Hace años descubrimos este país de los Balcanes famoso por sus bosques, lagos y montañas. Teniendo en cuenta que su logo turístico es un corazón verde y su slogan es “FeelSlovenia” teníamos claro que Eslovenia nos iba a gustar. Un destino de naturaleza, no demasiado masificado aún y a distancia prudencial de España: ideal para nuestro primer gran viaje internacional de verano con perro y con bebé.

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Y es que Eslovenia fue uno de los varios países que recorrimos en nuestro road trip de cuatro por Europa. Llegamos en coche desde el norte de Italia y allí pasamos concretamente ocho días, suficientes para descubrir sus lugares más populares: la capital Liubliana, el icónico lago Bled, el famoso castillo de Predjama, las cuevas Skocjan, el Parque Nacional Triglav… No obstante nos faltaron un par de días más para conocer su costa y ahondar en el Triglav, sobre todo porque la lluvia nos impidió cumplir con el itinerario previsto un par de jornadas. Es además un destino ideal para viajar con perro. Salvo en las cuevas y en el interior de algunos monumentos, pudimos acceder con él a todas partes.

Nosotros en Velika Planina, Eslovenia
Viajando con bebé por Eslovenia: en Velika Planina

¿Por qué Eslovenia?

Eslovenia es un país pequeño de solo 20.000 kilómetros cuadrados de superficie (más o menos como la provincia de Badajoz para que te hagas una idea).​ Se localiza en la Península de los Balcanes y tiene frontera con Italia, Austria, Hungría, y Croacia. La mejor época para visitarlo es verano, cuando las temperaturas son cálidas y apenas hay lluvias. Por lo mismo es también la temporada alta turística.

Eslovenia se autodefine como “un corazón verde en el centro de Europa” y, haciendo honor a ello, es un gran destino de naturaleza, especialmente la zona norte, la Eslovenia Alpina, donde está el Parque Nacional Triglav. Las otras zonas serían la Central, donde se ubica la capital Liubliana, la Termal con spas y viñedos, al este, y, al suroeste, la Eslovenia Mediterránea con salida al mar y la Kárstika con cuevas únicas.

Alojamiento y transporte

A nivel de alojamiento dividimos nuestra estancia en Eslovenia en dos: 4 noches en Liubliana y 4 noches en Bled. Desde ambos puntos nos desplazamos en coche para recorrer los sitios de interés. En la capital eslovena nos alojamos en el Central Apartment Anita: un piso grande, de 49 metros cuadrados, bien equipado, con balcón y con bañera (importante para poder bañar a nuestra hija de 6 meses), y bastante céntrico, junto a la estación de tren. Pagamos 461 € con parking gratis, más 29 € por la cuna y 38 € por el perro.

Por su parte en Bled nos quedamos en Apartments & Rooms Vila Ana: un apartamento pequeño, de 25 metros cuadrados, con balcón y acceso a un bonito jardín, a unos 15 minutos a pie del famoso Lago Bled. El coste del alquiler fue de 531 €, con parking gratis, pero a parte cobraban suplemento de 10 € por noche por la cuna y 8 € por mascota y día. El de Bled fue el más caro de todos los alojamientos de nuestro viaje por los Balcanes (aquí la guía completa), señal de que es el punto más turístico del país.

Conducir tu propio coche es la mejor manera de recorrer Eslovenia: las carreteras están muy bien preparadas y accedes con ellas a todos los lugares destacados del país. Pero es necesario contar con una “viñeta”: un documento que autoriza a tu vehículo a circular libremente por las autovías eslovenas, sin tener que pagar en peajes, durante el período de tiempo para el que lo adquieras. Puedes comprar esta “viñeta” físicamente en el puesto fronterizo al entrar en Eslovenia o bien online en esta web previamente al viaje: simplemente eliges el tipo de vehículo y la franja temporal (una semana, un mes, etc), indicas la matrícula y realizas el pago. No es necesario hacer ningún otro trámite una vez en territorio esloveno ni añadir ninguna señal en el coche (queda registrado electrónicamente con la matrícula).

Día 1. Liubliana

Llegamos en coche desde Italia. La noche anterior habíamos dormido en Cittadella, Italia, lo que significa que condujimos unos 300 km, 3 horas, para empezar el día. Llegamos a tiempo de disfrutar de unas primeras horas en Liubliana. La capital eslovena es una ciudad pequeña y bastante desconocida, pero muy bonita, agradable y, lo que nos interesaba mucho, dog friendly. Al no verse afectada por Guerra de los Balcanes, conserva además un gran patrimonio histórico que conocer.

Los principales sitios de interés se pueden visitar a pie perfectamente en un solo día, si bien un segundo es recomendable para hacerlo con más calma e incluir algún museo (cosa que no hicimos nosotros por la coordinación que nos requiere al no poder acceder con perro). Así, en esta primera jornada nos dirigimos directamente a la zona del río Liublianica donde cruzamos el Puente del Dragón, el de los Carniceros, lleno de candados, y el sorprendente Puente Triple. Paseamos por ambas orillas del río, animadas con muchas terrazas y bares.

Puente Triple en Liubliana, la capital de Eslovenia
Puente Triple en Liubliana

Pasamos también por las céntricas plazas Preseren y del Congreso, admiramos la fachada del Ayuntamiento, entramos en la barroca Catedral de San Nicolás (2 euros) y subimos hasta el Castillo para alucinar con las vistas de todo Liubliana desde su torre. El ascenso puedes hacerlo a pie, es un tramo corto factible, o en teleférico (12 € con entrada al Castillo, perros admitidos con bozal). El Castillo es un conjunto de terrazas, restaurantes, tiendas, salas de exposición y miradores: algunos de estos lugares son de pago y otros no. Los de libre acceso permiten el paso con perro, con lo que conviene subir a recorrerlo incluso si no quieres pagar entrada.

Vistas de Liubliana desde el Castillo
Vistas de Liubliana desde el Castillo

En 1895 un terremoto destruyó gran parte de Liubliana. Lo que era una desgracia se convirtió en una oportunidad para el arquitecto esloveno Jože Plečnik quien pudo así llevar a cabo su proyecto arquitectónico ideal en la reconstrucción de la ciudad. Tanto es así que el actual centro histórico es una extensa muestra de sus obras, desde la Biblioteca Nacional hasta el célebre Puente Triple.

Día 2. Velika Planina

Nuestro plan inicial era pasar este segundo día también en Liubliana pero la previsión meteorológica anunciaba precipitaciones para el momento en que pensábamos visitar Velika Planina así que tuvimos que intercambiar las planificaciones. Velika Planina es una bella zona de montaña, a casi 1.700 metros de altura, donde se encuentra el pueblo de pastores más grande de Europa: 140 cabañas, con una arquitectura muy característica, rodeadas de verde pasto, altos picos y vacas pardas. Fue de nuestros sitios favoritos de Eslovenia y te lo contamos con detalle en este artículo. Habíamos leído muy buenas referencias al respecto y se quedaron cortas.

Desde Liubliana llegas en 50 minutos en coche hasta el teleférico con el que subes a Velika Planina: 19 € por adulto ida y vuelta, perros admitidos con bozal y correa por 5 €, niños hasta 7 años gratis. La entrada se puede reservar online y tiene una vigencia de 14 días desde el momento de la compra. Desde el punto donde te deja el teleférico debes tomar un telesilla, incluido en el precio, que salva los últimos metros hasta el pueblo de pastores. Desgraciadamente estaba en obras cuando fuimos así que nos tocó subir a pie (unos 30 minutos a paso lento, yo iba porteando a nuestra bebé de 6 meses).

Velika Planina en Eslovenia
Velika Planina

Una vez llegas a Velika Planina puedes caminar un poco en torno a las cabañas tradicionales o bien hacer rutas de senderismo o bici, más cortas o más largas, que llevan hasta otras áreas cercanas igualmente bellas. En nuestro caso fue simplemente un paseo corto porque la subida sin telesilla nos robó fuerzas de más. También debes disfrutar de la gastronomía local en alguno de los restaurantes acomodados en las casas típicas de pastores. Otras se han reconvertido en alojamientos. Algunas se mantienen para su uso original. Así pues, es muy recomendable probar en Velika Planina el menú típico de los pastores: leche agria, pan, polenta y queso. Personalmente lo hicimos en Pastirski Stan Gradišekovih (aparece en Google Maps con este nombre).

Día 3. Liubliana

La meteorología nos jugó una mala pasada y este día fue una sucesión de tormentas. Solo por la mañana nos dio una pequeña tregua de unas horas sin lluvia que aprovechamos para un paseo rápido por varios sitios de Liubliana que nos quedaron pendientes del primer día. El barrio alternativo de Metelkova ha ido ganando popularidad en los últimos años por sus murales, su decoración excéntrica y su aire hippy. Encima nos quedaba al lado de donde nos alojábamos. Aún así, nos resultó algo decepcionante: quizá también porque lo vimos a plena luz del día con todos los establecimientos cerrados.

Nos gustó más (sobre todo a nuestro perro) el enorme parque Tivoli donde se entremezclan jardines con estatuas, áreas de juego, un invernadero, un estanque con nenúfares y varias terrazas y bares.

Parque Tivoli en Liubliana, Eslovenia
Parque Tivoli en Liubliana

Ya en el centro, en una de las riberas del río Liublianica, visitamos el Mercado Central. Solo abre por las mañanas y cuenta tanto con puestos de comida como con restaurantes. Se localizan no solo en el edificio del mercado en sí sino también en sus alrededores. Comimos de lujo en uno de los locales: Moji Struklji Slovenije.

Puestos de comida en el Mercado Central de Liubliana, Eslovenia
Puestos de comida en el Mercado Central de Liubliana

Por último, disfrutamos de la mejor panorámica de todo Liubliana al atardecer desde el café situado en la última planta del Rascacielos Nebotičnik: no es demasiado caro para las vistas y admiten mascotas.

¿Sabías que Eslovenia es un gran destino para observar osos en libertad? Aquí viven alrededor de 1.000 ejemplares, siendo por tanto uno de los países con mayor densidad de osos en el mundo. La mejor región para avistarlos es al sur, en Notranjska y Kočevsko, a unos 90 kilómetros de Liubliana. Hay varias empresas que ofertan distintos tipos de actividades, desde unas horas hasta varios días, entre abril y octubre. Personalmente no pudimos probarlo al ser una experiencia incompatible con mascota y bebé.

Día 4. Cuevas Skocjan, cuevas Postojna y castillo Predjama

Eslovenia es famosa por sus grutas subterráneas, fruto del karst de la roca caliza que compone su suelo. Básicamente hay dos visitas principales para conocer este interesante subsuelo: Skocjan y Postojna.

La cueva Skocjan es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y ha sido formada por la erosión del río Reka. Se recorre en visita guiada de hora y media por 22 € (puedes adquirir la entrada online) aunque luego puedes alargarla por tu cuenta en la parte exterior. La de Postojna es la cueva turística más grande de Europa. 24 kilómetros de galerías a las que entras a bordo de un tren eléctrico para después caminar por los senderos excavados en la roca. Dispone de distintas tarifas en función de los espacios a visitar, desde 29,90 € (consultas y reservas online aquí). En ambos casos conviene ir con calzado cómodo y abrigado, pues en el interior de las grutas hay una temperatura constante todo el año en torno a los 10 grados.

Cuevas Postojna en Eslovenia
Cuevas Postojna

Muy cerca de Postojna, parte de hecho del recinto de la misma, está el Castillo Predjama. Literalmente construido dentro de una cueva es una de las imágenes más icónicas de Eslovenia. Sin embargo creo que pocos saben de la importancia a nivel geológico de este lugar, más allá de lo fotogénico del Castillo. Puedes acceder a su interior y recorrer tanto sus estancias como las grutas comprando una entrada individual o una conjunta con Postojna.

Castillo Predjama en Eslovenia
Castillo Predjama

Los 3 lugares están a pocos kilómetros de Liubliana y es una buena idea dedicar un día de excursión desde ésta a los mismos (incluso hay tours guiados para ello). Dado que los perros no son admitidos en las cuevas, en nuestro caso nos tocó turnamos para acceder a las mismas. Diego entró en la de Postojna y yo en la de Skocjan. El reparto fue fácil: en la de Postojna permiten hacer fotos y en la Skocjan no. En el Castillo Predjama, para evitar más separaciones, no entramos y simplemente nos conformamos con observarlo desde fuera.

Si no tienes tanto tiempo o tanto interés, lo lógico es que elijas ir a Skocjan o a Postjona: para ayudarte a decidirlo hemos escrito este post. Aunque como titular diremos que la cueva de Skocjan donde se ve el río Reka y el cañón que ha formado es realmente impresionante.

Día 5. Garganta Vintgar, Cascada Pericnik y Lago Bled

Tomando Bled como base, dedicamos los siguientes 4 días al Parque Nacional Triglav, el único esloveno. Dado que íbamos con perro y bebé planificamos un itinerario poco ambicioso, con pocos lugares por jornada. Y aún así, hicimos todavía menos de lo esperado porque la climatología se puso en nuestra contra y día y medio prácticamente estuvo lloviendo… Esta primera jornada, no obstante, nos hizo buenísimo e intentamos exprimirla al máximo.

El Parque Nacional de Triglav concentra la mayoría de las más de 400 montañas eslovenas de más de dos mil metros. Es la zona más grande protegida de Eslovenia y su único parque nacional. Hay muchísimos parajes naturales que conocer aquí: cascadas, lagos, ríos, desfiladeros, bosques… Las actividades estrella aquí son el senderismo y las rutas en bicicleta, aunque también cuenta con estaciones de esquí para el invierno. El tiempo que le dedicamos fue muy reducido para todo lo que ofrece pero suficiente para hacernos una idea de qué es Triglav.

En primer lugar visitamos la bellísima garganta Vintgar: un cañón formado por el río Radovna de aguas cristalinas, con paredes de piedra que alcanzan los 100 metros de altura. Se recorre fácilmente a pie por pasarelas de madera que han acondicionado a tal fin durante aproximadamente 1 hora. Puedes ir con perro, siempre con correa, y debes portear porque hay tramos con escalones. Eso sí, se forman aglomeraciones de visitantes en bastantes puntos y le resta un poco de encanto al paseo… El trayecto por la garganta es lineal y para volver tienes dos alternativas, señalizadas al salir del cañón. Nosotros optamos por la que es un poco más larga, una hora y media, siguiendo las indicaciones a la Iglesia de Santa Katerina primero, Vintgar Entrance después. La entrada se puede comprar online aquí y cuesta 10 € adulto, 3 € mascota, 1 € niño hasta 6 años, a lo que hay que sumar los 10 € por el parking.

Después nos dirigimos a la cascada Pericnik, de 70 metros de altura, espectacular. Se ve desde la carretera directamente (hay muy poco espacio para aparcar y es de pago) pero conviene ascender por un sendero para observarla más de cerca e incluso es posible pasar detrás de la caída de agua. Y es que Pericnik se divide en dos en realidad: una cascada inferior de 52 metros, la que ves desde la carretera, y otra superior de 16 metros que solo ves si subes por el camino mencionado.

Cascada Pericnik en el Parque Nacional Triglav, Eslovenia
Cascada Pericnik en el Parque Nacional Triglav

Dedicamos el resto del día al Lago Bled, concretamente a pasear su perímetro completo. Es un paseo largo de más de 2 horas, pero sumamente agradable, sin desnivel, apto para silla de bebé y te permite divisar la icónica isla en medio del lago desde todos los ángulos. Las mejores vistas son desde los spots marcados en Google Maps como “Panoramic viewpont” y “Fotopunk”, cerca del Camping de Bled. También hay zonas de baño aunque no las probamos. Comimos en el recomendable Restavracija Central Bled, con cocina abierta todo el día.

Lago Bled, el lugar más icónico de Eslovenia
Lago Bled

Día 6. Motorail, Cascada Kozjak, Gargantas del río Soca y Puerto de montaña Vršič

Este día condujimos mucho y lo empezamos en nuestro coche, pero subido a un tren. Sí, sí, el “Motorail” es un tren que transporta automóviles. Para los turistas lo más interesante es que conecta las estaciones Bohinjska Bistrica y Most Na Soci en 45 minutos. Esto ahorra un tramo de complicadas curvas por carretera por el Parque Triglav, atravesado túneles y observando el paisaje cómodamente sin conducir. Los horarios son restringidos (consúltalos aquí) y hay que llegar a la estación unos 15 minutos antes de la partida del tren porque se paga directamente desde el coche allí. Hay un precio por vehículo y conductor más otro por cada pasajero adicional y la tarifa depende también de la estación de destino. Fue sin duda una de las experiencias más curiosas de nuestro viaje por Eslovenia.

Montados en el coche en el motorail, el tren que atraviesa el Parque Nacional Triglav en Eslovenia
Montados en el coche en el motorail, el tren que atraviesa el Parque Nacional Triglav

Tras bajarnos del motorail visitamos la cascada Kozjak (4 € la entrada, gratis para mascotas y niños hasta 6 años). El agua desciende “sólo” 16 metros pero en una cueva, lo que crea una bellísima estampa. Hay un parking gratuito enano en la entrada a la cascada: desde ese punto hasta Kozjak es como una hora de caminata ida y vuelta, fácil pero requiere portear. Si no consigues aparcar ahí, dispones de otros parkings más alejados indicados en la carretera.

Cascada Kozjak en el Parque Nacional Triglav, Eslovenia
Cascada Kozjak en el Parque Nacional Triglav

Después hicimos dos paradas en coche con sendas rutitas cortas para admirar las Gargantas del río Soca: pozas de agua cristalina rodeadas de altas paredes rocosas, uno de los paisajes que más merece la pena en Eslovenia. Concretamente paramos en Korita Soče pri Kršovcu (lo encuentras así en Google Maps) y, sobre todo, en Velika Korita (literalmente, Gran Garganta). Puedes recorrer ésta haciendo un tramo de la Soca Trail, la ruta que transcurre paralela al río Socs desde su nacimiento en Trenta hasta Bovec, uno de los pueblos principales en el Triglav. Entre medias comimos en un restaurante junto a la carretera con vistas a las montañas: Gostišče Hedvika (aconsejable probar la trucha local del río Soca).

El río Soca en el Parque Nacional Triglav, Eslovenia
El río Soca en el Parque Nacional Triglav

Por último abandonamos Triglav por el puerto de montaña Vršič, conduciendo por la llamada carretera rusa o carretera de las mil curvas, con paradas varias en sus miradores. A pesar de que el nombre asusta, ninguno nos mareamos.

Día 7. Lago Bled

Esta jornada y la siguiente el pronóstico meteorológico amenazaba lluvia así que tuvimos que reducir las salidas al mínimo. Este día pudimos solo aprovechar la mañana. Primero entramos al Castillo de Bled, una visita muy recomendable que nos gustó mucho. Son 15 € la entrada y el recinto del castillo incluye varios museos, restaurantes, tiendas y, sobre todo, una gran panorámica del Lago.

Vista del Lago Bled desde el Castillo
Vista del Lago Bled desde el Castillo

Continuando con la búsqueda de las mejores vistas, subimos a uno de los miradores más recomendables, Mala Osojnica, a 685 metros de altura. No es un camino sencillo, menos porteando a un bebé, de casi hora y media ida y vuelta, con bastante desnivel e incluso un tramo ascendiendo por una escalera en la pared, pero la panorámica es ciertamente espectacular y el camino está muy bien señalizado desde su inicio en la carretera que bordea el lago, cerca del camping. Si te animas, hay otros dos miradores más en la misma zona conectados entre sí: Velika Osojnica y Ojstrica.

Para cerrar el día, comimos de fábula en el restaurante The Tale Of Us.

Día 8. Lago Bohinj y Cascada Sabica

Nuestro último día en Eslovenia fue nuevamente muy tranquilo por la mala meteorología. Visitamos nuestra tercera y última cascada en Triglav, pese a que hay muchísimas más, la cascada Savica. Ha sido creada por el río Sava, afluente del Danubio, y es doble: primero cae 78 metros y luego forma una segunda cascada más pequeña. Nos pareció muy muy bonita. Hay que pagar tanto por acceder a la cascada (4 €, mascotas y niños hasta 6 años gratis) como por el parking (5 €). Desde la entrada son 20 minutos de subida constante con bastantes escalones hasta alcanzar la cascada.

Cascada Savica en el Parque Nacional Triglav, Eslovenia
Cascada Savica en el Parque Nacional Triglav

Luego fuimos a conocer el cercano lago Bohinj, el más grande del país, aunque mucho menos conocido y masificado que Bled. Está a solo 26 km de éste, en un entorno más natural. Por desgracia empezó la lluvia y no pudimos hacer nada más, ni en Bohinj ni en Bled.

No te puedes ir de Eslovenia en general y de Bled en particular sin probar el pastel más famoso del país: el Kremna Rezina. Un pastel de hojaldre relleno de crema y nata. La receta original pertenece al Café Park en la orilla del lago. No es barato ahí pero damos fe de que es delicioso.

Nos faltaron días…

Como todos nuestros viajes son finitos, en Eslovenia también nos quedaron lugares pendientes de visitar.

  • La Eslovenia Mediterránea comprende solo 46 kilómetros de costa. Algo que podría ser anecdótico supone sin embargo una de las zonas más atractivas a conocer del país. Ahí están sus bonitas ciudades costeras, que recuerdan por su arquitectura y cultura a Venecia, legado de esos 5 siglos que estuvieron bajo el dominio del Reino Veneciano. Destacan Piran sobre todo y Kope.
  • Logarska Dolina es uno de los valles glaciares alpinos más bonitos y mejor conservados de Europa. Pertenece a la Eslovenia Alpina, está cerca de Velika Planina. Además de hacer muchas fotos del paisaje, también puedes practicar senderismo y ciclismo.
  • Toda la zona occidental, famosa por sus termas y viñedos. Especialmente popular es la ciudad de Maribor y su Vid Vieja, la más antigua del mundo con sus más de 400 años.
  • Habríamos necesitado más tiempo para el Parque Nacional Triglav: las Gargantas Tolmin, el Lago Jasna, los pueblos de alta montaña como Bovec, más cascadas, más rutas…

Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0

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