móstar desde el minarete de la Mezquita Koski Mehmed Pasha

Cruzar el puente Viejo es así mismo obligado y en uno de sus extremos está la torre Halebija que actualmente funciona como museo.

El Antiguo Bazar estaba en la actual calle Kujundziluk, que se sitúa a lo largo de una de las orillas del río desde el Puente Viejo. Hoy en día aquí hay muchísimas tiendas, restaurantes, puestos de venta de productos varios y buenas vistas al puente también.

El casco antiguo de Mostar se extiende en torno al Puente Viejo. De origen otomano, es uno de los centros urbanos más bonitos de la antigua Yugoslavia. Es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco junto con el Puente Viejo y el Puente Curpija (literalmente, Puente Torcido). Además de sus construcciones, en el barrio antiguo destacan las cascadas que forma el río Radobolja, que termina en el Neretva. Desafortunadamente hay tantos hoteles, apartamentos, terrazas y bares que es casi imposible apreciar la arquitectura original de sus casas y calles, además de ser un poco agobiante pasear por él.

Centro histórico de Mostar con el Puente torcido en primer término
Centro histórico de Mostar con el Puente torcido en primer término

A pesar de que hay muchísimos restaurantes en Mostar, o precisamente por eso y por la cantidad de locales turísticos, solo comimos en dos, aunque ambos aconsejables: Restoran Emen y Vrata Orijenta.

¿Conoces el burek? Es una especie de empanada enrollada en espiral y con distintos rellenos, generalmente carne, muy típica en Bosnia y considera de los mejores tipos de comida callejera del mundo. Dependiendo del relleno, cambia su nombre: sirnia, de queso; zeljanica, de espinaca y queso; krompirusa, de patata. Puedes comprarlo por trozos, muy barato, en panaderías locales.

Burek, empanada típica de Bosnia
Burek, empanada típica de Bosnia

Cascadas Kravica

A solo 50 minunos en coche de Móstar está el paraje natural probablemente más popular de todo Bosnia. Si no quieres o puedes conducir, puedes llegar en una excursión guiada como ésta. Las cascadas Kravica han sido formadas por el río Trebižat a su paso por el territorio cárstico: sí, el mismo fenómeno natural que ha dado lugar a los lagos de Plitvice en Croacia o a las cuevas Skocjan y Postojna en Eslovenia. El resultado es un paisaje de agua y vegetación bellísimo, muy similar al ya mencionado Plitvice o al Parque Nacional de Krka. Las cascadas Kravica alcanzan en algunos puntos los 28 metros de altura y en su caída han creado un lago de 120 metros de radio, donde se forma una playa en la que los visitantes podemos bañarnos (si soportas el agua bien fría) o navegar en los barquitos que hay disponibles para alquilar.

La entrada a las cascadas cuesta 10 euros y los perros están admitidos pero no pueden bañarse. En torno a la playa del lago hay varios bares y terrazas y el ambiente es muy animado. Kravica es de hecho un lugar muy turístico, sobre todo frecuentado por bosnios, pero es realmente bello y bañarse con esas cascadas de fondo es un auténtico lujo.

Cascadas Kravica en Bosnia Herzegovina
Cascadas Kravica

Pocitelj

¿El pueblo más bonito de Bosnia? Eso dicen y, a pesar de que no conocimos apenas el resto del país, sí podemos confirmar que es precioso. Está a 40 minutos en coche de Móstar, a orillas del río Neretva también. Totalmente construido en piedra, está dispuesto a lo largo de una colina, con lo que visitarlo supone un bonito ejercicio de subir y bajar cuestas. Apenas cuenta con 900 habitantes y, lo que es mejor, con poquísimos turistas, al menos cuando lo conocimos nosotros. Lo recorrimos muy a gusto casi en soledad (aunque con mucho calor).

Durante el Imperio Otomano Pocitelj fue enclave importante y precisamente en esa época se construyeron sus edificios más importantes. Destacan en este sentido varias construcciones:

  • La muralla, pese a ser iniciada por los húngaros, debe su aspecto actual a la ocupación turca y ofrece muy buenas vistas sobre el pueblo y toda la zona alrededor. La panorámica merece la pena pero la subida es costosa, sobre todo al sol y porteando bebé.
  • La Mezquita de Ibrahim-Pasa, del siglo XVI, hay que pagar un euro para acceder a su interior.
  • La Torre del reloj (Sahat-Kula), de origen otomano, se cree que del siglo XVII, pese a su aspecto románico occidental.

Para redondear nuestra visita, comimos en el restaurante Staklo Pocitelj, junto a la carretera de acceso al pueblo, con aparcamiento. Recomendable la trucha.

Pocitelj, uno de los pueblos más bonitos de Bosnia Herzegovina
Vista de Pocitelj desde la muralla

Blagaj

Es la excursión más cercana a Móstar, solo a 20 minutos en coche, y es así mismo el lugar que encontramos más masificado junto con el Puente Viejo de Móstar. La razón para visitar este pueblo es un enclave muy concreto: un tekke (monasterio derviche) de 1520 ubicado justo en el nacimiento del Río Buna, un río de tan solo 9 kilómetros de longitud pero que brota de una montaña de roca.

La imagen del monasterio junto a la cueva y el río es muy famosa y, si bien es innegablemente bella, el lugar está sobre explotado turísticamente y hay tantos puestos de venta, restaurates y terrazas alrededor que le resta mucho encanto. El interior del templo se puede visitar por 5 euros, aunque no se admiten perros siquiera en sus inmediaciones.

Blagaj en Bosnia: monasterio junto al nacimiento del río Buna
Blagaj: monasterio junto al nacimiento del río Buna

Bosnia es un país de mayoría musulmana y es algo palpable rápidamente por ejemplo por la vestimenta de las mujeres, muchas incluso con burka cubriéndolas de pies a cabeza. Para el islam los perros son animales impuros lo que se traduce en miradas un tanto desagradables hacia los viajeros peludos y en prohibiciones casi absurdas para ellos: no es que no puedan acceder al interior de monumentos (cosa habitual en cualquier país) sino que muchas veces ni siquiera pueden aproximarse por considerar que profanan terreno sagrado solo con estar cerca. Por todo ello no nos resultó cómodo estar allí con nuestro perro y probablemente no volveríamos a sabiendas de la situación.

Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0

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