Intentar describir La Habana es como pretender meter todo el agua del mar en un cubo: cuando más te empeñas en la labor, más consciente eres de que es misión imposible. Es tan extensa geográficamente como lo es en historias, emociones, recuerdos y experiencias. Estuvimos en total 5 noches y 3 días y medio allí: probablemente una vida se nos quedaría corta.

Aunque demos algunas indicaciones básicas sobre qué visitar, como ya avanzamos en nuestro repaso a lo mejor de Cuba, lo más recomendable es perderse caminando por La Habana. Pasamos horas deambulando por sus calles sin dirección, sin siquiera hablar entre nosotros, observando, escuchando y fotografiando lo que nos encontrábamos. Pasear por La Habana no es comparable a nada.

Casa en La Habana, Cuba
Casa en La Habana

Para ubicarnos, y entender mejor lo que iremos describiendo, consideraremos 4 grandes zonas (ojo que solo hablamos del área más turística; la ciudad es muchísimo más grande y tiene más barrios que no conocimos):

  1. La Habana Vieja es el núcleo más antiguo, colindante con la bahía, donde se concentran los edificios históricos (más de 900), de variados estilos arquitectónicos, y las calles más famosas.
  2. Centro Habana está contiguo a la Vieja, separados por el Paseo de Martí. Personifica los dos extremos habaneros: destartaladas calles residenciales junto a zonas monumentales con grandes museos. Cuenta además con el celebérrimo Malecón.
  3. El Vedado, a continuación del Centro, es un barrio más moderno, menos turístico que los anteriores, donde la Mafia ha dejado para el recuerdo clubs, rascacielos y hoteles.
  4. Por último, frente a La Habana Vieja, en la orilla opuesta de la bahía, están las fortalezas del Morro y San Carlos de la Cabaña.

Vivir en La Habana Vieja y Centro Habana no nos pareció sencillo: la mayoría de los edificios están en muy mal estado, sobre ocupados, con apaños y parches para convertir las viviendas en habitables por más vecinos de lo que parece posible al sentido común. La Oficina del Historiador lleva varias décadas trabajando en su rehabilitación: la tarea es titánica, tantas aún pendientes. Las que han sido recuperadas lucen esplendorosas: ¡qué bella y señorial tuvo que ser La Habana cuando todas estas casas estaban recién construidas!

Tampoco es fácil ser turista por libre en estos dos barrios: te asaltan continuamente con ofertas, peticiones, preguntas, propuestas… ¿Timos? Sí, muchos, todos los que permitas. De hecho, algunos hasta los consientes por el arte con que lo hacen, como un grupo de músicos en el Malecón que nos dieron un mini concierto improvisado (y no solicitado). ¿Ganas de conversación simplemente? Menos; en el Vedado tuvimos muchas mejores experiencias en este sentido y sí que pudimos relajarnos y hablar con muchos cubanos por el puro placer de charlar. En general, ante las montones de solicitudes que recibirás, hay que responder amable pero con firmeza e intentar que no te cambien tu idea de lo que quieres hacer o hacia donde quieres ir.

Y pese a todo lo anterior, repetimos: pasear por La Habana es una experiencia única. Sus calles están llenas de color y de vida. De música. De alegría. Y ver atardecer en el Malecón es el mejor plan posible para culminar cualquier paseo.

Un grupo de niños viendo la actuación callejera de unos zancudos en La Habana Vieja, Cuba
Un grupo de niños viendo la actuación callejera de unos zancudos en La Habana Vieja, Cuba

Volviendo a las indicaciones prácticas, si bien recorrerla por tu cuenta es factible y nosotros lo hicimos así (con un par de días como mínimo si se quiere visitar bien), también se pueden contratar guías o tours como éste de 5 horas que repasa los principales puntos de interés habaneros.

Cómo moverse

A parte de lo ya indicado de andar, existen 3 líneas de autobús turístico panorámico que pueden ahorrarte caminatas o taxis: comprando el ticket de un día está permitido subir y bajar tantas veces como quieras. Puedes consultar aquí toda la información sobre sus recorridos y paradas. Especialmente interesante es la línea 3 (5 CUC cuando estuvimos) que cruza los túneles de la bahía para llegar al Castillo de los Tres Reyes del Morro.

Otra alternativa es coger taxis: los hay a expuertas y están continuamente buscando clientes, pero tendrás que negociar el precio siempre y el primero que te oferten generalmente será demasiado alto. No vimos ninguno con taxímetro, pero la reglamentación oficial en el momento de nuestra visita decía que las tarifas eran 0,65 CUC/km de día, 0,80 CUC/km por la noche. Haz tus cálculos según el trayecto. Respecto al aeropuerto, hasta los 30 km, había un precio fijo de 24 CUC. Hay que tener cuidado con taxis que no lo son (coches privados que se ofrecen a llevarte por un precio similar) y, en nuestra experiencia, los taxis tipo Lada solían ser más proclives a admitir regateos a la baja.

Un taxi aparcado en La Habana, Cuba
Un taxi aparcado en La Habana

Por último, están los autobuses municipales. Hay que pagar en pesos cubanos (1 peso por trayecto, es decir, baratísimo en comparación con las otras opciones) y suelen ir abarrotados. Los hay modernos y bien equipados (¡incluso hay alguno eléctrico!) y los hay desvencijados y viejísimos. Somos incapaces de explicar las líneas y recorridos que existen (te dejamos este enlace por si te interesa indagar) pero nosotros cogimos uno junto al Edificio Bacardi para cruzar los túneles de la bahía y llegar al Castillo de los Tres Reyes del Morro.

Qué ver

Hay muchísimo que visitar en La Habana, este post sería eterno si indicásemos todos y cada uno de los puntos de interés. Volviendo a las 4 zonas ya mencionadas, vamos a listar en cada una los que serían “imprescindibles” para nosotros:

La Habana Vieja

  • Las 3 plazas principales: la Vieja, la de Armas y la de la Catedral, cada una con sus correspondientes edificios históricos importantes. Puedes (y debes) entrar a la Catedral gratis. Junto a esta plaza además está el Callejón del Chorro, famoso por sus restaurantes. En la Plaza de Armas está el Palacio de los Capitanes Generales, preciosa construcción que hoy alberga el Museo de la Ciudad, y el Templete, monumento de inspiración griega que conmemora la fundación de La Habana.
  • Las calles Obispo, Empedrado, Mercaderes, O’Reilly… ¿Qué ver? Nada en particular. Todo. Casas, bares, restaurantes, tiendas y muchos cubanos que te darán conversación.
  • Seguir los pasos de Hemingway por la ciudad. El escritor estadounidense vivió gran parte de su vida en La Habana y dejó su huella en ella. Es posible visitar la habitación donde se hospedaba en el Hostal Ambos Mundos y disfrutar de las mismas vistas que tenía él cuando desayunaba desde su terraza en la azotea. Y puedes hacer tuya su famosa frase “mi mojito en la Bodeguita del Medio y mi daiquiri en el Floridita”. No saldrán baratos los cócteles, eso sí.
Atardecer en el Malecón de La Habana, Cuba
Atardecer en el Malecón de La Habana, Cuba

La Habana Centro

  • El Malecón. No puedes irte de La Habana sin haber visto atardecer desde su famoso paseo frente al mar. Todo un ritual compartido por locales y turistas. También puedes pasearlo si te ves con fuerzas para recorrer sus 8 kilómetros.
  • El Paseo del Prado o Paseo de Jose Martí marca la separación entre La Habana Vieja y La Habana Centro. Merece la pena caminarlo con calma y admirar los imponentes edificios del Teatro Nacional, el Museo de Bellas Artes o el Hotel Inglaterra.
  • El Capitolio Nacional es el edificio más emblemático de La Habana. Claramente comparable al de Washington (si bien, como apuntillan los cubanos, el suyo es más grande) se puede visitar por dentro en un tour guiado por 10 CUC, todos los días, cada hora de 10 a 16. Lleva en obras desde 2010 así que no es la mejor de las experiencias, pero al fin y a cabo, es todo un icono del país.
  • El Museo de la Revolución se ubica en el antiguo Palacio Presidencial: solo por poder ver el edificio ya merece la pena pagar la entrada de 5 CUC. Cuenta con muchos materiales y documentos que explican la revolución cubana (imposible obviar el tono propagandístico) y con el Memorial Grandma: una exposición de vehículos militares usados durante las batallas, incluyendo el yate con que Fidel desembarcó en Cuba iniciando la revolución.
Edificio Bacardi en La Habana, Cuba
Edificio Bacardi en La Habana

El Vedado

  • La Plaza de la Revolución es el otro punto importante en la ciudad para seguir ahondando en la información sobre este evento histórico. Con sus 72.000 metros cuadrados es una de las más grandes del mundo, cuesta abarcarla con la vista. Para mejorar la perspectiva, se puede subir al mirador del monumento a José Martí ubicado en el centro de la plaza (4 CUC, 1 por acceder al monumento, 3 por la subida en ascensor).
  • El Hotel Nacional es el más emblemático de Cuba, famoso por haber albergado la mayor reunión de la mafia estadounidense en los 50 y por hospedar a multitud de celebridades a lo largo de su historia. Merece la pena entrar, pasear por sus jardines, disfrutar de las vistas y, por qué no, tomarse un cóctel por unos 3 CUC.
  • El Vedado también es conocido por su animada vida nocturna. Recomendamos el club de jazz “La Zorra y el Cuervo”: música en directo por 10 CUC la entrada con 2 cócteles incluidos.
Concierto de jazz cubano en un club nocturno de La Habana
Concierto de jazz cubano en un club nocturno de La Habana

El Morro

Al otro lado de la bahía de La Habana, en la orilla contraria al Malecón, se alzan dos fortalezas militares bien visibles y a las que es aconsejable ir, precisamente por la perspectiva desde las mismas sobre la capital cubana. Lo mejor es ir por la tarde para ver primero atardecer desde el Castillo de los Tres Reyes del Morro: concretamente desde su base, donde se encuentra el restaurante Los Doce Apóstoles, cuyas vistas son fantásticas.

Y después, en un corto paseo, llegar a la Fortaleza de San Carlos y, por 8 CUC, recorrerla de noche y presenciar la ceremonia del cañonazo de las 9 de la noche. Ésta recrea el aviso por el que, desde el siglo XVII y para protegerse de los asedios de piratas, se avisaba del cierre de las murallas de la ciudad durante la noche.

Dónde comer

La Habana no es una ciudad barata para el turista: comer bien en el centro por menos de 10 CUC por persona nos resultó imposible. Estos fueron los restaurantes que probamos:

  • El Rumrum de La Habana, en la zona Vieja. Fue nuestro favorito, recomendación de la Lonely Planet que no falló. Cocina cubana pero con toques modernos.
  • El Callejón del Chorro, junto a la plaza de la Catedral, cuenta con varios restaurantes que ofrecen terraza, wifi y platos tradicionales abundantes.
  • La Sociedad Cultural Asturiana en Centro Habana. Que su nombre no te lleve a error: no encontrarás cachopo ni cabrales, sino gastronomía cien por cien cubana. Ligeramente más caro que los demás, también el servicio y la presentación eran más elegantes.
  • Beirut en el Vedado. Restaurante árabe, barato y con comida de calidad. Entramos por casualidad y salimos encantados.
Restaurantes del callejón del Chorro, en La Habana, con conexión wifi a internet
Restaurantes del callejón del Chorro con conexión wifi a internet

Dónde tomar un cóctel

El precio standard por un cóctel a base de ron cubano en La Habana (mojito, daikiri, cubata, cuba libre, etc) es de 2 – 3 CUC. Pero en los bares más famosos el precio se duplica: 5 CUC el mojito en La Bodeguita del Medio y 6 CUC el daikiri en el Floridita. ¿Merece la pena? Por el cóctel en sí, no; por la experiencia, la fama del sitio, el ambiente que hay con música en directo… sí. Al menos probarlo una vez.

Cuidado a la hora de pedir: cubata y cuba libre no son sinónimos, como en España. En Cuba son dos cócteles distintos. El primero se prepara con ron oscuro y el segundo, con ron blanco. Es decir, la bebida que un español esperará recibir es la que responde al nombre de cubata.

Mojitos en la Bodeguita del Medio, La Habana, Cuba
Mojitos en la Bodeguita del Medio

Compras

Como ya te advertimos en nuestro post sobre consejos para viajar por Cuba, nunca compres nada por la calle (y créenos que las ofertas te lloverán en La Habana). Si quieres adquirir ron, la marca más fácil de encontrar es La Havana Club y puedes encontrarlo en cualquier tienda turística. El precio dependerá del tipo de ron (el blanco es más barato que el oscuro), de su categoría y del tamaño de la botella. Una normal de La Havana Club 7 años nos costó 17 CUC por ejemplo.

Para comprar café cubano, el Café O’Reilly, en la calle del mismo nombre, es estupendo, pero nada barato: 250 gramos es lo mínimo a comprar, por 3.5 CUC. Y si buscas productos de artesanía, ropa o decoración, nos recomendaron el Mercado de los Antiguos Almacenes de Depósito San José, en el puerto de La Habana (solo pasamos por allí, no compramos nada)

Por último, te dejamos el podcast de “Viajar del cuento” en que hablamos de muchos más planes e ideas para hacer en Cuba:

Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0

8 Comment on “La Habana

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