Nuestras expectativas estaban altas con la gastronomía vietnamita: todo lo que habíamos oído y leído eran buenísimas referencias y teníamos claro que sería uno de los highlights del viaje. La realidad las superó y podemos decir que es uno de los países en que mejor hemos comido (aunque al puesto número uno sigue siendo para Perú).
La base de los platos vietnamitas se compone de verduras y salsa de marisco o soja y suelen acompañarse de un bol de arroz. La geografía marca también ciertas diferencias: la gastronomía del norte de Vietnam es más sencilla, mientras que la del centro y el sur es mucho más elaborada y hacen mayor uso de mariscos y pescados.
Tanta es la fama de la gastronomía vietnamita que se ha convertido en una atracción turística en si misma. En las principales ciudades del país se ofertan tours para probar los principales platos y conocer los restaurantes y puestos de comida donde disfrutarlos. También hay numerosos talleres y cursos de cocina para aprender a prepararlos tú mismo.
Nem. Es un rollito de papel de arroz relleno de verduras y cerdo en su versión más habitual (aunque el cerdo se puede sustituir por otros ingredientes). Se puede comer al natural o frito, modo rollito de primavera chino, pero más fino y crujiente.
Pho. La sopa es un plato básico en la gastronomía vietnamita y ésta (pronunciada “fá“) a base de fideos con verduras y carne (puede ser pollo o ternera) es la más popular. Se toma a cualquier hora del día, desde el desayuno a la cena.
Banh bao. Es una bola de masa al vapor rellena de cerdo o pollo, huevo, cebolla y setas. La verás continuamente en los puestos de comida en la calle.
Banh mi. El bocadillo vietnamita, con delicioso pan de baguette (herencia de la época colonial francesa), relleno de paté, pepino, cilantro y cerdo, aunque hay muchas variantes (ternera, albóndigas, pescado, etc). Tan delicioso como inesperado, barato y muy socorrido para tomártelo para llevar en caso de prisa. Seguro que lo probarás.
Banh xeo. Es un fino crepe de arroz frito relleno de verduras, huevo, gambas, menta, cerdo (y un poco lo que surja). Otro de los habituales en los puestos de comida callejeros.
Banh beo. Es un pequeño pastel de arroz al vapor con relleno de gamba o cerdo y cebolleta; un pequeño bocado, realmente rico y típico en Hue (no lo vimos en ninguna otra ciudad).
Bun cha. Especialmente popular en Hanoi, consiste en un caldo de noodles de arroz con verduras, cerdo y salsa de pescado. Cuando Obama viajó a Vietnam lo comió en el restaurante Bun Cha Huong Lien de Hanoi y se ha convertido en el sitio de referencia para probarlo (nosotros nos lo perdimos, todo sea dicho).
Cao Lau. No puedes irte de Hoi An sin probar este plato de fideos gruesos de arroz con cerdo, verdura y picatostes. Hay variaciones sobre esto, pero la regla inmutable es que siempre se sirve sin caldo.
Cha la lot. Deliciosos rollitos de carne de cerdo envuelta en hoja de betel y fritos. Son más pequeños que los nems y menos frecuentes; personalmente solo los vimos en Ninh Binh.
Sí, en Vietnam se come carne de perro, especialmente en el norte. En Hanoi se puede encontrar incluso en puestos en la calle (damos fe, lo vimos). Aunque somos defensores de “donde fueres, como lo que vieres” en este caso nos abstuvimos.
Resulta sorprendente, pero las dos bebidas más populares en Vietnam son también de las más habituales en Europa: la cerveza y el café. La bia hoi es una cerveza rubia, de barril, flojita y con poco alcohol (unos 4 grados) que se vende por todo Vietnam. Tiene fama de ser “la más barata del mundo” porque su precio oscila entre 0.10 céntimos y un euro, dependiendo del bar.
Existen también marcas comerciales que encontrarás por todas partes y ya en formato lata o botella: 333, Bia Saigon y Bia Hanoi son las más frecuentes. Si tenemos que elegir una, nos quedamos con la Saigón.
Vietnam es el segundo productor mundial de café, después de Brasil: los franceses lo introdujeron en 1857 y desde entonces su cultivo se ha extendido hasta este punto. Generalmente el café se sirve goteando directamente en el vaso para beberlo: se puede tomar solo (black coffee) o con leche (white coffee), pero en este caso se trata de leche condensada (obviamente, está buenísimo). Ambas variantes pueden servirse frías con hielo o calientes.
Existen otras mezclas más exóticas como el café de coco, que se sirve helado y añadiendo leche de coco a la condensada; el café de yogur, también helado y, como su nombre indica, con yogur además de café y leche condensada; y, sobre todo, el café de huevo, que puede servirse frío o caliente, y cuyo ingrediente principal además del café y la leche son las yemas de huevo.
Menos frecuente entre los turistas, pero muy popular entre los locales es el vino de arroz. Con un contenido entre el 18 y el 25 % de alcohol, esta bebida se obtiene a partir de la fermentación de arroz en un proceso muy simple que incluso realizan de manera doméstica en algunos hogares vietnamitas. Sería el equivalente a nuestros licores, con un sabor que recuerda al orujo. Del mismo modo, al vino de arroz se le pueden añadir hierbas, frutos o incluso animales, como se hace por ejemplo con el vino de serpiente (sí, introducen una serpiente muerta en una jarra con vino de arroz).
El concepto de streetfood adquiere otro significado en Vietnam: hay tantos puestos de comida en la calle que resulta difícil distinguir donde termina uno y empieza otro. A cualquier hora del día los vietnamitas hacen su parada para almorzar en estos: incluso verás desayunar en la calle a niños antes de entrar al colegio. Pasear por Hanoi o Hoi An es por tanto un desfile de olores e imágenes de distintos platos. Y por supuesto, a precios más que económicos.
No obstante, también merece la pena entrar en algunos de los muchos restaurantes que hay, algunos con una calidad extraordinaria. Aquí nuestras recomendaciones.
Hanh Restaurant. Hue. Cuando llegas a un hotel y lo primero que te dicen es que debes ir a este restaurante a cenar, que ya llevabas previamente anotado por recomendación de la Lonely Planet, sabes que va a ir bien. Si encima entras en él y está lleno de turistas y locales a partes iguales, la cosa mejora. Pero cuando ves que el menú degustación de 5 platos cuesta 135.000 VND (poco más de 5 euros) ya empiezas a emocionarte. Banh beo, banh koai, nem lui (brochetas de cerdo), banh cuon thit nuong (rollitos de arroz rellenos de cerdo) y nems fritos. Todos deliciosos y con las inestimables instrucciones de sus amables camareros para que sigas los pasos adecuados para comerlos.
New Day. Hanoi. Si analizas este restaurante “en su superficie” probablemente nunca entrarías en él: el local es bastante viejo, la cocina está repleta de gente yendo y viniendo, los baños dejan bastante que desear… ¡Pues fuimos dos noches a cenar! Y es que la comida estaba estupenda y era baratísimo. Así no es de extrañar que esté siempre lleno (aunque los camareros te encuentran sitio para comer donde sea). Déjate guiar por las recomendaciones de su propia carta.
Nhà Hàng Chay Aummee. Hanoi. Llegamos a este restaurante totalmente por casualidad y de rebote. Nuestro destino inicial estaba en la misma calle, Home Hanoi Restaurant: nos lo habían super recomendado y nos quedamos sin probarlo porque estaban cerrando cuando llegamos. A cambio, descubrimos este vegetariano con platos originales, un local precioso y un servicio atentísimo. No es barato, para la media de los que probamos en Vietnam, pero es una alternativa interesante.
Note Coffe. Hanoi. Uno de esos lugares que Instagram ha hecho popular. El café de huevo que probamos estaba delicioso, sin duda, y el personal era realmente amable y simpático. Pero realmente a esta cafetería vienes a ver la decoración del local a base de mensajes, en todos los idiomas, escritos en notas de colores que todos los que hemos pasado por allí hemos ido pegando en paredes, ventanas, sillas, mesas… Si vas, busca los nuestros 😉
Unicorn Kafe. Hanoi. Aquí el café es lo de menos; de hecho, los batidos y helados son sobre todo su especialidad. Lo importante es entrar en el universo del unicornio, sentarte entre arco iris e incluso vestirte con los pijamas / disfraces que hay disponibles para el público.
Banh Mi Phuong. Hoi An. Probablemente sea excesivo llamarle “restaurante”: cuenta con un par de mesas corridas para sentarse donde pilles, de manera totalmente informal, y la mayoría simplemente compra la comida para llevar. La estrella es el bocadillo vietnamita, banh mi, con numerosas variantes. Parece mentira lo bueno que puede llegar a estar un bocadillo, pero así es, y encima muy barato (desde 25.000 VND, 1 euro).
Morning Glory. Hoi An. La oferta gastronómica y de restaurantes en Hoi An es abrumadora así que no te faltará donde elegir. Morning Glory, además de contar con una amplia carta, una cocina deliciosa y unos precios aceptables, está ubicado en un precioso edificio tradicional junto al río y desde su terraza hay unas estupendas vistas.
Cocobox. Hoi An. Esta cafetería / zumería / tienda sirve café tradicional vietnamita, pero también al estilo occidental (por si no puedes resistir sin un capuchino), zumos frescos, sandwiches, tartas y dulces. El establecimiento es muy bonito y puedes además comprar productos locales como café, miel, etc.
Green Mango. Cat Ba. Su carta es adecuada tanto si quieres probar platos típicos vietnamitas como si echas de menos la comida occidental en sus formatos más típicos (pasta, pizza, hamburguesa).
Si comer es toda una experiencia en Vietnam, aún lo es más visitar un mercado tradicional, preferentemente a primera hora de la mañana cuando los vietnamitas acuden a comprar. Nosotros lo hicimos en Hoi An y literalmente nos faltaban ojos para captar todo lo que sucedía. Frutas, verduras, pescado, carne… Cientos de puestos y vendedores y casi más aún compradores que en muchos casos ni se bajaban de la moto para adquirir los productos.
Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0
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¡Bufff es que la gastronomía vietnamita es una auténtica delicia!
Nosotros nos poníamos las botas día sí y día también.
Muy bueno el post!
🙂
Nos pasó igual! ¿Y os podéis creer que jamás habíamos probado la comida vietnamita hasta que estuvimos allí? Ahora tenemos que buscar restaurantes en Madrid… Jajaja