¡Un clásico cada fin de año! Como las campanadas en Sol o el brindis a las 12 de la noche: nuestro post de repaso a los viajes que hemos hecho en el año que termina. Desde 2014 lo hacemos (aquí los anteriores) aunque es cierto que los dos últimos años han sido menos viajeros por los motivos que todos conocemos.
De hecho, iniciamos 2021 con restricciones de movimiento por la pandemia de coronavirus que nos mantuvieron en Madrid. Al menos fue la excusa para, por fin, visitar algunos sitios curiosos de la capital a los que teníamos ganas de conocer desde hace años como el frontón de pelota vasca Beti Jai o la estación fantasma de Metro Madrid de Chamberí.
Hubo que esperar hasta abril, hasta Semana Santa, para hacer la primera escapada del año, aunque sin poder atravesar las fronteras de la Comunidad madrileña. No nos importó porque conocimos Aranjuez, Chinchón y Nuevo Baztán, tres de las localidades más bonitas de Madrid y que bien merecían una visita.
Nuestra primera salida más allá de la provincia madrileña llegó en mayo y la excusa no pudo ser mejor: enoturismo en Socuéllamos, una de las principales localidades de producción de vino dentro de la Ruta del Vino de Castilla La Mancha. Parece que nos especializamos en el tema porque a esto le siguió, pocas semanas después y sin salir de la comunidad manchega, un recorrido por la Ruta enoturística de Valdepeñas.
Y ya que estábamos a tope con el mundo del vino, decidimos ir a otra zona top de elaboración vitivinícola a la que le debíamos una visita desde hace mucho: la Ribeira Sacra en Galicia. Caímos rendidos a sus pies, más allá de sus excelentes caldos: los paisajes verdes escarpados en torno a los ríos Sil y Miño son un espectáculo que confiamos en volver a ver muchas más veces.
Durante junio y julio continuaron las escapadas nacionales: un fin de semana de lo más aprovechado en Valencia, tres días recorriendo con amigos el Parque Nacional de Monfragüe en Extremadura, una escapada más que aprovechada a Ávila…
Y en agosto, por fin, llegó el gran viaje del año: Grecia. Casi 3 semanas recorriendo el país heleno con paradas en Atenas, Meteora, Delfos y las islas de Zakynhtos, Milos y Santorini. Nos enamoramos del país, de los griegos y de su gastronomía (sobre todo del yogur).
En octubre visitamos por primera vez juntos Zaragoza (ya nos vale, teniéndola tan cerca de casa). También pudimos comprobar en primera persona que la berrea de ciervos es un auténtico espectáculo de la naturaleza, sobre todo en un lugar como el Parque Nacional de Cabañeros.
Noviembre fue un mes casero, de mucho trabajo y pocas salidas, salvo el último fin de semana que dedicamos a un gran descubrimiento: Priego de Córdoba. Un pueblo precioso, con calles blancas llenas de flores, de pasado andalusí y con el mejor aceite del mundo: y la constatación para nosotros de que siempre nos encanta volver a Andalucía.
El último viaje del año, ya en diciembre, fue el regreso a Barcelona, una de las ciudades en las que más veces hemos estado (y que menos nos cansamos de volver a ver). Combinamos el revisitar viejos conocidos como la Sagrada Familia o la Casa Batlló con hacer nuevos descubrimientos como el Recinto Modernista de Sant Pau o el Palau de la Música Catalana.
Terminamos 2021 con la vista puesta en los nuevos destinos de 2022. Como siempre, te lo contaremos en el blog. ¿Te atreves a adiviniar qué nuevos destinos tendremos?
Viajera, internetera, cinéfila, inquieta, 2.0
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