Las condiciones políticas y económicas de Cuba y la forma de ser tan peculiar de los cubanos hacen que viajar por este país sea muy distinto a hacerlo por otros. Pocos destinos nos han generado tantas conversaciones, debates, reflexiones, cambios de punto de vista y sentimientos encontrados como éste. Por ello creemos que hay algunos consejos que, desde nuestro personalísimo punto de vista, podemos dar a otros que os estéis planteando Cuba como próximo viaje. El primero: sí, hacedlo, id.
Los cubanos te dan los mejores (y a veces los peores) momentos del viaje. Son muy conversadores, les encanta hablar, a veces sin ninguna razón más allá que la propia charla, otras con algún interés que termina saliendo a la luz. Casi todos tienen familiares o amigos en España y, en cuanto se percatan de que eres de allí, se dirigen a ti con familiaridad. En general siempre encontramos muestras de aprecio hacia los españoles. Nos sorprendió lo abiertos que están a hablar sobre la situación política de su país y que nos preguntasen nuestra opinión al respecto. Tuvimos conversaciones maravillosas y para el recuerdo. Por ello, aunque el miedo al timo pueda subir tus niveles de susceptibilidad, no dejes que esto te impida charlar con los cubanos porque te garantizamos que es una de las experiencias fundamentales del viaje por Cuba.
Cuba se independizó de España en 1898 pero a principios del siglo XX más de un millón de españoles emigraron a la isla. Esto explica por qué tantos cubanos tienen lazos familiares con nuestro país. En 2007 el Gobierno español aprobó la conocida en Cuba como “ley de nietos” que permitía adquirir la nacionalidad española a los descendientes de españoles: con solo 10 millones de habitantes Cuba fue el segundo país con mayor número de solicitudes.
En las zonas más turísticas sí conviene ser precavido y dudar un poco más. Un modus operandi habitual es que te pregunten a dónde vas, se lo expliques y te digan que te estás equivocando en ir a ese sitio o en el camino para llegar. Te darán otra alternativa, se ofrecerán a acompañarte y dejar lo que sea que estuviesen haciendo (ahí ya duda del todo) y el resultado probablemente no te guste. Así que cuando detectes una charla que deriva hacia esto, con educación, rechaza su oferta y sigue con lo que tenías en mente. También es habitual que te pidan que les des cosas de uso cotidiano, como ropa, jabón o medicamentos.
Si quieres aprovechar tu viaje para ayudar, Trip-Drop es la mejor alternativa. Ya pudimos colaborar con una escuela en Namibia gracias a esta web y a través de ella también conocimos la ONG cubana Hombre Nuevo. Entre sus numerosos proyectos cuentan con uno ideal para cualquiera que vaya a visitar Cuba: ellos preparan una maleta con ropa, medicamentos y demás productos de necesidad, te la entregan para que la factures con el resto de tu equipaje y una vez en destino, gestionan el encuentro para que se la hagas llegar al equipo que trabaja allí. Tienen incluso acuerdos con algunas aerolíneas para que no te cobren por facturación extra si se da el caso. Pudimos comprobar que es fácil, eficaz y te invitan a conocer sus instalaciones de primera mano en Cuba (cosa que por falta de tiempo no pudimos hacer).
Cuando estuvimos en Cuba contaban con dos monedas: el peso convertible (CUC) y el peso cubano (CUP). La diferencia no era solo en el nombre. El CUC era la moneda para los turistas, equivalente al euro aproximadamente; el CUP era el que manejaban los locales y su valor era 25 veces menor (es decir: 25 pesos cubanos equivalían a 1 CUC).
Recientemente el gobierno cubano ha eliminado la moneda de los turistas, es decir, el CUC, y ahora solo existe el CUP. Puedes conseguir pesos cubanos en cajeros con tu tarjeta (siempre que no esté vinculada con un banco de EEUU) o cambiando moneda en las CADECAS, las CAsas DE CAmbio oficiales: en hoteles u otros lugares aplican tasas de conversión más altas. Puedes usar para ello dinero en metálico o tarjeta de crédito y, muy importante, siempre debes presentar el pasaporte o no podrás hacer la transacción. En todas las ciudades turísticas las encontrarás y en el propio aeropuerto de La Habana hay, tanto en el hall de salidas como en el de llegadas.
Otra opción es hacerte con una tarjeta prepago llamada MLC (Monedas Libremente Convertibles) que puedes cargar con importes fijos (200, 500 o 1000) de tu moneda de origen, nunca con CUP, con la que puedes pagar en tiendas y servicios turísticos. La compra de cada tarjeta conlleva una comisión de 5 MLC. La ventaja es que no se aplican comisiones al pagar con ella o extraer dinero del cajero (cosa que sí pasa con tu tarjeta) y que al salir del país supuestamente se te reembolsa el dinero sobrante en tu moneda.
En la práctica, sin embargo, la mayoría de cubanos prefieren que les pagues con euros antes que con CUP, así que una buena idea es llevar una cantidad considerable de euros en metálico.
Cuba es un país totalmente seguro. Hay mucha policía, claramente a la vista en ciudades y en carreteras, sobre todo de zonas turísticas. No hay problemas de robos ni de agresiones y jamás presenciamos ningún altercado. Nos sentimos totalmente tranquilos incluso caminando por la noche. La única precaución a tener en cuenta es lo ya mencionado sobre pequeños timos que, en cualquier caso, jamás derivarán en nada más allá de gastar un poco de más o terminar descontentos con un servicio.
Destacar también que, pese a que nos habían hablado sobre la posibilidad de sentir cierto atosigamiento de carácter más sexual, tampoco vimos nada de esto. Nadie se nos acercó con esas intenciones ni presenciamos situaciones de ese tipo. En los bares con música en directo, donde es frecuente que cubanos te inviten a bailar, siempre fue con educación y si no te apetecía, con decir que no, bastaba y no insistían.
Es muy frecuente moverse en taxis, tanto dentro de una ciudad tan grande como La Habana como para hacer excursiones a otros sitios cercanos. En nuestro caso solo fue debido a lo primero, dado que nos desplazábamos en nuestro propio coche para lo segundo (aquí tienes un post específico con consejos para conducir por Cuba). Sea como sea, seguro que en algún momento necesitas coger un taxi.
Los hay a expuertas y están continuamente buscando clientes, pero tendrás que negociar el precio siempre y el primero que te oferten generalmente será demasiado alto. No vimos ninguno con taxímetro, pero la reglamentación oficial en el momento de nuestra visita decía que las tarifas eran 0,65 CUC/km de día, 0,80 CUC/km por la noche. Haz tus cálculos según el trayecto. Respecto al aeropuerto, hasta los 30 km, era un precio fijo de 24 CUC.
Pueden hacer la función de taxi tanto coches convencionales, modernos, de color amarillo, como automóviles antiguos clásicos (los llamados almendrones). Estos son realmente llamativos pero ten en cuenta que carecen de equipamiento moderno (nada de cinturones de seguridad en asientos traseros, por ejemplo) y que su mantenimiento es obra y gracia del ingenio cubano y la mezcla de piezas de distintas procedencias. Muchos también son autos rusos de la marca Lada. Todos son perfectamente legales, siempre que lleven las señales de TAXI reglamentarias, y se someten a las mismas tarifas (es decir, como decíamos antes, con todos tendrás que negociar). En nuestra experiencia, los taxis tipo Lada solían ser más proclives a admitir regateos a la baja.
Hay que tener cuidado con taxis que no lo son: coches privados que se ofrecen a llevarte por un precio generalmente algo inferior al de los taxis oficiales. Y no hay que confundirse con los almendrones de La Habana que llevan impreso en los laterales “Cuba Dream Cars”: estos son generalmente para paseos turísticos (y hacerte muchas fotos en ellos) y cobraban unos 10 CUC por hora de recorrido.
Una de las preguntas más frecuentes de cualquier viajero a Cuba: ¿podré conectarme a Internet? Sí, y parece que recientemente ha mejorado. Cuando estuvimos nosotros, debías hacerte con una tarjeta verde y blanca de ETECSA (la compañía estatal de telecomunicaciones) con un coste de 1 CUC por 1 hora. Eran como los boletos de “rasca y gana” solo que aquí lo que “rascabas” eran las claves a introducir para conectarte. Lo siguiente era buscar una red a la que conectarte. Existían puntos WiFi en lugares públicos de las principales ciudades, en muchos alojamientos (en ese post te detallamos sobre los que estuvimos) y en contados bares y restaurantes. Cuando te conectabas a la red, te pedía iniciar sesión y ahí debías introducir el número de usuario y la contraseña de tu tarjeta ETECSA.
Sin embargo esto recientemente también ha cambiado. Ya sí hay una red nacional de telefonía y datos y puedes adquirir una tarjeta para turista que te permite disponer de una línea movil temporal con la cantidad de gigas de datos contratados, válidos hasta 30 días. Hay distintos paquetes en función de los datos contratados, cambiando consecuentemente su precio. Puedes comprarla online incluso previamente a tu viaje, por ejemplo aquí, y recargarla en una web durante el viaje a través del número de línea asignado. Dado que ya hay red en todo el país no necesitas buscar puntos específicos a los que conectarte tampoco.
Si eres de los que se pierde constantemente y no es capaz de memorizar direcciones ni rutas, ¡bienvenido a nuestro mundo! Vendimos nuestra alma a Google Maps hace mucho. Pero en los viajes en que la conexión a Internet brilla por su ausencia, los mapas en papel no suelen ser suficientes para nosotros. Afortunadamente la tecnología ha venido en nuestra ayuda con la app Maps.me. La hemos usado infinidad de veces y es alucinante lo bien que funciona, siempre la recomendamos. No necesitas conexión a Internet salvo para descargarte el mapa del país deseado. A partir de ahí puedes usarla para localizar direcciones, ver la forma de llegar a ellas, tanto a pie como en coche, e incluso consultar valoraciones de otros usuarios sobre esos sitios. En Cuba, una vez más, nos salvó la vida.
El tópico del ritmo caribeño tiene cierta base de sustento, según hemos comprobado en este viaje. O quizá es que nuestro ritmo infernal madrileño nos ha hecho perder la perspectiva. La cuestión es que los horarios ajustados no te funcionará en Cuba. Y no es trivial a la hora de planificar tu viaje: debes tener en cuenta, por ejemplo, que las paradas para comer o comprar o cambiar dinero probablemente se extiendan más allá de lo que pensarías a priori.
Por ejemplo, en La Habana hasta una hora estuvimos esperando por los platos que habíamos pedido para almorzar. La media en realidad de todo el viaje fue unos 30 minutos. Cuando recogimos el coche de alquiler, tuvimos que esperar hora y media por él. Ese mismo día debíamos coger un ferry en un horario concreto a Cayo Levisa, condujimos rápido por miedo a perderlo, llegamos agobiadísimos y el barco finalmente salió casi una hora más tarde. Moraleja: tómatelo con calma.
El principal consejo aquí es que no compres nada por la calle a las decenas de personas que se acercarán ofreciéndote chollos, principalmente relativos al tabaco, al ron y al café, los 3 productos estrella en Cuba.
Una caja de puros costaba en el momento de nuestro viaje desde 60 CUC en adelante, dependiendo de la marca: Cohiba, Montecristo y Romeo y Julieta son los más prestigiosos y, consecuentemente, más caros. Lo más rentable es comprarlos en fábricas o en plantaciones de tabaco sin marca ninguna. Si vas a Viñales seguro que visitas alguna y puedes adquirirlos directamente al campesino que lo cultiva por un coste más bajo. Así lo hicimos nosotros: 10 habanos por 30 CUC.
La marca de ron más fácil de encontrar es La Havana Club. El ron blanco es mucho más barato que el tostado y se usa principalmente para coctelería. Dentro del ron oscuro hay niveles, de menor a mayor precio: normal, añejo y 7 años. Puedes comprarlo en cualquier tienda turística, los precios son similares por lo que vimos. Una botella de La Havana Club 7 años nos costó 17 CUC.
El café cubano bueno es difícil de encontrar, pues la mayoría se exporta fuera directamente, así que no consideramos siquiera buscarlo. No obstante en La Habana nos topamos de casualidad con el Café O’Reilly (en la calle homónima), pedimos un par de cafés y nos gustaron, así que aprovechamos que lo vendían allí mismo: 250 gramos era lo mínimo a comprar, por 3.5 CUC.
Por último, si buscas productos de artesanía, ropa o decoración, nos recomendaron el Mercado de los Antiguos Almacenes de Depósito San José, en el puerto de La Habana (solo pasamos por allí, no compramos nada).
Si viajas a Cuba pensando que los precios serán bajos, como en países del sudeste asiático por poner un ejemplo, te equivocarás. Hay matices, claro: alojarse en casas particulares y moverse en transporte colectivo puede salir muy económico. Pero el coste de actividades, entradas, restaurantes…. es decir, de todo lo relativo al turismo, tiende a alto. Teniendo en mente que el CUC era equiparable al Euro, ponemos algunos ejemplos. Los cócteles tenían un precio medio de 3 CUC (salvo en bares famosos que se pueden disparar hasta los 6). Una botella de agua de medio litro en un bar, entre 1 y 2 CUC. Los accesos a senderos por parques naturales costaban 5 o 10 CUC. Las entradas a museos y monumentos oscilaban entre los 5 y los 10 CUC. No logramos comer en La Habana centro por menos de unos 10 – 15 CUC por persona. Teno en cuenta para tu presupuesto.
Por último, te dejamos el podcast de “Viajar del cuento” en que hablamos de muchos más planes e ideas para hacer en Cuba:
Desde hace mucho he soñado con Cuba.
Quiero ir a Cuba desde hace muchísimos años pero el dinero no me alcanza, jejeje…
Me he dedicado a revisar sitios y post que hablen sobre ahorrar en un viaje … En fin, me gustaría saber si me puedes apoyar con lo siguiente:
1. Es mejor contratar un paquete, si, sí, qué sitios recomendarías
2. Consideras prudente comprar todo por separado
3. Fechas en las que recomendarías viajar a este país
Cuál sería tu mejor recomendación.
¡Muchas gracias por tu contenido!