Las opciones de alojamiento en Cuba son amplias, variadas y para todos los presupuestos. Hay resorts de lujo, sobre todo en los destinos de playa como Varadero o los Cayos, con servicios premium y todo incluido. Hay hoteles de distintas categorías, pisos privados vacaciones de alquiler, campismos (campings)…
Y existe una alternativa muy cubana: las casas particulares. Son viviendas de locales donde reciben a turistas, bien en una habitación conviviendo con la familia propietaria, bien en una casa completa solo para ti. La principal ventaja, además de su coste más económico, radica en conocer de primera a mano el día a día de los cubanos, pudiendo así desarrollar una relación más personal con ellos, y son la elección más popular entre los viajeros.
En nuestro caso, como ya te contamos cuando organizamos el viaje, los alojamientos fueron cortesía de Onlinetours y nos facilitaron el probar todas las posibilidades: hoteles en La Habana, Cayo Levisa y Viñales, casas particulares en Playa Larga y Trinidad e incluso un resort de lujo en Cayo Santa María. Ventajas de elegir un itinerario tan variado, combinando destinos culturales, de playa y de naturaleza.
A tener en cuenta que generalmente se considera temporada alta en Cuba a los meses de verano, Navidad y Semana Santa (justo cuando viajamos nosotros), con lo que los precios de los alojamientos son más altos en estas fechas. Todas las habitaciones donde dormimos tenían aire acondicionado y nos hizo falta varias noches (repito: en abril) así que es otro dato a considerar. Y una última advertencia: la conexión a Internet, siempre de pago en cualquier caso, era considerablemente mejor en los hoteles que en las casas particulares (en nuestro post con consejos para viajar por Cuba te contamos más detalles):
Es un hotel muy amplio, con habitaciones enormes, modernas y muy cómodas, instalaciones completísimas (piscina, varios bares, distintos comedores, servicio de comida hasta bien entrada la noche, etc) y el mejor desayuno buffet que probamos en el viaje. Pese a ser un hotel grande, el trato de todos sus trabajadores fue realmente atento.
Su ubicación (muy) lejos del centro es su principal desventaja: está demasiado apartado de los lugares de interés turístico, lo que obliga a coger siempre transporte (es imposible llegar a pie dada la gran distancia). Además de los siempre disponibles taxis, también puedes llegar al centro de La Habana en un bus panorámico que para en la calle paralela frente a la puerta del hotel (10 CUC nos costó entonces un billete para todo el día pudiendo subir y bajar todas las veces que quieras).
Amplias y bien equipadas cabañas de madera, conectadas por pasarelas elevadas y situadas frente al mar Caribe, a pie de playa, en un cayo al que solo se puede acceder en barco. El paraíso. Éste es el único hotel allí y al que llega el ferry: si haces la popular excursión con ida y vuelta en el día desde Viñales, también pasarás por sus áreas comunes. El precio del trayecto en barco desde Palma Rubia, de unos 30 minutos de duración, estaba incluido con la reserva del hotel (si vas por tu cuenta entonces eran 15 CUC). Y los horarios eran diariamente a las 10, a las 14 y a las 18 horas para ir a Cayo Levisa; a las 9, a las 12.30 y a las 17 en sentido contrario. Si ibas en coche, podías dejarlo en el parking vigilado del puerto de Palma Rubia del que zarpa el ferry por 2 CUC por noche.
El alojamiento incluye pensión completa (desayuno, comida y cena, los 3 correctos) y desde el propio hotel organizan las actividades y alquiler de material de snorkel, buceo, patinetes acuáticos, etc. El crucero para bucear en la barrera de coral salía diariamente a las 11, duraba unas 3 horas y tenía un coste de 18 CUC por persona. Pero incluso desde la propia orilla de la playa frente a las habitaciones puedes llegar a ver estrellas de mar y rayas, ¡damos fé! Cayo Levisa fue nuestro primer contacto con el mundo submarino tan rico del Caribe, que acabo siendo de lo mejor del viaje en Cuba.
[Actualización] Según nos han contado otros viajeros que han intentado alojarse aquí recientemente, el hotel está cerrado. Al parecer la escasez de gasolina hace que muchas veces no pueda funcionar el ferry que lleva a los huéspedes hasta Cayo Levisa.
La panorámica más famosa de Viñales es desde este hotel. Incluso cuenta con un mirador externo para que los que no se alojan en él puedan disfrutarla. Tuvimos la suerte de quedarnos en una habitación que daba al valle y abrir la ventana del dormitorio y contemplarlo no tiene precio. Su piscina, encarada también hacia este paisaje, es muy popular.
Las instalaciones no son las más modernas y se ubica a unos 2 kilómetros de la ciudad de Viñales, donde están los restaurantes y servicios principales, pero poder observar esas vistas lo compensa todo. Si cuentas con coche no tienes problema por tanto para llegar; si no es el caso, el autobús turístico de Viñales tiene parada aquí.
Se pueden contratar las excursiones desde el mismo hotel, tanto por el propio Viñales como hacia otros destinos cercanos: Pinar del Río, Cayo Jutías, Cayo Levisa… Sin embargo, para conocer la oferta de rutas por el Parque Nacional de Viñales, recomendamos mejor acercarse al Centro de Visitantes, que además está cerquísima de Los Jazmines, porque la información es más completa.
Nuestra primera casa particular en Cuba fue una experiencia de diez. La familia propietaria de la vivienda era muy amable: nos explicaron todas las actividades posibles, cómo acceder a ellas (contratando o por libre) y nos dieron valiosos consejos para movernos por la zona.
La madre cocinaba de lujo, así que cenamos (por 10 CUC por persona en ese momento) y desayunamos allí mismo. Y las habitaciones son amplísimas, puesto que en realidad sirven para 4 personas perfectamente por contar con 2 camas dobles.
Es una casa colonial de 1820 restaurada recientemente con un gusto exquisito. El patio central donde sirven las comidas es precioso, tiene una terraza con vistas a Trinidad y las habitaciones son amplias, de techos altos, y muy bien decoradas.
Está ubicada en el centro histórico de la ciudad, a dos pasos de la Plaza Mayor y de la famosísima Casa de la Música. Perfecto para moverse por Trinidad a pie (en este post te contamos más sobre qué ver allí). Una de las 3 noches que pasamos en esta villa tomamos allí la cena, realmente deliciosa, por 10 CUC por persona.
Fue el alojamiento al que más nos costó llegar en coche porque el centro de Trinidad está cerrado al tráfico rodado y muchas calles por las que sí puedes circular en automóvil están empedradas, con algún que otro agujero, y las ruedas sufren considerablemente. La mejor forma de llegar es la indicada en este mapa: coger la calle Santo Domingo hasta la plaza Santa Ana, girar a la izquierda Santa Ana, continuar por La Rosa y torcer a la izquierda en Desengaño. Ahí mismo junto a Villa Trinidad podrás aparcar el coche.
Nunca antes habíamos estado (juntos) en un resort de pulserita con todo incluido y, pese a las reticencias iniciales, disfrutamos como enanos de nuestras dos noches aquí. No empezamos bien, pues tardaron más de una hora en darnos la habitación, pero nos compensaron sobradamente con un pequeño upgrade para disfrutar de algunos servicios extra.
Ofrece pensión completa, como en todos los hoteles de los Cayos se estila, pero el buffet de comer y cenar es una grandísima sorpresa: cuentan con varias planchas donde cocinan al momento carnes, pescados, mariscos, pastas… ¡Todo buenísimo! También la coctelería, incluida, es impecable: puedes pasar horas observando a los camareros preparar con destreza todos los combinados de la extensa carta.
Y, por supuesto, lo mejor es dormir a pie de playa ¡y qué playa! Caminando por la orilla puedes recorrer varios kilómetros e incluso pasar al área de costa de los resorts vecinos. En el mismo hotel te dan opción a contratar además excursiones por la zona: nosotros hicimos la denominada “Aventura Marina” por 45 CUC por persona, para hacer snorkel en la barrera de coral y conducir tú mismo una lancha por los cayos.
Por último, te dejamos el podcast de “Viajar del cuento” en que hablamos de muchos más planes e ideas para hacer en Cuba:
Qué buen post! Una maravilla, Cuba. Yo estuve en casas de cubanos y solo encendí el móvil para mandar un SMS a mi madre cuando se murió Fidel. Me alegra mucho que os haya molado. Yo volvería en un tiempo e iría a la zona más oriental.
Te pilló allí la muerte de Fidel?! 😱 Toma momento histórico que viviste… A nosotros también nos faltó la parte oriental. Y alargaríamos el tiempo en Viñales y la zona de Playa Larga para hacer buceo. Ay, entre los sitios que queremos ver y los que queremos repetir… Jajaja